El caos reinaba en la habitación, tenían tanta suerte que las instalaciones del hotel tuvieran un salón lo suficientemente grande para lo que habían acordado. Globos de todos los colores revoloteaban por el aire, con algunos atados con cintas brillantes que se escurrían por las esquinas.
Alastor se movía de un lado a otro con una energía desbordante, mientras Charlie, con un brillo en los ojos, supervisaba el montaje de la gran sorpresa.
—¡Más confeti, Alastor! —exclamó Charlie, mientras se ajustaba la corona de papel que había hecho con sus propias manos—. ¡Necesitamos que todo esto brille, porque hoy será un día especial!
Alastor sonrió al imaginar cómo iba a ser el día. Respiró hondo, disfrutando la emoción de estar siempre en el centro de la acción, iba a presumir de su gran planeación. Con ayudar de su sombra coloco las serpentinas que faltaban, el no tener alas, no iba a ser impedimento para decorar el lugar. Si Vaggie o Husk estuvieran a disposición sería más fácil, pero necesitaban a Lucifer ocupado.
—Una fiesta sorpresa para el Rey del Infierno —El solo pensamiento de la situación era hilarante para Alastor— ¿Quién se hubiera imaginado que su majestad no tuvo un cumpleaños en su existencia? ¡Es tan patético como encantador!
Charlie soltó una pequeña risa, acostumbrada a la forma de ser de Alastor, su corazón se llenaba de calidez al pensar en su padre y cómo reaccionaría. Había pasado tanto tiempo intentando acercarse mutuamente desde la reconstrucción del hotel, intentando mostrarle que su relación, aunque algo astillada, aún tenía mucho por dar. Hoy tenía un plan.
—No tengo el recuerdo de ninguna fiesta de cumpleaños para él desde que tengo memoria, pero él si celebra el mío—dijo Charlie pensativa, mientras acomodaba unos platillos de delicados pasteles—. Siempre pensé que tenía alguna celebración en el cielo, pero Vaggie dice que a ningún ángel de primera categoría le hacen algo similar. Este cumpleaños será inolvidable, y quiero que se sienta amado.
—¡Oh, no te preocupes, querida! —respondió Alastor, ajustándose la pajarita—. Esta fiesta será una sinfonía de sorpresas. ¡Incluso tengo un par de trucos bajo la manga para que el cielo se sienta como el infierno! ¡Literalmente!
Mientras planeaban que más decoraciones poner, la puerta se abrió de golpe.
Tanto Alastor como Charlie temieron que su sorpresa fuera descubierta antes de tiempo. Grata sorpresa fue ver que era Vaggie, trayendo un par de decoraciones adicionales. Su mirada se posó en el desorden que aún había.
—¿Aún queda mucho por hacer? —preguntó Vaggie, levantando una ceja— ¿Ángel todavía no termina de cocinar?
Charlie se acercó emocionada, su voz burbujeante retumbó en la habitación.
—El sigue en la cocina, cuando acabé vendrá para ayudar a terminar de decorar.
Vaggie sonrió, y se puso manos a la obra, entendía la importancia del momento.
—Husk sigue con él , pero no sé cuánto más pueda distraerlo, solo espero mis tíos no tarden en llegar—dijo con una mirada angustiada—. Cuando todos estemos presentes entonces lo llamaremos.
—Por ahora, tenemos tiempo antes que sospeche por qué no nos ha visto en todo el día —respondió Alastor.
Mientras continuaban con los arreglos y discutían los detalles, la ansiedad crecía entre ellos. Alastor esperaba poder iluminar el rostro de Lucifer, era algo "sin sentido" una mera banalidad seguro para un ser de millones de años, sin embargo, quería hacer algo lindo por su pareja.
Al paso de los minutos los invitados fueron llegando, los pecados capitales. Todos estaban listos. Finalmente, llegó el momento, un mensaje de texto fue enviado a Husk para que trajeran a Lucifer. Todo estaba listo; globos flotando, luces parpadeantes, y un sinfín de postres y comida sobre la mesa central.
—¡Es hora, Charlie! —dijo Alastor, sus ojos brillaban con emoción.
—¡Todos a sus lugares! —susurró Charlie, ocultándose detrás de una cortina junto a Vaggie. Ozzie intento hacerse lo más pequeño posible para no llamar tanto la atención y Bee hacia todo lo posible para que su estómago no tuviera tanto brillo y resplandor. Alastor se escondió en su sombra y Ángel detrás de la comida.
Cuando Lucifer abrió la puerta, su expresión se transformó al ver la decoración y la brillante iluminación. Una mirada de confusión cruzó su rostro, seguido de un atisbo de duda.
—¿Qué es todo esto? —preguntó, frunciendo el ceño.
Esa fue la señal.
—¡Sorpresa! —gritaron todos, saltando de su escondite.
Lucifer quedó paralizado, su mirada se volvió entre asombro y desconcierto. En ese momento, brillaron las luces y los globos estallaron en una celebración de colores. El letrero que encabezaba la decoración se podía leer «Feliz Cumpleaños».
—¿Un cumpleaños? —preguntó, la incredulidad retumbaba en su voz—. ¿Para mí?
Charlie dio un paso adelante mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de felicidad.
—Sí, papá. Nunca habías tenido uno, así que decidimos que era hora de celebrar. Queremos que sepas cuánto te queremos y lo especial que eres para nosotros.
Lucifer miró a su hija. El tierno brillo en su rostro rompió algo dentro de él.
—No sé qué decir... —susurró, la emoción temblando en su voz.
—¡Puede decir lo que quiera mientras sopla las velas! —bromeó Alastor, acercándose con un pastel decorado—. Pida un deseo su majestad.
—No podría pedir nada más de lo que tengo aquí. —Lucifer contemplaba con amor a su hija y pareja, además de toda su familia, había pasado tantos años en soledad, ahora eso había quedado atrás.
Y así, entre risas y cuentas, comenzó la verdadera celebración. Alastor hizo chistes mientras Ozzie y Bee compartían anécdotas divertidas sobre Lucifer cuando eran más jovenes.
La música sonaba, las luces brillaban, ver bailar a Lucifer y Alastor era todo un deleite a la vista, como si fueran hechos para estar en los brazos del otro, desde que ambos comenzaron a salir, ellos se complementaron por completo. Las canciones sonaban, una tras otra y ninguno de los dos pensaba separarse.
—Gracias Alastor, realmente lo estoy disfrutando —dijo Lucifer luego de que le dieran una vuelta.
—Lo que sea por ti, querido, aunque la idea fue de Charlotte, nuestra pequeña es toda una líder.
—¿"Nuestras" Eh? Lo dejaré pasar esta vez —soltaron ambos una risa— Nunca antes había imaginado tener una fiesta así para mí.
—Espero que hayamos elegido una buena fecha, por qué ahora este será tu cumpleaños, manzanita.
Lucifer se permitió disfrutar rodeado por aquellos que realmente lo amaban. Ahora tenía una familia muy unida.
Mientras el tiempo pasaba, Lucifer se sintió afortunado, en su corazón supo que, aunque había sido creado en el cielo incluso antes de que alguien llevará registro del tiempo, ese día se había sentido como en su verdadero hogar en el corazón de su familia, fue un hermoso jodido día infernal.
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Flufftober - RadioApple
RomanceReto Literario de la página de Facebook #EsDeFanfics Flufftober - RadioApple 1- Primer día de Novios 2- Atardecer 3- cumpleaños 4 - Curar Heridas 5 - Feria 6 - Mudanza 7 - Apodos 8 - Compras Domesticas 9 - Flores