Ikagai

PRÓLOGO

En el patio de la familia Bridgerton se podía ver a dos jóvenes acostados observando las nubes, las sonrisas, las risas y uno que otro beso era parte de esa dinámica. Las familias de ambos los observaban preguntándose como siendo tan jóvenes, el de 19 y ella de 16 podían demostrar tanto amor.

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Se habían conocido cuando ella se mudó frente a su casa, cómo el destino conspiró aquella tarde en el parque donde un pañuelo del amarillo más chillón se estampó en su cara, provocando que se resbalara en un charco de lodo, cómo al levantar la vista tuvo frente a él a la perfección en persona, su cabello de un rojo intenso, rizado y por lo que se veía largo, pestañas largas, pecas salpicando su rostro de manera estratégica, algo más rellenita que el resto pero no por eso menos hermosa al contrario, era preciosa, pero lo que más le cautivó fueron esos ojos azules que era como ver cuándo el cielo y mar se juntan, profundos, llenos de asombro y dulzura, tenía solo ocho años pero lo supo, supo que ella era todo lo que necesitaba para ser feliz.

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Él era muy dulce, amable y la veía de una manera que jamás ha sabido describir, cuando lo conoció y gracias a ella está lleno de lodo, aparte de pensar que se veía muy gracioso, pensé que sus ojos eran de un extraordinario color azul y más tarde descubrí que brillan más cuando em gentil. Cuando estaba a una semana de cumplir 15 años él llegó a mi casa solicitando hablar con mi padre, me pareció raro, pero lo deje pasar, ya que luego de salir y yo hablamos durante el resto de la tarde hasta que se retiró a su casa.

El día de la cena por mi cumpleaños él llegó con un enorme ramo de tulipanes rojos y blancos y allí frente a los invitados y nuestras familias me dijo:

Desde el primer día, supe que había algo en ti que me fascinaba, pero con el tiempo, esa fascinación se convirtió en un amor que ha sido constante, a pesar de todo. Penélope, mi vida no sería completa sin ti. No hay nadie más en este mundo con quien desee pasar cada momento, por el resto de mis días. Te amo con todo lo que soy, y siempre lo haré.

Penélope, tú eres el objeto de mi afecto y mi deseo, tú y solo tú eres la guardiana de la llave de mi corazón. Por favor, no te asustes, no espero que correspondas, pero, no puedo sinceramente... No delatarme, pero sentí que debía ser honesto contigo sobre mis sentimientos. Espero que podamos hablar sobre esto y ver qué piensas. Lo más importante para mí es que nuestra relación siga siendo tan increíble como siempre, sin importar lo que pase.

¿Cómo es que ahora ya no podemos reconocernos? ¿Dónde están esos jóvenes enamorados?