I could never...

33 3 2
                                    

Sanji permaneció en silencio, su respiración aún pesada mientras intentaba controlar el torbellino de emociones que lo atravesaba. Chopper, que se había sentado a su lado, lo miraba con sus grandes ojos preocupados, sin decir nada al principio. El pequeño reno siempre sabía cuándo alguien necesitaba compañía, y en ese momento, Sanji agradecía no estar completamente solo.

—¿Estás bien, Sanji? —preguntó Chopper en voz baja, su preocupación evidente.

Sanji cerró los ojos un momento, intentando encontrar las palabras adecuadas, pero todo se sentía demasiado confuso. No quería preocupar a Chopper, pero tampoco podía seguir guardándose todo lo que sentía.

—No lo sé, Chopper… —respondió al fin, su voz más baja de lo habitual. Bajó la mirada hacia sus muñecas, aún enrojecidas. Las marcas eran un recordatorio de lo que había pasado, y la mezcla de dolor y rabia no desaparecía.

Chopper miró las muñecas de Sanji con una expresión de tristeza. Sabía que había algo mal, pero también entendía que no podía presionar demasiado. Así que simplemente se quedó allí, ofreciendo su presencia.

—¿Te duele mucho? —preguntó Chopper, tocando suavemente una de las muñecas de Sanji, siempre con cuidado.

Sanji negó con la cabeza, aunque el dolor físico no era lo que más le molestaba en ese momento.

—Es más complicado que eso, Chopper… —admitió Sanji. Su mirada se desvió al cielo, como si buscando alguna respuesta. —A veces… las cosas no salen como uno espera, y terminas decepcionado. De ti mismo, de los demás… —hizo una pausa, respirando hondo. —Y no sabes si es culpa tuya por esperar demasiado o si simplemente te fallaron.

Chopper lo miraba con atención, intentando comprender lo que Sanji sentía, aunque fuera difícil para él. Aun así, su instinto le decía que Sanji no necesitaba más que alguien que escuchara.

—Sanji, tú siempre cuidas de todos nosotros, pero también necesitas cuidarte a ti mismo… No está mal sentirte mal por lo que te pasó —dijo Chopper con su tono cálido.

Sanji sonrió un poco, aunque había tristeza en sus ojos.

—Gracias, Chopper… —murmuró. —No sé qué haría sin ustedes, nakamas. Supongo que… a veces uno necesita más tiempo para entender qué está pasando en su cabeza.

—Nos tienes a todos, Sanji. Puedes contar conmigo, con Luffy, con Nami... Incluso con Zoro, aunque a veces él no lo demuestre. —Chopper hizo una pausa, mirándolo con determinación—. Y recuerda, no tienes que cargar con todo tú solo.

Sanji suspiró, sintiendo que las palabras de Chopper calmaban, aunque solo un poco, el caos dentro de él.

—Lo sé… —Sanji miró hacia el callejón vacío. La brisa cálida de Alabasta le despeinaba ligeramente el cabello rubio, pero en ese momento, se sentía un poco más tranquilo.

Chopper se quedó allí a su lado, sin decir más, entendiendo que lo que Sanji necesitaba era tiempo. Sanji sabía que el pequeño doctor tenía razón, pero aún quedaba mucho que procesar. Las cosas con Zoro eran complicadas, y su corazón seguía dividido por lo que había sucedido con Ace.

Pero al menos ahora, sentado en silencio con Chopper, tenía un momento de paz.

---

Sanji dejó escapar un largo suspiro, su mirada perdida en el suelo mientras Chopper seguía sentado a su lado, en silencio. La compañía del pequeño reno era reconfortante, pero su mente no dejaba de darle vueltas a lo ocurrido. No solo con Zoro, sino también con Ace. Había algo en todo aquello que le hacía sentir más confundido de lo que quisiera admitir.

Fuego y Acero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora