Entrelazar dedos

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En la vasta y opulenta sala de reuniones del palacio real, el ambiente estaba cargado de tensión y expectación. En un extremo de la mesa, Lucifer, se encontraba sentado con un aire de superioridad y orgullo, una mascara tan bien puesta para no dejar ver lo nervioso que en realidad se hallaba, su mirada perspicaz examinando a los otros pecados y overlords presentes.

Alastor, ocupaba un asiento a la derecha de su pareja, su expresión siempre un poco traviesa. Sin embargo, bajo su encanto inquebrantable, había una chispa de ternura destinada solo para el rey a su lado. La reunión trataba sobre la posible guerra entre el cielo y el infierno a causa de la muerte del primer hombre y no había nada que le encantara más que ver a Lucifer siendo autoritario y un rey digno de admirar.

Mientras los otros discutían animadamente sobre las estrategias, Lucifer rápidamente se inclinó hacia Alastor, sus miradas se encontraron en un pequeño universo donde el tiempo parecía detenerse. De forma casi instintiva, el rey alcanzó la mano de su compañero por debajo de la mesa. Sus dedos se entrelazaron en un gesto furtivo pero profundamente significativo, un pequeño pacto de complicidad que solo ellos entendían.

Alastor sonrió, sus ojos brillando de alegría al sentir el contacto. Era un momento frágil, rodeado de caos y disgustos que podían llevar a todos a su destrucción, pero para ellos, la verdadera batalla era la de mantener su cariño escondido entre la frialdad de la política infernal.

—Miren se que ninguno de aquí quiere tener una alianza de poder— comenzó Lucifer con voz firme, —pero el cielo no tendrá piedad en acabar con todos, si no nos unimos, lo único que habrá serán las cenizas de nuestros cadáveres, así que hay que unirnos y pelear.

Al mismo tiempo que los presentes empezaron a expresar sus opiniones, Alastor aprovechó para apretar un poco más la mano de Lucifer, un gesto que su rey comprendía a la perfección, enviándole un mensaje silencioso de apoyo. Por un breve instante, ambos demonios compartieron una risa interna, ensimismados en su propio mundo ajeno a las preocupaciones que les rodeaban.

Zestial levantó la voz para interrumpir el murmuro de la sala. —Yo creo que debemos comenzar por crear más armas y escudos, Carmilla es la indicada para ese trabajo— Pero mientras hablaba, Alastor aprovechó la oportunidad para voltear un poco en su silla y acercar su rostro al de Lucifer, murmurando en un tono casi inescuchable: —Esto será tan divertido como parar el exterminio, muero de la emoción por verte en tu forma más demoniaca.

Lucifer ahogó una risa, contenido solo por la seriedad del ambiente. —Sabes que puedo mostrarte esa faseta mía cuando quiera, querido— respondió en un susurro que solo Alastor pudo escuchar, pero el brillo en sus ojos traicionaba su diversión y coqueteo.

A medida que la conversación continuaba fluyendo, ambos se dedicaban a darse pequeñas muestras de afecto por debajo de la mesa; sus miradas cómplices, un roce sutil de sus manos, y los suaves guiños que compartían fueron un lenguaje nadie más noto. En la sala llena de pecadores y pecados, eran un mundo aparte, y su conexión mantenía la esperanza viva en un lugar donde la oscuridad parecía siempre prevalecer.

La junta continuó, las voces se alzaron y las opiniones chocaron, y mientras tanto, Lucifer y Alastor cultivaban su lazo en el silencio hermético de sus gestos compartidos. Sabían que su amor debía seguir siendo un secreto, aún no era momento para dar la noticia, pero estaban decididos a proteger a toda costa su hogar, después de la guerra podrían anunciarlo.

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Este one-shot en particular me encanta, más que todo por que me gustaría ver a Lucifer ejerciendo su papel de rey en el infierno y que Alastor lo apoye.

Gracias por el apoyo, alegran mi cora con sus comentarios y estrellitas 

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⏰ Última actualización: Oct 17 ⏰

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