03

12 5 1
                                    

« Encuentros »

Lilith se adentró en el corazón de la manada, su paso era ligero y decidido. La luz del sol filtraba a través de las hojas, creando un espectáculo de sombras danzantes que se proyectaban sobre el suelo boscoso.

Los lobos, al verla, la saludaban con aullidos y ladridos amistosos. Ella respondía con una sonrisa amable, aunque no reconocía a ninguno. Doscientos veinte años era un abismo en la vida de una manada, y las generaciones se habían sucedido rápidamente.

Al llegar a un claro soleado, un grupo de jóvenes lobos la rodeó. Sus ojos brillaban de curiosidad y admiración.

— ¡Alya! — dijo uno de ellos, un joven lobo de cabello gris y ojos ámbar. — te ves aún más hermosa de lo que ya eres

Lilith agradeció el cumplido, aunque por dentro se sentía un poco incómoda ella no era Alya.

—¿Y quiénes son ustedes que se atreven a alagarme ? — preguntó con una sonrisa.

— Somos los guardianes de la manada, Pero ya tú sabes eso somos amigos — respondió otro, un chico de cabello blanco como la nieve. — No nos recuerdas? O persiste la memoria en unos días luego de terminar el colegio — pregunto gracioso

Lilith se sorprendió. Cómo pretendían burlarse de ella. Mientras conversaba con los jóvenes lobos, se dio cuenta de que eran los nietos o bisnietos de aquellos que la habían cuidado cuando era niña. Los años habían pasado, pero la leyenda del demonio que había llegado al reino de la diosa luna seguía viva en la manada.

Y eso le gustaba

De repente, un grupo de lobos más adultos se acercó. A la cabeza iba un lobo imponente, de pelaje negro azabache y ojos dorados que parecían brillar con una luz interior. Lilith lo reconoció de inmediato. Era el rey alfa, el líder de la manada.

— Alya — dijo el alfa con voz profunda y resonante ya enterado de el regreso de Lilith. — Necesito que vengas conmigo al palacio, tenemos cosas importantes que hablar

Lilith solo asintio para seguirlo

El rey la condujo a un lugar apartado del palacio, lejos de los demás lobos.

— Sé que ya volviste Lilith me sobra decir bienvenida. Debes tener muchas preguntas — dijo. — Te contaré todo lo que necesitas saber.

Y así, Lilith se sentó junto al alfa sin perder su expresión fría y calculadora, escuchó atentamente mientras él le hablaba de la historia de la manada, de las amenazas que la acechaban y del papel que se esperaba que ella desempeñara. A medida que pasaba el tiempo, Lilith se dio cuenta de que su destino estaba inexplicablemente ligado al de la manada.

— Aunque los ancianos intentan explicar el porque la diosa luna te salvó y te trajo hasta aquí no encontraron respuestas, no sé si podrías ampliar mi conocimiento sobre eso.

Lilith jugo con su cabeza un rato llevándola de un lado a otro

— Porque debería decirte, se supone que tú, el rey deberías saber ya lo que va a suceder pronto.

El rey se puso rígido de pronto

— Se muchas cosas Lilith Pero no el porque, nos van a atacar solo por tenerte aquí? — dejo la pregunta en el aire

Ella solo comenzó a reír

— Escuchame bien me vale una mierda porque la diosa luna te dejo en nuestras tierras Pero solo te dire una cosa, no te metas con mi gente y ten cuidado con lo que haces porque no te voy a pasar nada.

Lilith siguió sonriendo

— Querido rey, si estoy aquí es porque le estoy haciendo un favor a luna por haberme salvado solo eso, me puedo ir y dejarlos solos Pero se que me van a necesitar y favor con favor se paga.

El rey se quedó pensando

— Aún no me dices la razón por la cual nos debes proteger.

Debo prevenirlo... no no debo

— Pues es tu problema no estar informado, con su permiso sumajestad.

— Tienes la obligación de informarme, no te creas algo que no eres Lilith

Ella lo miró y alzó una ceja

— Ni tu ni nadie me dice que debo hacer o no, yo hago lo que quiero cuando quiero.

El rey soltó una risa

— Por eso decidiste ser una zorra promiscua — dijo sonriendo

Lilith solo soltó una risa que resonó en todo el despacho

Exacto querido, yo decido ser lo que yo quiero, puedo tener a hombre que yo quiera hasta en contra de su voluntad, — dijo acercándose a el y pasando sus manos por sus hombros — puedo doblegarlo a mi antojo — susurro con un tono de voz suave — someterlo a lo que yo decida sin más — prosiguió mordiendo el lóbulo de su oreja logrando su objetivo, volverlo loco

— Pero hoy no tengo ganas de hacerlo, con permiso su majestad.

Al terminar de decir eso salió del despacho de manera triunfal

— Mal nacidos — grito a unos guardias en la puerta

Ella era una hija de puta nunca cambiaría, era una mujer libre tampoco cambiaría, era una mujer muy sádica puess... Tampoco lo cambiaría

— Nadie pudo conmigo, nadie puede y nadie podrá — se dijo a si misma — y talvez podría divertirme antes de que llegue la tormenta.

Luego de caminar durante un rato llegó a la casa dónde la habían criado encontrando a algunos lobos alrededor

— Que está sucediendo aquí — dijo notablemente molesta

Gia la señora que la había criado habló

— El rey los mando para que resguarden la casa y para que est...

— Para que me vigilen — la cortó — está bien dejalos que vigilen no importa, el quiere joderme la vida por lo que le hice — soltó riendo

Gia abrió los ojos escandalizada

— Que le hiciste al rey Lilith

Ella solo volteo los ojos y vio las miradas de lujuria de los soldados y sonrió

— Le demostre que no soy cualquiera para que me trate como se le da la gana, y que entienda que si quiero ser una hija de puta lo soy cuando quiera y nadie me detendrá.

La señora solo nego con la cabeza

— No tienes remedio

Lilith sonrió

— Y si lo tuviera no lo tomaría querida.

Con la esa conversación terminada se interno en la casa a descansar.

***
Hiii

( Cap en corrección)

Lilith Donde viven las historias. Descúbrelo ahora