capitulo 3

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066 se tensó al escuchar a su anfitrión nombrar el nombre de "Elijah" después de tanto tiempo, y es que durante los años que estuvo descansando más bien guardando luto, Luciel no volvió a mencionar el nombre de Elijah. Por eso que el escuchar tal nombre y que saliera de la boca de Luciel, le hizo saber a 066 que en el fondo por mas duro que se muestre, su anfitrión extrañaba a quel hombre que enterró en ese primer mundo.

Y a esa persona en cuestión de segundos su aguda mirada de ese hombre de aspecto autoritario; se oscureció tras ser llamado de esa forma, en si no le molestó que Luciel dijera ese nombre.

Lo que hizo sentir disgusta e irritado a ese Adonis es en la forma en que se expreso Luciel, la mirada de inmenso anhelo y esperanzada que ni el propio Luciel se había percatado de ello. Eso le orilló a ese hombre bajar con elegancia de ese Lamborghini, negro. Queriendo saber una sola cosa que le preguntaría a Luciel.

Ya fuera del auto de pie dejo ver su sensual figura, unas sexys piernas largas y no es para menos si bien estaba midiendo; 1.88 metros de altura. Él emana una increíble masculinidad tan increíble como lo es su escultura cuerpo bien definido.

Casi como si cada músculo marcado en su cuerpo hubiese sido trazado minuciosamente por el mejor escultor, cual pincel definiendo las líneas y dureza de esos abdominales, antebrazos, pero en lo que mas hubo mucho esmeró; fue en detallar la magnífica espalda mas sus amplios hombros y de estrecha cintura que se podría considerar de sirena, ¿cómo podrías quitarles los ojos de encima a tal maravilla? Era algo e imposible y Luciel lo sabía.

Él no podía dejar de observar el ovalado y tan cincelado rostro de ese hombre, sus pestañas largas son tan azules como su cabello simi-largo cayendo un dedo bajo su cuello, mechones sueltos sobre frente a lo que cubrían tan bonitas cejas suavemente arqueadas.

‹El golpe en la cabeza de ayer me está haciendo ver y pensar cosas absurdas, o el que este fingiendo tener amnesia pueda que también esté influenciado en mí... podrá tener el mismo color de ojos y quizás la mirada pero solo existe un Elijah...y ya lo enterré.›

—¡Niño está es alguna táctica destructiva para poder llegar al joven maestro!—Exclamó, un esbelto hombre de cabello marrón.

—¿Qué?—Frunce el ceño.

Porque donde sea que vaya me encuentro con gente como está, ¿sus ojos para que los tienen? ¿No se dan cuenta de mi expresión o fingen ignorarlo?

<¡Anfitrión, por favor!> Se exaltó al notar la oscuridad alrededor de Luciel. <Guardemos la calma, ¿si? Recuerde que estamos yendo a la estación de policía. ¿Lo olvido?> 066 se esmera para que Luciel no asesine al primer día de haber llegado a este mundo. [Que estás esperando para decirme quién rayos es.] Para matarlo después por supuesto.

—Ni siquiera se quienes son ustedes, solo los de tuve porque quería pedir su ayuda.—Vacío toda emoción quedando únicamente una mirada inexpresiva, vacía.

Eso no paso desapercibido para el hombre adulto, sin darse cuenta una de sus ya estaba sosteniéndo bruscamente la barbilla de Luciel. Sonriendo fríamente al ver la reacción inmediata de Luciel.

—¿Qué excusa más absurda?—Pregunta, tiene un timbre de voz autoritaria, pero con un toque melodioso  como si cambiará según su cambio de humor—No soy tan fácil para caer en alguna especie de coqueteo que este planeando realizar.—Su dedo pulgar presionó los labios de Luciel, sin percatarse que estuvo a poco de lamerse sus jugosos y rojizos labios.

—¿Quieres morir?—"Esto se siente tan familiar" pensó, al mismo tiempo que procede a dejar salir una presión sofocante.—No soy tan paciente.—Agarra ambos lados de la camisa del contrario, tirando al mismo lado para cubrir la desnudez de ese exuberante pecho (que no se note que tengo una afinación por las grandes pechonalidades...digo, buenos sentimiento)—El coqueto y exhibicionista es otro.

Castigando las injusticias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora