30

3 2 0
                                    

« La Reina de la Noche »

En las profundidades de su camara, Lilith, la primera mujer y diosa de la destrucción, entrenaba incansablemente. Su figura, esbelta y mortal, se movía con la gracia de una bailarina y la fuerza de un huracán. Cada movimiento era preciso, cada golpe, letal. Lilith no era solo una reina, era una guerrera.

Su entrenamiento era una danza macabra entre la luz y la oscuridad. Dominaba las artes oscuras, invocando sombras y manipulando energías demoníacas. Pero también era una maestra de la magia ancestral, capaz de canalizar la energía de la naturaleza para sus propios fines.

En una cámara oculta, Lilith se enfrentaba a su mayor desafío: un espejo negro que reflejaba sus miedos más profundos. Al mirarse dentro, veía no solo su propia belleza, sino también la oscuridad que la consumía. Y era en esa oscuridad donde encontraba su verdadera fuerza.

Con cada entrenamiento, Lilith se volvía más poderosa. Sus sentidos se agudizaban, su fuerza aumentaba, y su control sobre las sombras se hacía cada vez más perfecto. Era una fuerza de la naturaleza, una tormenta que arrasaba con todo lo que se interponía en su camino.

Justo cuando Lilith se disponía a realizar su último ritual, la puerta de su cámara se abrió de golpe. Agares, Abaddon y Legión entraron, con sus rostros serios y preocupados.

— Lilith, — comenzó Abaddon, — tenemos noticias no tan buenas. Satanás se acerca.

Lilith se giró, sus ojos brillando con una intensidad que helaría la sangre. — Lo sabía,— murmuró. —El momento ha llegado mis queridos aliados.

— Debemos actuar rápido, — dijo Legión. — Satanás ha reunido un ejército formidable.

Lilith asintió con la cabeza. — Ya lo sé. Pero no nos dejaremos intimidar. Hemos estado esperando este momento. Hemos entrenado para esto.

Agares se acercó a Lilith y le tendió una mano tomándo la de él de forma cariñosa. —Unidos, somos imparables querido.

Lilith soltó la mano de legión y tomó la de Agares y la apretó con fuerza. — Juntos, enfrentaremos a Satanás y lo derrotaremos.

En ese momento, un sentimiento de unidad y determinación llenó la cámara. Lilith, Legión, Abaddon y Agares sabían que la batalla que se avecinaba sería la más importante de sus vidas. Pero también sabían que estaban preparados.

La Convocatoria Final

Lilith, Legión, Abaddon y Agares regresaron a la cámara principal de la fortaleza. La atmósfera era tensa, cargada de una anticipación eléctrica. Era hora de convocar a sus aliados.

Con un gesto de Lilith, la cámara se llenó de una luz tenue, proyectando imágenes de los líderes demoníacos más poderosos del Infierno. Azazel, el príncipe de los espíritus, Abigor, el gran duque del Infierno, Abraxas, el creador de todas las cosas, Bael, el rey de lo macabro, y Belial, el príncipe de las mentiras, aparecieron uno tras otro.

— Mis queridos señores,— comenzó Lilith, su voz resonando con una fuerza que sacudió la cámara, — la hora ha llegado. Satanás se acerca con sus legiones. La guerra que hemos temido está a punto de comenzar.

Un murmullo recorrió la cámara. Los líderes demoníacos intercambiaban miradas, conscientes de la gravedad de la situación.

— Hemos entrenado, nos hemos preparado,— continuó Lilith. —Ahora es el momento de demostrar nuestro poder. Mostremos a Satanás que no somos dignos de su desprecio.

Legión se adelantó. — La victoria será nuestra.

Abaddon asintió con la cabeza. —No permitiremos que Satanás contamine nuestro reino.

Agares agregó:

— Esta batalla decidirá el destino del Infierno y de la tierra de Gaia. Luchemos con valentía y determinación.

Azazel, con su voz suave y sibilante, habló a continuación. — La hora de la verdad ha llegado. Que cada uno de nosotros de lo mejor de sí mismo.

Abigor, con una sonrisa cruel, dijo:

— Despedacemos a Satanás y a sus seguidores. Que sientan el verdadero poder del Infierno.

Abraxas, con su mirada distante, simplemente asintió.

Bael, con su voz profunda y resonante, rugió:

— A la batalla, muy queridos amigos — dijo guiñando un ojo

Belial, con una sonrisa burlona, dijo:

— Que comience el puto espectáculo.

Con un rugido unísono, los líderes demoníacos se levantaron. La cámara se llenó de una energía oscura y poderosa. Era el nacimiento de una leyenda.

Lilith, con su voz profunda y resonante, convocó a la bruja, una criatura antigua y sabia que conocía los secretos más oscuros del Infierno.

— Ve al reino Lobo,— ordenó Lilith, — y adviértele del peligro inminente al rey. Dile que Satanás está cerca junto con sus fuerzas para atacar.

La bruja, con una reverencia profunda, se inclinó ante Lilith.

—Como ordene, mi señora.

Con un parpadeo de sus ojos ardientes, la bruja se desvaneció en las sombras, apareciendo al instante en el reino del Rey Lobo. Encontró al rey en su guarida, rodeado de sus lobas.

—Su majestad ,— comenzó la bruja, su voz suave pero llena de autoridad, — he venido a advertirte de un gran peligro que se cierne sobre tu reino. Satanás está llegando con un ataque masivo, y Lilith, con sus aliados, se enfrentarán a él y necesita que envíe a todos los ciudadanos a un lugar lejos y seguro y después vaya con sus tropas para ayudar

El Rey Lobo, un ser imponente con ojos dorados que brillaban en la oscuridad, frunció el ceño.

— De acuerdo Y ¿quiénes son estos aliados de Lilith?

La bruja sonrió

— Comenzamos con Lilith, la madre de todos los demonios, es una fuerza a tener en cuenta. Su poder reside en la seducción y la manipulación. Es capaz de corromper las mentes más fuertes y de crear discordia donde antes había unidad.

— A su lado está Belial, el príncipe de las mentiras, que puede crear ilusiones tan realistas que incluso los más escépticos caerán en sus engaños. Bael, el señor de las legiones, comanda un ejército de demonios implacables y despiadados.

— Abigor, el maestro de la necromancia, puede controlar a los muertos y desatar plagas mortales.

— Agares, el príncipe de los espíritus rebeldes, puede convocar a legiones de espíritus para hacer su voluntad. Y así, la lista continúa pero no hay tiempo deben ponerse en marcha ya.

— Debemos evacuar el reino,— dijo el Rey con voz grave. — Esta bien en cuanto evacue el reino el ejército junto conmigo estaremos ahí.

La bruja asintió.

— Tienes razón, Lobo. El tiempo apremia. Debes reunir a tu pueblo y buscar refugio en los reinos neutrales.

Con estas palabras, la bruja desapareció, dejando al Rey Lobo preocupado.

***
😦 Whats

(Cap en corrección)

Lilith Donde viven las historias. Descúbrelo ahora