III

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Robin mantenía una sonrisa tranquila, escuchando al más hiperactivo de los menores, relatar como es que lo nombraron capitán del equipo de fútbol, que pese a ser el sueño de su padre, no imagino que cierta emoción lo invadiría.

—¡Y Bellamy me dijo que lo buscará en la biblioteca! —dijo enfadado—, pero hay tantas en la universidad que entré a la primera que vi, cerrando la puerta sin haber visto el cartel que decía "no cerrar" y me quedé encerrado.

—¿Te encerraste en la biblioteca? —Robin río.

—Imagínatelo Robin —hablo Usopp entre risas—. El cartel, más grande que su cabeza de un color fosforescente y el tonto no lo vio.

—¡Yo tenía prisa! Porque Bellamy quería presentarme a alguien —se encogió entre hombros.

—A Boa Hancock —pronuncio Nami—, la chica más bonita de la universidad, babeando por nuestro amigo, quien lo diría.

—La pobre quedo plantada por qué Luffy nunca llegó —se burló Sanji.

—Yo casi sentí pena por ella —expreso Zoro.

—¡Ah, como sea! Todo por qué no vi ese tonto cártel.

El celular de Sanji emitió un melodía, alertando a todos.

—Debemos irnos —aviso.

—¿A dónde van? —pregunto Robin.

—¿Recuerdas la travesura que hicimos en la piscina? —pregunto Nami y Robin asintió—. Estamos castigados, debemos hacer horas de servicio estudiantil.

—¿Los cinco?

—Yo no —Luffy sonrió en grande—. Yo me salvó por ser parte del equipo de fútbol.

—Qué suerte tan asquerosa tienes —bufo Usopp.

Los cuatro se despidieron y Luffy permaneció sentado en la barra.

—Creí que irías con ellos —supuso Robin, limpiando algunos vasos.

—Bueno, es que, quiero hablarte de algo —sonó tímido, ganándose la atención de la mayor.

—Soy todo oídos.

Luffy tomo aire, recordando ese cabello alborotado, esa risa, los pendientes dorados y los tatuajes en las palmas de aquel chico.

—Conocí a alguien.

Robin dejo lo que estaba haciendo y se recargo en el mostrador, acunando su rostro en su mano.

—Oh, supongo que es un chico.

—Si, un gran chico —murmuro avergonzado—. Se llama Law, es un año mayor y estudia medicina.

—Vaya ¿Dónde lo conociste?

—Lo atrapé conmigo en la biblioteca sin querer —rio.

—¿Y?

—Y... es muy guapo, un poco tímido, muy inteligente y su voz, dios, no puedo sacarla de mi cabeza—rio nervioso.

—¿Te gusta?

—Un poco —acepto.

—Entonces deberías hablarle —sugirió—. Si te gusta, anímate.

—¿Y si no le gustan los chicos?

—Entonces no hay nada que puedas hacer.

—Eso me asusta —hizo un puchero—. Creo que, mejor no, no creo que me guste tanto.

—Si eso dices —rio.

—Si eso dices —rio

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¡Oh! Capitán - Lulaw / LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora