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Mientras corría por las oscuras calles, sentía la ansiedad creciendo como un terrible monstruo dentro de ella. Cada cuadra que doblaba la alejaba más de su hogar, sentía sus pies doler con cada pasó acelerado.

El sudor adherido a su piel como una fina capa. Exhaló un gran vaho de aliento, mirando un callejón oscuro, camino dentro, con las piernas adoloridas. Encontrándose de frente con un muro, no había salida.

Una risa retumbó en el solitario rincón, creando más tensión en la penumbra de la noche.

Una sombra alargada se acercaba lentamente a ella, podía verla todavía de espaldas. Tomó aliento y se giró para encarar a quién sea que la estaba atormentando.

Alzó sus brazos para defenderse, pero allí no había nada.
Esperó unos segundos, pero no hubo nada. Bajó sus brazos con cuidado, sintiendo alivio en su pecho.

Como una ráfaga de aire helado detrás de ella, un aliento la golpeó justo detrás de su cuello. Se puso rígida, su aliento se cortó.

Unas manos frías y delgadas tocaron sus hombros descubiertos, descendiendo hasta tomar sus muñecas.

Se negó a mirar, pero al final lo hizo. Sabía que alguien la miraba por encima de su hombro, el miedo recorrió su torrente sanguíneo.

Movió ligeramente su cabeza y sus miradas chocaron. Sintió un nudo en su garganta y antes de poder hacer algo, abrió los ojos de golpe.

—¿Qué...?

Probablemente era todavía muy temprano. Miró su reloj a un costado de ella, sí, eran apenas las 7 a.m., Haewon debería seguir durmiendo, era fin de semana después de todo.

No dejó de pensar en Minjeong ni un solo segundo desde que se fue Taeyeon. Trató de fingir que no pasaba nada cuando su hija cuestionó el por qué se fue sin despedirse.
Pero eso fue hace una semana, aunque se sentía como si hubiera sido hace un par de horas. Los nervios la tenían tensa.

Estaba por retomar su sueño o solo mirar la pared hasta decidirse a levantarse, entonces su celular se prendió y comenzó a sonar a su lado. No iba a tomarlo, nadie podía estarla llamando un sábado.

Pero, ¿y si era sobre Minjeong?

Dudó antes de tomar su teléfono y mirar el nombre de su madre en la pantalla. Lo dejó sonar un momento, asimilando qué hacer, y también que claramente no era nada sobre Kim.

Era extraño que le hablara, pero sintió que debía responder. Algo en ella se lo decía.

—¡¿Jimin?!

El rostro de su madre reflejaba sorpresa. Jimin sonrió aún quitándose ese cansancio de encima.

—Hola, mamá...

Las facciones de la mujer mayor se fueron suavizando. Su mirada denotaba preocupación y seriedad al mismo tiempo.

—¿Cómo están, hija? No has hablado en... —la mujer mayor comenzó a contar con los dedos, luego solo negó— no es importante. Quería hablar contigo, Jimin.

Hablarle solo por su nombre no significa nada bueno.

—Estamos bien, Haewon ha estado dando el estirón— bromeó haciendo reír un poco a su mamá—. Es una niña muy inteligente, tal vez más que yo.

Lo último salió con una gota de desdén y desprecio hacia sí misma. Sonriendo de forma irónica.

La conversación fluyó con tranquilidad, lo suficiente para que la siguiente pregunta tomara por sorpresa a Jimin y la hiciera casi colgar.

—Sé lo de Minjeong —el rostro de Jimin fue perdiendo color lentamente, su sonrisa se borró de inmediato—. Pero quiero que me lo digas tú, ¿Minjeong te hizo daño?

—¿De qué hablas, mamá? —Soltó una risa nerviosa y negó con movimientos tensos con su cabeza— ¿Hacerme algo? No, no, no.

