¡Oh! Capitán - Lulaw / Lawlu

VIII

¿Has experimentado esa sensación, donde sientes que no puedes contener las lágrimas, solo en una habitación, con la extrañeza de la soledad, pero aparecen esas personitas que inundan tu pecho de alegría y atrapan tus lagrimas?

Para Luffy, eso era el amor, cuando sus hermanos le abrazaban y no se apartaban de su lado hasta que dejara de llorar. Y ellos llenaron ese hueco llevándolo de la mano a un mundo ruidoso del que ya no pudo escapar.

La música fue parte de él desde pequeño, amando todos esos sonidos tan desordenados que se complementaban creando obras maestras, provocando una pequeña taquicardia que amaba y esa sensación donde la piel se eriza, saboreando las emociones en la punta de su lengua.

Es simplemente fascinante.

Saltaba en el sofá emocionado, cantando desentonado mientras ellos bailaban y cantaban junto a él. Disfrutaba de esa canción, más si está en compañía de las dos personitas que más ama.

Dime, ¿Qué va a ser de ti cuando seas grande?
¿Será muy tarde para invitarte a inventar algo nuevo?
Naves espaciales que nos vuelvan parte
De cosas que antes no imaginaste y que ahora son un juego

¿Quién más va a creer
Tus historias del mundo al revés?
Quiero convencerte de lo que sé

Ya es la tercera vez que repiten la misma melodía, sin cansarse de escucharla. Para Sabo y Ace, es una dedicatoria a su hermanito, una canción que expresaba demasiado.

Subieron al sofá, saltando junto a él, pronunciando la letra sin cuidado, adorando el sonido de la risa de Luffy, mezclada con esa letra llena de todo lo que les conforma.

Tú y yo somos igual que otros normales
Llegamos tarde a todas partes, siempre tenemos miedo
Vamos a crecer y dejar de creer en lo que nunca vemos
Pero sabemos que existe si queremos

¿Quién más va a creer
Tus historias del mundo al revés?
Quiero convencerte de lo que sé

Solo son ellos, pasando un momento agradable sin preocupación.

La canción que marco la infancia de los tres, escuchando los sueños tan irreales pero a su vez tan fantásticos de su hermanito y como querían acompañarlo en cada paso, tomar su mano y eliminar los miedos que se atravesaran en su camino.

No querían que los sueños de Luffy bajaran de las nubes y se inundaran de realidad; deseaban atraparlo cuando cayera y ayudarle a subir de nuevo a su mundo de fantasía. Odiaban la idea de que su hermanito enfrentara el mundo de golpe y que decayera. Deseaban ayudarlo a planear su vida, a prevenir el futuro.

El futuro.

Luffy ya no es aquel niño soñador; le arrancaron todo lo que le motivaba y ellos han sido en parte culpables.

Sueños ¿Ello aun los tienen?

—Ace —lo llamo Sabo, retirando el audífono que reproduce aquella canción.

Noto las ojeras que adornan los ojos del rubio, quien se ve tan cansado y triste.

—No quiero hacerlo —murmuró Ace.

—Yo tampoco.

Se sentó al otro lado del escritorio de la oficina de Ace, colocándose el audífono para sonreír con nostalgia.

—Azul de Little Jesús —pronuncio Sabo.

—Creo que Luffy odia esta canción —menciono Ace.

—Yo creo lo mismo, era su favorita cuando era un niño.