Feria

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—¡Papá! Mira mira, encontré nuestras fotos cuando íbamos a Lulu Word —Charlie llegó hacia el cómo si de nuevo fuera una niña chiquita que acaba de descubrir algún tesoro, ella siempre sería la luz de su vida.

—¿Lulu Word? ¿Qué es eso? —pregunto Alastor, con genuina curiosidad.

Alastor como Lucifer se hallaban tomando una taza de café, no faltaba mucho para la cena, pero ambos querían descansar un poco.

—Es un parque temático que hice para Charlie cuando estaba pequeña, es como una feria —respondío Lucifer, ya tenían bastantes años sin ir.

—Si, todo está ambientado tan lindo, es muy divertido, íbamos todo el tiempo.

Ambos revisaron las fotos, una pequeña Charlie de apenas cincuenta años se veía en ellas, aunque para términos humanos, ella tendría unos cinco años, entonces fue cuando Lucifer, se había decidido que era el momento perfecto para mostrarle a Alastor, una de sus mejores creaciones -o al menos eso quería creer- ¿A Alastor le gustaría ir? Solo había una forma de averiguarlo.

Después de la cena, cuando todos estuvieron en sus respectivas habitaciones. Ambos adultos se preparaban para dormir.

—Oye, me quede pensando... —Comenzó Lucifer.

—¿Y ese milagro de la naturaleza? —interrumpió Alastor, riendo un poco por la cara de amargado que había puesto el rey. No tuvo tiempo para esquivar la almohada que fue a dar directo a su rostro.

—Muy gracioso, ahora si me dejas terminar —Lucifer se veía satisfecho con haberle podido dar— Quería invitarte mañana a visitar mi parque temático ¿Qué dices?

Alastor quedo un poco desconcertado, claro que tenía curiosidad de como era, un lugar hecho por el mismo diablo, en vida había ido muy pocas veces a ese tipo de lugares, nunca fue gran fanático, pero podía ver en los ojos de su pareja que le hacía ilusión.

—Bueno, suena como una experiencia nueva de entretenimiento, ¿Dónde se encuentra?

—Esta entre la Ciudad Imp y la Ciudad Pentagrama, así que no es muy lejos.

Alastor asintió, jamás había tenido la necesidad de salir del pentagrama, por lo que ahora tenía más curiosidad.

A la mañana siguiente al llegar al destino, Alastor se quedó asombrado por la entrada, un enorme arco adornado con luces de neón con temática de manzana que titilaban al ritmo de una melodía pegajosa. Todo parecía vibrar con energía embriagadora, como si el propio infierno hubiera cobrado vida y el aura demoniaca de su pareja estuviera en todos los rincones. Lucifer, con una sonrisa encantadora, se volvió hacia él.

—¿Estás listo para la aventura, querido? Este parque es el epítome de la diversión, todo delicioso y tentador.

—¿Seguro que hizo este parque para Charlotte? Tiene un aire, bastante abrumador. —No era incomodo, para nada, pero se podía sentir que era un lugar hecho a totalidad por el poder de su pareja.

Las atracciones parecían salir directamente de una película de terror mezclada con comedia. Hay un carrusel de demonios danzantes y una montaña rusa que serpenteaba por el aire como una serpiente gigantesca.

—Hay también un área para niños, sin embargo, dudo mucho que quisieras ir por ese rumbo, en estas atracciones vienen mayormente los nacidos al infierno a divertirse —Lucifer sabia que no iba a ser tan popular el parque temático si hacía algo tan tranquilo, en este proyecto pudo sacar su lado más desinhibido.

—¿No se supone que los parques temáticos hacen que la gente se sienta feliz? —preguntó Alastor con un guiño irónico—. Este lugar tiene una atmósfera... única.

Flufftober  - RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora