Larga noche 1

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Zoro lo observaba en silencio, con una expresión seria pero llena de algo que Sanji no podía identificar del todo. No había interrumpido a Sanji en toda la noche, solo lo había escuchado, pero no podía esperar más, tenía que continuar con su no deseado plan.

Zoro de repente, tomó bruscamente a Sanji del brazo. Sanji, con la mente nublada por el alcohol, lo siguió sin resistirse, ya que no podía hacer mayor cosa.

Zoro lo llevó a un motel cercano, uno sencillo pero limpio, donde ambos podrían permanecer sin ser interrumpidos, después de la larga noche. Al ingresar a la habitación, Zoro cerró la puerta fuertemente antes de volverse hacia Sanji, con un dejo de lujuria y deseo en su mirada.

—¿Qué haces...? —preguntó Sanji, confundido por el comportamiento de Zoro. Pero antes de que pudiera procesar lo que sucedía, Zoro lo empujó sin cuidado hacia la cama, haciendo que Sanji cayera sobre el colchón con un gran e inesperado sobresalto. No fue un gesto delicado, sino más bien decidido, él sabía lo que quería.

Zoro se acercó lentamente y, sin decir una palabra, se inclinó sobre Sanji, sujetando sus muñecas con firmeza, lastimándolo sin saberlo. El espadachín lo miraba intensamente, sus ojos reflejando una mezcla de emociones que Sanji no había visto antes, pero que reconocía. La respiración de ambos se entremezclaba en el silencio de la habitación.

—Sanji... —murmuró Zoro, inclinándose un poco más, tan cerca que sus labios casi rozaban los del cocinero— No quiero que esto se convierta en algo que lamentemos.

Sanji, sorprendido por el inesperado tono suave de Zoro, mezclado con su brusquedad; sintió su corazón acelerarse. Su mente todavía estaba nublada por el alcohol, pero en ese momento, todo lo demás parecía desvanecerse. Lo único que podía sentir era el calor del cuerpo de Zoro sobre el suyo, él había esperado tanto esto como Sanji lo había hecho, ambos lo deseaban, pero por más que Zoro quiera controlarse, era imposible y el cocinero lo sabía más que todos.

El espadachín lo miraba a los ojos, buscando alguna señal en su rostro, como si esperara alguna respuesta antes de actuar. Y entonces, Sanji, con la voz algo temblorosa, murmuró:

—No te detengas, —respondió si estar muy seguro de esto, mientras un escalofrío corría por su espalda.

Zoro, sin decir nada más, besó a Sanji con mucho deseo y desesperación incontrolable. No era el beso de un rival o un enemigo, sino el de alguien que, tal vez, sentía más de lo que estaba dispuesto a admitir.

El espadachín soltó una de las muñecas de Sanji y con esa mano pasó por debajo de la camisa del cocinero, tocando su tersa y delicada piel. El rubio ante su toque, no pudo evitar estremecerse debajo del espadachín, su toque ardía ante su piel haciéndolo retorcer.

Sin previo aviso, Zoro bajó una de sus manos hasta la entrepierna del rubio, bajando aquella cremallera que no le dejaba disfrutar lo suficiente. Sanji no lo detuvo, sabía que iba a ser inútil por lo que, con resignación, aceptó.

La habitación se llenó de calor, no solo por la temperatura habitual de Alabasta, sino por la intensidad de los sentimientos que flotaban en el aire. Ambos se miraron a los ojos, sus respiraciones se entrelazaban agitadamente, creando una atmósfera densa y cargada de expectativa. Las manos temblorosas de Sanji recorrieron la piel de la espalda de Zoro, con algo de miedo por lo que vaya a suceder. El espadachín también tocaba la piel del cocinero con lentitud, como si quisiera memorizar cada curva y cada detalle. Sus corazones latían al unísono, sincronizados por algo más grande que ellos. Sin palabras, sabían que lo que compartían en ese momento era único...

De un momento a otro, entre jadeos de parte de ambos, Zoro comenzó quitándose la ropa con desesperación, besó y mordió la delicada piel del cuello de Sanji mientras le quitaba las prendas a él también. Sanji se sentía intimidado e indefenso, sin saber que exactamente hacer.

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Levantó las piernas del rubio y, sin previo aviso, dejó entrar su reciente erección sin cuidado de lastimarlo, haciendo que Sanji se retuersa del dolor por lo inesperado; después de todo él nunca había hecho algo así, no con un hombre...

Sanji intentó apartarlo con las pocas fuerzas que le quedaban, sus brazos estaban débiles, por lo que no podía hacer mayor cosa para evitarlo. Zoro lo tomó fuertemente por el cuello, dejándo al rubio sin poder respirar con facilidad, no lo importaba lo que sentía Sanji, simplemente quería calmar de safisfacción y deseo.

Quería hacerlo suyo sin importar lo que pase.

Zoro seguía introduciendo su miembro con rapidez, mientras sostenía del cuello a Sanji, el rubio trataba de evitarlo pero era imposible, sentía como entraba y salia rapidamente de él. Su interior ardía y cada roce le dolía como el infierno, además del gran tamaño del miembro de Zoro.

La imagen de Zoro encima de él, se nublaba cada vez más, todo lo que veía estaba borroso. Con un movimiento rápido, Zoro soltó el cuello del rubio y lo volteó, poniéndolo en cuatro con las caderas ligeramente levantadas. Lo tomó del pelo y hundió la cara de Sanji contra la almohada y, con sus grandes manos, levantó más las caderas del cocinero, haciéndolo arquear la espalda sin querer, cosa que excitó más al peliverde.

Sanji soltó varias lágrimas de dolor, no podía sentir su cuerpo, literalmente no se podía mover, la fuerza de Zoro era superior.

El espadachín se acercó a su oido y susurró, —Eres mio. Si alguien intenta tocar mi propiedad, no dudaré en romperles la cara.

Sin que Sanji pudiera reaccionar antes, él lo penetro aún más, con un gran ceño fruncido, estaba enojado después de todo, él recordó el por qué empezó esto. —No creas que olvidé lo que pasó entre el idiota de Ace y tú...

El rubio, con la poca fuerza que le quedaba, decidió responderle, —Pues prefiero quedarme con ese idiota...

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Un fuerte sonido resonó en toda la habitación, Zoro había volteado y golpeado a Sanji en la cara, lo que dijo lo había hecho enfurecer, más de lo que admitiria. Aunque el muy bien sabía que Ace era mucho mejor que él, nunca lo aceptaría o dejaría que lo vuelva a tocar a Sanji, él le pertenece...



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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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