"Tus acciones me pertenecen"... fueron las palabras que salieron de esa amplia y terrorífica sonrisa, si lo recordaba con detalle también le había echado una mirada llena de arrogancia que la hizo desesperar aún más aterrada en ese momento, ni siquiera la había mirado de frente como a una criatura digna de cuidarse sino más bien de reojo y por encima de su hombro.
Aquella expresión de satisfacción como si hubiese visto al bicho fastidioso que por tanto tiempo ansió atrapar, caer al fin en su trampa. Qué repulsión sintió por sí misma y por lo que era ahora, solo podía verlo con una mezcla de impotencia e irrealidad.
Adam en cambio sonrió con legitima diversión antes de salir, aun sus poderes no estaban desarrollados, pero si se quedaba para seguirla provocando quizás desarrollaría la habilidad de matar con la mirada.
Alexander por su parte, seguía sin poder dar crédito a lo ocurrido, como es que la chica casi toca el zapato de su hermano con la punta de su lengua, todo por una simple orden de este. La misma chica que tenía la mente hecha un maremoto, tirada en el suelo, observándolo con impotencia, apretando sus puños sobre la alfombra, mordiendo sus labios hasta que estos perdieran el color.
—¿Estas bien? –intervino acercándose, extendiendo su mano para ayudarla a levantarse.
No obstante, esta solo hizo una señal con su mano, levantándose por su propia cuenta. Con los puños apretados y la mirada oscurecida, echó a correr detrás de este saliendo de la sala.
¨Miserable¨, ¨malnacido, fueron algunas de las palabras que aparecieron en su mente a punto de encontrarlo no muy lejos en el pasillo. La alta figura delgada, de andar arrogante. Le quedaba claro que para el esa orden no había significado nada.
—Vampiro...—llamó con severidad a sus espaldas.
Al instante, llena de rabia, haló a este del brazo, obligándolo a voltear a mirarla.
Como lo esperaba, una expresión de sorpresa se dibujó en su cara. Acaso no le había quedado claro el precio a pagar por su atrevimiento y aun así ¿tenía la intención de continuar su rencilla?... Este arqueó una ceja mirándola con escepticismo, leyendo nuevamente la innumerable cantidad de ofensas atumultuándose en su mente.
—¿Tienes algo que decirme?...—insinuó con tono irónico.
Al borde de su paciencia y con las palabras en la punta de sus labios –"Te asesinaré apenas tenga la oportunidad y me volveré humana antes de lo que piensas..."— la puerta de la oficina de Karen se abrió, viendo a ambos vampiros frente a ella mirándose con seriedad.
En el acto Kan soltó el brazo del vampiro, viéndose frustrado su plan para encarar al cínico pelinegro.
—Que bueno, por lo visto ya están aclarando las cosas.—exclamó sarcásticamente. –Justamente estaba a punto de dar una vuelta por la sala para ver como manejaban la situación entre ustedes.—Dijo chocando sus manos una contra la otra y entrelazando sus dedos, todo con una sonrisa de ironía que pretendía impacientar al vampiro mayor.
—No hay nada que aclarar.—comentó él.—Ustedes dos son las que deben hablar y cuadrar las cosas...—comentó metiendo las manos entre los bolsillos de su pantalón justo antes de irse.—Me voy a mi cuarto, cualquier cosa que necesites, Alexander te atenderá...
—Respecto a eso.—intervino la pelirroja.— Kan dormirá en tu ataúd por el día de hoy o hasta que el suyo esté listo.
En el acto, los ojos de amo y sirviente se abrieron casi al mismo tiempo, por el mismo motivo. Kan volteó a ver a la pelirroja de inmediato quien solo miraba la ancha espalda del vampiro quien se había quedado estático, por los años que llevaba conociéndolo probablemente ya estaba apretando los puños y mordiéndose los labios, sin pensar en nada como especie de remedio para no caer en la impaciencia. Le divertía ver a aquella imponente figura reventarse de rabia de vez en cuando, lo más chistoso era ver que siempre lo disimulaba respirando con tranquilidad y después se retiraba a dormir a su cuarto, pero ahora no tendría donde retirarse.
ESTÁS LEYENDO
Bloodmask: La logia de los niños de la noche
VampirViena, en un reciente pasado, ya nada es lo que solía ser. El silencio de la incertidumbre azota las calles, así como criaturas que solamente rondaban en las peores pesadillas, hasta ahora. El centro de investigaciones Malkavein se verá en la obliga...