La señora Yoo, cansada de las noches en vela angustiantes luego de que Uchinaga Aeri le contara la verdad, solo deseaba saber sobre su hija y su nieta. Fue impactante escuchar cada palabra salir de lo boca temblorosa de Aeri hace una semana.
Trató de confiar en su hija. Rezó por ella, por su familia. Pero los ojos de Jimin reflejaban emociones contenidas, como si se negara a ver la realidad frente a ella, como si quisiera quedarse en un bucle porque salir de él significa darse cuenta que las cosas han cambiado y ella solo se quedó allí.

Tomó una fuerte inhalación—. Jiminnie, no me mientas.

—¿F-fue Aeri? ¡¿Eh?! —Pareció alterarse por un momento, una vena sobresaltó en su cuello— ¿P-por qué le crees? ¡N-no la he visto en 4 años!

Su madre no parecía afectada por su arrebato debido a su estrés y ansiedad. Tenía esa mirada preocupada que la caracterizaba cada vez que Jimin negaba algo que era verdad, preocupada porqué tan grave era eso que ocultaba, como esa vez que ocultó los rasguños del gato que acogió a escondidas, solo porque sabía que sus padres la obligarían a darlo en adopción.

O tal vez como esa vez cuando su madre le estaba dando un sermón frente a su padre sobre el porqué tenía un preservativo en su habitación si estaba saliendo con Minjeong, negando estar con algún chico hasta que se vio acorralada y casi les gritó sobre el pene de Minjeong en la cena, con tal de que dejaran de mirarla tan decepcionados.

Entonces, ante todo pronóstico, Jimin estaba mintiendo.
Minjeong sí le hizo algo.

—Jimminie, hija, por favor. Soy tu madre, si algo te sucede deberías poder decírmelo, se supone que confías en mí, ¿o ya no es así?

"Bien jugado, la carta de culpa", Jimin sabía que iba a ceder en cualquier momento.

Suspiró, dejando caer sus hombros con el peso de sus decisiones esos últimos años—. Minjeong no está bien —comenzó, desviando la mirada de los ojos de su madre a través de la pantalla—. Q-quise ayudarla, sentía que podía, pero en cuanto supe que no podía, yo me rendí y me deshice de ella —tenía sus ojos llorosos—. Pero sentí que era lo mejor, no sé exactamente para quién, porque yo me sentí como la mierda una vez que me di cuenta de que no iba a verla más, y l-luego —sus pupilas temblaron, un dolor agudo regresó a ella— me di cuenta que volví a estar embarazada de ella, fue lindo, pero mis problemas no ayudaron y yo lo...

Su madre no escuchó más, su hija estaba llorando desconsolada en la pantalla. Sentía impotencia, quería estar allí con ella, incluso si tenía que dejar todas sus responsabilidades ahora mismo, ella lo haría. Su pequeña la necesitaba en este momento.

—Jimminie, ¿puedo irte a ver?

El cuerpo de Jimin dejó de temblar un momento, subiendo la mirada al teléfono en su mano temblorosa. Estaba abrazada de rodillas, con esa pijama que solía prestarle a MinJeong.

Hubo duda en sus ojos rojos, las lágrimas seguían bajando sin darse cuenta. Había contenido mucho tiempo esas emociones, esos recuerdos oprimidos por el tiempo.

Sorbió su nariz, incómoda con la sensación de congestión nasal—. Sí, creo que Haewon quisiera verte también...

Tal vez necesitaba eso, un acercamiento a la calidez maternal, ella no podía seguirse sintiendo culpable por Minjeong, y no debería estar deseando estar con ella.

Sonrió ligeramente, dejando un aire de esperanzas en ello. 

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Rápido, alguien lea Psycho y me la resume, pero en fa, es que ya no me acuerdo.

Este no era el 6, pero los estoy preparando para el siguiente.

Me inscribí en un congreso con un proyecto de mierd#, ando encabronada, pero igual actualizando se me olvida el coraje.

Gracias por leer 💬

Obssession || WinRina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora