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—¿Tu mami viene por ti o quieres quedarte en mi casa? Mis papás dicen que puedes ir, le pueden avisar.

Haewon miró a Lily, pensando seriamente si hacerle caso o esperar a su mamá. Luego imaginó el regaño seguro que le darían y negó con torpeza, sonriendo leve, le daba miedo hacer molestar a su mamá y tampoco quería molestar a los padres de Lily o que las demás madres hablaran mal de su mamá por no ir por ella a tiempo.

—No, pero diles que gracias— la castaña no parecía convencida—. Mami y yo iremos por helado —se apresuró a decir, aunque era mentira. Sonrió.

—Oh, genial. Cuídate, nos vemos, osito.

Haewon frunció su ceño ante el apodo, su amiga solo se rió mientras se alejaba y movía su mano para despedirse.

Suspiró, fue hasta uno de los columpios del parte frente a la escuela. Mintió de nuevo que su madre la esperaba afuera y la dejaron salir, de todos modos habían policías rotando en el área.

Mientras se columpiaba, cantaba en voz baja alguna canción del grupo de kpop favorito de su mamá. Girl's Gene... algo.

Sintió una mirada en ella, cuando subió la vista no vio a nadie. Frunció sus labios y siguió mirando sus pies, pero lo volvió a sentir, no había nadie.

Se detuvo, cruzó miradas con un policía, le sonrió ligeramente mientras continuaba su recorrido. No era él, entonces, ¿quién?

Siguió mirando fijamente un juego de pasamanos. Apretó con sus pequeñas manos las cadenas del columpio y detuvo su balanceo, buscando con la mirada al intruso.

Lo descubrió, alguien con una gorra la veía al otro lado, parado a lado de un árbol. Cuando sus miradas se encontraron pudo notar cómo esa persona retrocedió, pero se detuvo, se dio una vuelta y luego otra vez se dirigió a ella. Sintió el miedo al notar esos ojos fijos en ella, buscó rápido con la mirada al policía cercano y cuando estuvo a nada de gritarle, el extraño habló, ya cerca de ella.

—¿Y-Yoo Haewon?

Se congeló. ¿Cómo sabía su nombre? ¿Quién era?

Estaba por salir corriendo, se levantó rápido del columpio, pero otra vez esa voz ronca la detuvo.

—Conozco a tu mamá, Yoo Jimin.

Se quedó de pie, miró al extraño lentamente, estaba cerca de ella. Sus ojos se abrieron lentamente cuando se retiró la gorra y el cubrebocas.

Era una mujer algo alta, su cabello castaño estaba atado dejando mechones fuera y una cicatriz familiar que pareció reconocer.

La vio meter las manos en el bolsillo de su chaqueta de mezclilla. Sacando una foto.

—Eh, y-yo era, no, soy cercana a Jimin. Sí —se veía demasiado nerviosa, que incluso dudo de que fuera la misma persona que la miraba hace un rato—. Mi nombre es Kim MinJeong.

Haewon abrió los ojos todavía más, tomó la foto de las manos de la desconocida. Era una foto de ella cuando salió del preescolar, su madre le había dicho que había perdido esa foto cuando se la pidió para un proyecto escolar.

Espera.

Ella de hecho la recuerda.

Volvió a ver rápidamente su rostro, hizo una seña para que se agachara. Sorpresivamente le hizo caso, poniéndose de cuclillas a su altura, descubrió más su frente y bordeó con su dedo la cicatriz.

Apretó las mejillas de la mayor cuando la recordó—¡¿Tía Min?!

El ceño fruncido de Kim no pasó desapercibido. Ella no recordaba que Haewon le dijera así, pero su hija parecía muy emocionada, aunque pareció querer decirle algo más, había duda en sus pequeños ojos.

—Sí, algo así... —respondió. Miró a sus lados, nadie la veía raro. Se relajó visiblemente, práctico mucho con Jennie, siendo regañada cada vez que se alteraba— ¿quieres preguntarme algo?

Soltó las mejillas de la mayor, comenzando a jugar con sus deditos.

—Tía Tae me dijo que tú... —contuvo el aliento, se sonrojó. La confusión brillaba en el rostro de Minjeong— que tú y mami me tuvieron, p-pero tía Tae es un poco tonta y extraña.

La sorpresa reemplazó la confusión de Minjeong. La mención de su hermana la tomó por sorpresa, ¿ella qué diablos hacía diciéndole eso a su hija?

—Mami Jimin dijo que no tenía papá, pero tía Tae me dijo que mantuviera en secreto esto.

Bien, primero Jimin tiene una hija sin decirle, se la oculta, la descubre y ahora se lo oculta a su hija. Maldita sea con esa mujer.

Tocó suavemente el cabello de Haewon, la pequeña pudo ver las cicatrices en su mano, pero no dijo nada, mirando con ojos curiosos la respuesta de Minjeong.

—Sí, Wonnie —ese apodo, ambas lo recuerdan—. Yo... soy tu otra mamá. Taeyeon no te mintió, pero Jimin no puede saber nada de esto, ¿sí?

Los ojitos de la pequeña brillaron con lágrimas. Siempre se mantuvo fuerte, no quería preocupar a su mamá Jimin, sabía que no estaba teniendo un buen momento, así que nunca le contó sobre lo difícil que era explicar en clase que solo tenía a su mamá, pero ahora, ahora frente a ella estaba el resto de su familia.

Contuvo sus lágrimas, sorbiendo sus mocos.

No se preguntó cómo era posible, realmente no le importaba saberlo. Lo único que importaba en ese momento es que su otra madre estaba allí frente a ella.

—¿P-puedo abrazarte?

Minjeong se puso tensa, pero asintió, dándose ánimos por dentro.

Cuando los pequeños brazos de su hija la abrazaron, apenas rodeando su cuello. Todavía de cuclillas.

Sus brazos se movieron lentamente hasta apretar a su hija ligeramente. Fue extraño, pero sintió un poco de calidez en su pecho.

—¿Nos volveremos a ver...? —Preguntó tímida. Kim le sonrió muy leve, como si no lo hubiera hecho.

—Claro, Wonnie. Pero mami Jimin no puede saber que me viste, ¿sí?

Y cuando Haewon estaba por decirle que no diría nada, escuchó una voz detrás de ella, muy lejos.

Era su mamá Jimin, antes de advertirle a su otra madre, notó el terror y una emoción desconocida en su rostro, se puso su gorra y su cubrebocas.

Salió huyendo, aprovechando la distracción de Jimin con un camión pasando frente a ella, seguía del otro lado de la calle. Lejos de ambas.

Cuando Jimin llegó a Haewon, tomó sus pequeños hombros y la miró asustada—. Cariño, ¿estabas con alguien? —Preguntó, buscando a alguien con la mirada en todo el parque, sin resultados.

—No, mami.

Jimin se calmó un poco y luego el enojo estuvo presente—. ¿Por qué no estás en la escuela? —Preguntó claramente molesta, sus cejas se fruncieron— Te dije que no hicieras esto, ¿por qué no puedes seguir algo tan simple como quedarte en el edificio escolar? Ugh, ¡te pudo pasar algo!

Sabía que su mamá tenía razón, pero decidió ignorar sus regaños. Mirando discretamente en busca de Minjeong, tampoco la vio, pero le creería, volverían a verse.

—¡¿Me estás escuchando, señorita?!

Frunció sus labios—. Sí, mamá.

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Obsession || WinRina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora