Capítulo 4
Bienvenido a la capital
Hoy es tan esperado día del examen de admisión a la prestigiosa Academia Khraus, la escuela de magia por excelencia de todo el reino de Camelot. Esta escuela egresa a los mejores magos del país y cada uno con habilidades impresionables, cualquiera que proceda de esta escuela tiene un futuro asegurado en el mundo mágico.
Es de mañana y por fin Aiden y compañía han llegado a su destino, ambos caminan por el gran puente sobre el Rio Eralis. Dicho rio es tan largo que conecta al reino de Camelot con el de Azeroth, es por eso que es uno de los más importantes, siendo un símbolo de unión entre ambos países.
Al llegar a la entrada, los dos jóvenes son inspeccionados por los guardias y tras eso, se les permite el paso. Las enormes puertas del imponente muro se abren lentamente mientras poco a poco se logra ver al interior, hasta que... son abiertas por completo y la gran ciudad les es revelada a los forasteros.
— ¡Bienvenido a la capital del grandioso reino de Camelot! — Exclama Conrad.
Aiden queda completamente impresionado ante el paisaje que se le presenta; los edificios, las calles, la gran cantidad de gente y a lo lejos el majestuoso palacio real lo dejan fascinado, hasta Nizu está igual.
— ¡Ya tenía un tiempo que no venía aquí y estaba ansioso! ¡Mira a todas esas bellezas!
— Sí, realmente es un bello lugar... ¿Eh?
Conrad más bien se refería a las mujeres que transitan por las calles, por lo que no pierde el tiempo y se les acerca para conversar.
— Espero que esté teniendo un maravilloso día señorita. Solo quisiera entregarle este pequeño detalle, una flor para otra flor, pero aun así, su belleza no se equipara a la de ninguna otra cosa en este mundo. Por favor permítame invitarla a comer a algún restaurante, y así podré admirar su hermoso semblante de mejor forma.
— Ay no puede ser, este tipo es todo un donjuán. — Dice Aiden mientras lo observa a lo lejos. — Ahora entiendo por qué me dijo eso el otro día.
El joven Bernils regresa muy deprimido y con la cara marcada con la forma de una mano, algo como una cachetada.
— Eh... ¿Estás bien? ¿Qué pasó?
— Al parecer ya estaba comprometida.
— Ajaja... Bueno pues tú mismo lo dijiste, hay más peces que pescar en este lugar.
— ... ¡Tienes razón! ¡Hay más chicas que puedo conocer! — Exclama mientras toma de los hombros a Aiden.
Tras eso, se disponen a ir a la academia la cual se ubica al este de la capital. Caminan por las calles hechas con ladrillos de piedra, y en las orillas, una gran cantidad de puestos y negocios de comida, armaduras, espadas, artefactos mágicos, etc. Un poco después, ya han llegado a la escuela, un enorme edificio que se asemeja a un palacio donde incluso el rey podría vivir. Este logra dar una impresión de elegancia y disciplina a la vez con tan solo ver el exterior, lo cual pone nervioso a Aiden.
— Vaya, aún está cerrado. Creo que llegamos muy temprano. — Comenta Conrad.
El joven Agramon se acerca al portón y observa un cartel el cual anuncia el inicio del examen a medio día.
— Jaja perfecto, entonces tenemos tiempo para que conozcas la ciudad.
— Creo que mejor deberíamos esperar aquí.
— Ay vamos, no pasará nada si caminamos otro rato. Regresaremos en media hora cuando ya permitan el ingreso a la escuela.
Así que no muy convencido, Aiden acepta y pasean por distintos lugares. Conrad está dispuesto a mostrarle todo lo bueno de la capital a su amigo. Lo lleva a una cafetería, a una pastelería, una tienda de ropa y más lugares; hasta que llegan a una pequeña plaza la cual tiene una fuente de agua en el centro, así que decide sentarse allí a tomar un respiro.
— Esto me incomoda un poco, parece más bien... una cita. ¿Tú qué opinas Nizu?
— *maullido*
— *suspiro* A veces quisiera poder entenderte... Espera, ¿Y Conrad?... Seguro ya está intentando conquistar a otra chica por ahí.
En eso, una joven de cabello rubio se acerca a donde está él para hacerle caricias a Nizu, pues su ternura la ha dejado enamorada.
— Disculpa, ¿esta gatita es tuya?
— Ahh sí. — Responde algo nervioso, pues la chica se pega demasiado a él, invadiendo su espacio personal.
— ¡Ay es muy linda! Yo también quisiera tener un gato negro, mucha gente cree son de mal augurio pero para mí son los más bonitos... Dime ¿cómo se llama?
— Nizu.
— ¡Nizu, que hermoso nombre!... Espera... ¡¿Tienes los ojos de diferente color cada uno?!
— Cambió de tema muy de repente.
— Qué curioso, nunca había conocido a nadie así. Uno es de color verde y otro rojo, ohhh.
— Jeje sí... ¿Qué extraño no?
— Ay perdón, me dejé llevar por el momento. Me presento, mi nombre es Luciel Celestine. — Dice mientras extiende el brazo para un apretón de manos.
— *se pone de pie* Yo soy Aiden Agramon. — Responde mientras se estrechan las manos.
— ¡Luciel! ¡Mira a quien encontré! — Se escucha que gritan a lo lejos.
Otra joven llega al lugar y consigo lleva a Conrad jalándolo de la oreja.
— Ay-ay-ay, por favor Ella, ¿puedes soltarme ya?
— Debiste haberlo pensado antes de molestar a esa pobre chica.
— Ay perdóname pues, pero no sabía que te encontraría aquí de casualidad... ¡Aiden ayúdame por favor!
— ¿Ya se conocían? — Pregunta Luciel.
— Sí así es, apenas hace unos días camino aquí. — Responde Aiden. — Pero ustedes, parece que son amigos o algo parecido.
— He venido muchas veces aquí a la capital, así que pude tener la dicha de conocer a estas lindas chicas, ay-ay-ay.
Tras oír eso, la joven lo suelta. Conrad entonces empieza a sobarse su oreja la cual quedó muy roja.
— Ni creas que te solté por lo que dijiste, solo que es de mala educación no presentarse. Me llamo Ella Chambers, un gusto.
— Todos ellos son buenas personas, no creí conocer más nobles así. Nada que ver con el idiota de Landon... Yo soy Aiden Agramon.
— Oye Aiden, ¿Tú también pretendes entrar a la Academia Khraus? — Le pregunta Luciel.
— Así es
— ¿Tú eres un plebeyo no? — Pregunta ahora Ella.
— Ah claro, ¿Pasa algo con eso?
— No, en realidad no pasa nada. De hecho hay muchos plebeyos que son estudiantes de la escuela. Nadie aquí juzga a los demás por su posición.
— Oigan, no quiero interrumpir pero... ya faltan 15 minutos para el examen. — Comenta Conrad mientras les muestra su reloj de bolsillo.
— Qué — Dicen los demás al mismo tiempo.
ESTÁS LEYENDO
The Khraus Academy
FantasyEn un mundo donde la magia lo es todo y mueve cada aspecto de la sociedad, Aiden Agramon es un joven que vive en el pueblo de Alca, en el Reino de Camelot. Su hermana menor, Ireli Agramon, es diferente a los demás: ¡ella no posee magia! Desde pequeñ...