Un amor de otro mundo-Astrid x Tn

1-Vuelta a Winter River

Lydia se encontraba ahora trabajando en un programa de televisión para videntes donde mostraba casas encantadas y hablaba con espíritus. Así se ganaba la vida, y realmente le iba muy bien. Pero algo ocurría desde hacia un tiempo, algo a lo que tuvo que acudir a especialistas para poder superarlo. Y eso era que de vez en cuando veía a nada menos que a Beetlejuice entre el público, pero al final solamente era alguien vestido con rayas negras y blancas.

Sin embargo lo peor fue que en mitad de su programa, vio a alguien entre la gente y tuvo que hacer una pausa para acudir al cuarto de baño. Allí se relajó un poco e incluso vio a una fantasma con un cuchillo clavado en la frente. Para poder hacer frente a todo ello, se tomaba unas pastillas.

—Eh Lydia—escuchó una voz que le hablaba cerca suyo.

Era nada menos que Rory quien se había convertido en un apoyo y en cierto modo, tenían una relación amorosa. Ambos se conocieron en la reunión donde acudió para superar todo lo que tuvo que pasar en aquella casa.

Rory descubrió que se tomaba pastillas y las arrojó a la papelera, aunque luego se las dio ante las suplicas de su chica. 

Justamente cuando se estaban abrazando, sonó el teléfono de su madrastra. No le quedó otra que acudir a su galería de arte en taxi. Su relación con ella había mejorado bastante desde hace unos años. Entró y la encontró con uno de esos artistas, pero éste se marchó molesto porque había tenido que cancelar su sesión de arte.

—Lydia—lloraba la mujer—tu padre...él me ha dejado.

—¿Te ha pedido el divorcio?—preguntó ella sorprendida.

—¡No, Charles nunca haría algo así!—replicó ella algo molesta—¡ha muerto!.

—¿Qué?—los ojos de la mujer se abrieron de par en par.

Mientras tanto, el artista que había tenido que cancelar su obra, se había marchado tan enfadado que no vio la alcantarilla abierta por la cual cayó y murió en el acto.

Al abrir los ojos se vio en un pasillo lleno de puertas y el ambiente color verdoso, vio a un hombre de limpieza y le preguntó.

—Todo recto segunda puerta—dijo éste mientras iba con los cascos puestos.

No se había percatado de que era el otro mundo, el mundo de los muertos.

El limpiador hizo un breve descanso, bebió un producto de una pequeña guardilla y se marchó con una pulidora a una gran sala llena de trastos para seguir con su trabajo. Pero tan distraído estaba y oscuro era el lugar que no vio el agua del suelo siendo electrocutado para acto seguido salir volando hacia unas cajas.

Unas pocas cajas cayeron de una estantería y se abrieron, eran las partes de un cuerpo de una mujer muerta. Poco a poco se fue reconstruyendo mientras se cosía a base de grapas por todo su cuerpo hasta lograr estar completa. Cuando el limpiador la vio, se puso en pie diciendo que no debería estar ahí pero fue agarrado del cuello, levantado del suelo y la bella mujer abrió la boca para succionar su alma poco a poco y dejarlo sin vida.

—Beetlejuice—susurró ella con una enorme sonrisa.

Afuera del lugar, Astrid hacia su vida escolar cuando sus compañeras trataron de darle un susto con una sábana y un cartel que decía BOO.

—Cuando estéis todas con vuestro tercer hijo y segundo divorcio...veremos quien ríe—se metió a su habitación y tras sentarse, apagó las llamadas de su madre. Miró la foto con su padre, el cual había fallecido un tiempo atrás.

La ignoró durante unas horas hasta que vio a su abuela llamarla a gritos y avergonzarla allí mismo. No le quedó otra que bajar a hablar con su madre y enterarse de que su abuelo Charles, al cual Astrid consideraba el más normal de la familia, había fallecido. Al parecer, su padre sobrevivió a que su avión se estrellase en el mar pero luego un tiburón se lo comió. Más bien, le dio un bocado enorme desde la cabeza hasta parte del pecho.