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«La Red de Alianzas»

— Belial tú fuiste el último de nosotros en estar en el infierno, que aliados son tan fieles que no podemos corromper aunque es obvio quiénes son.

Belial, con un brillo de determinación en sus ojos, respondió a la pregunta de Baal:

— Los malditos perros falderos de Paimon, Astaroth, Mammon y Leviatán son los más cercanos a Satanás. Eran sus perros falderos, sus ejecutores. Pero incluso ellos, en privado, cuestionaban sus métodos cada vez más extremos pero nunca se atreverían a desafiarlo.

Lilith, con su habitual perspicacia, intervino:

— Si queremos derrotar a Satanás, necesitaremos más aliados y creo tener en mente a unos poderosos y que creo que serían buenos aliados.

— Y cuáles son esos, hoy muchos pero no todos están dispuestos a dar la espalda Lilith — dijo un Bael serio

Lilith asintió y habló :

— Sugiero que busquemos a Legión, Azazel, Abrasax, Abigor, Abadon y Agares. Son poderosos demonios, cada uno con sus propias habilidades poderosas y que siempre Satan los ha hecho menos es un punto a favor.

Baal asintió.

— Es una buena idea, Lilith. Estos demonios podrían ser valiosos aliados. Pero debemos ser cautelosos. No todos estarán dispuestos a unirse a nosotros.

— Yo pienso que todos se unirán tenemos grandes posibilidades con ellos. — dijo Belial

Los tres demonios comenzaron a discutir una estrategia para reclutar a estos nuevos aliados. Sabían que cada uno tenía una personalidad y motivaciones distintas. Legión, por ejemplo, era conocido por su capacidad de controlar legiones de demonios menores, mientras que Azazel era un maestro de la seducción y la manipulación. Abrasax era un antiguo dios cósmico, mientras que Abigor y Abadon eran expertos en guerra y destrucción. Agares, por su parte, era un gran conocedor de los secretos ocultos del universo.

Después de horas de debate, los tres demonios elaboraron un plan. Decidieron dividir sus fuerzas y acercarse a cada uno de los posibles aliados por separado. Lilith se encargaría de contactar a Legión y Azazel, mientras que Baal se ocuparía de Abrasax y Abigor. Belial, por su parte, se concentraría en encontrar a Agares y Abadon ya que creía que los antiguos demonios podría proporcionarles información vital sobre los planes de Satanás.

Antes de separarse, Lilith miró a sus nuevos aliados y dijo:

— Juntos, somos invencibles. Derrotamos a Satanás y construiremos un nuevo mundo, un mundo donde los demonios sean libres y respetados.

Baal y Belial asintieron, sus ojos llenos de determinación. Sabían que el camino que les esperaba sería difícil, pero estaban dispuestos a enfrentarlo.

— Es momento de irnos al reino de nuevo para prepararnos, debemos investigar el destino de nuestros próximos aliados.

Bael asintió y Belial los miraba atónito

— Es enserio que iremos a las tierras de la diosa loca junto con los perros. — dijo un disgustado Belial

— Eso mismo pensé yo al principio, pero no es tan malo como parece — respondió Bael

Lilith solo rodó los ojos

— Andando ineptos es momento de atravesar el bosque de sondas

Bael la miró con horror

— No no me niego, ese maldito bosque de magia blanca es una puta tortura a mi preciosa piel.

Belial lo miro con horror

— Si a Baal le hizo daño a mi también – dijo cruzándose de brazos

— Está bien iremos por otro lado.— dijo ella con sonrisa traviesa

Unos minutos después

— Eres una maldita Lilith — gritaba Bael

Lilith si tomo otro camino pero terminó en la misma dirección todo para hacer sufrir a Bael y a Belial a través del Bosque de Magia Blanca. Un lugar que, por su naturaleza, era tan opuesto a todo lo que ellos representaban como el hielo al fuego.

Bael, con su aversión a todo lo que fuera claro y luminoso, comenzó a quejarse desde el primer paso dentro del bosque.

—Este lugar es una abominación —refunfuñó, tapándose los ojos con una mano. — Demasiado verde, demasiado... vivo.

Belial, aunque más callado, no tardó en unirse a la queja. —Estoy seguro de que hay hadas aquí —murmuró con desdén. — Y unicornios. ¡Unicornios! ¡Qué asco!

Lilith, con una sonrisa burlona, los observaba.

— Tranquilos, mis queridos. Pronto estaremos fuera de este jardín de infantes demoníaco.

A medida que avanzaban, el bosque se volvía cada vez más denso. Flores de colores brillantes crecían a sus pies, y el canto de los pájaros llenaba el aire. Bael y Belial se estremecían ante cada sonido, como si fueran a ser atacados por algún hada enfurecida.

— ¡Miren! —exclamó Belial, señalando un árbol con una gran manzana roja. — Seguro que está envenenada como la que mordió Eva — Soltó una carcajada mirando a Lilith que solo puso cara de asco — O peor aún, ¡que sabe a azúcar!

Lilith se acercó al árbol y tomó la manzana imitando a Eva. — Tranquilo, Belial. No te preocupes, no te vamos a obligar a comer nada dulce.

Antes de que Belial pudiera protestar, Lilith le dio una gran mordida a la manzana. Con una expresión de placer, dijo:

— Mmm, está deliciosa. ¿Quieren probar?

Bael y Belial se miraron con incredulidad. ¿Lilith, comiendo una fruta? Algo andaba muy mal en ese bosque.

— ¡No me mientas! —gritó Bael. —Seguro que te ha salido una verruga o algo así.

Lilith simplemente se rió.

— No seas tonto, Bael. A veces, incluso los demonios necesitan un poco de naturaleza.

El viaje continuó así, con Bael y Belial quejándose de todo lo que veían: ardillas juguetonas, mariposas coloridas, y hasta un pequeño arroyo cristalino que, según ellos, era una trampa mortal llena de ninfas.

Finalmente, después de lo que les pareció una eternidad, emergieron del bosque y pudieron ver a lo lejos el reino de los lobos. Bael y Belial soltaron un suspiro de alivio.

— Nunca más volveré a un lugar así — dijo Bael.

— Estoy de acuerdo —respondió Belial. — Prefiero el infierno.

Lilith los miró con diversión.

— Pues yo creo que este pequeño viaje nos ha hecho bien. Nos ha recordado que incluso en el mundo demoníaco, hay belleza y paz.

Bael y Belial la miraron con escepticismo, pero no pudieron negar que se sentían más relajados después de su travesía por el Bosque de Magia Blanca.

***

(Cap en corrección)

Lilith Donde viven las historias. Descúbrelo ahora