Era muy temprano cuando Mordecai despertó, no pudo descansar como hubiera querido y el día ya hacía presencia con unos primeros rayos de Sol asomando por la ventana del gato de anteojos. Entre sueños había escuchado voces dentro de su habitación que comunicaban cosas ininteligibles para él. Quizá se trató simplemete de una pesadilla o era su consciencia que no lo dejaba estae tranquilo con lo que dedujo anoche.
Más a fuerzas que de a ganas, se levantó de su cama y buscó sus anteojos en la mesita de noche; se puso encima un albornoz azul marino y caminó desganado en dirección al baño cuando unas quejas llamaron su atención. Provenían de afuera de su departamento y le resultó familiar el timbre de voz; avanzó rápido y en el pasillo se encontró a Nico arrastrando un costal que en apariencia, pesaba.
-¡Buenos días, bello durmiente! ¿Te desperté? -saludó con su tan característico tono de burla.
-De hecho no. ¿Qué llevas ahí? -señaló el costal.
-Solo son armas y maletas obsoletas, las llevaré al sótano -alzó una ceja-. ¿Quieres ayudarme?
-No. Es tu trabajo, no el mío.
-Anda, seguro encontramos algo interesante allá abajo. Los sótanos suelen guardar sorpresas cuando los investigas -insinuó. Mordecai no se pudo resistir a esa invitación luego de lo que su mente no dejaba de recordarle. Lo meditó unos momentos y a regañadientes lo siguió-. Al menos échame una mano.
-Tú puedes solo -caminó por delante de él ajustando el nudo de las cintas del albornoz.
Luego de transitar escaleras abajo, llegaron a la pierta que llevaba al tan misterioso sótano. Mordecai encendió las luces de la escalera que daban acceso a aquella habitación y con pasos sigiloso bajó escalón por escalón.
Al llegar hasta el final, no se percató de nada inusual en él. Una pizca de molestia le llegó al darse cuenta que había sido timado por Nico. En el momento en que se giró sobre sus talones para reclamarle a su compañero de trabajo un estornudo le erizó la piel al instante.-Te lo dije -sonreía malvado el gato de pañuelo rojo mirando detrás de Mordecai. Él se resistió a volverse atrás. Temía lo peor-. ¿No vas a indagar, espíritu curioso?
Alzó sus hombros y los bajó a la par de un fuerte resoplo para liberar la tensión que en ese momento parecía asfixiarlo. En un giro eterno para él, sus ojos comenzaba a intentar vislumbrar entre la poca luz que había dentro del sótano. Logrando distinguir unos zapatos inertes claramete atados a la silla.
Se acercó con pisadas inseguras y al estar demasiado cerca notó ese rostro familia entre tanto suspenso.-¡Ah! -gimió por lo bajo de la impresión al reconocer a la víctima de los Savoy. Rocky estaba en una condición terrible para su gusto-. ¿Desde cuándo está él aquí?
Fingió hacer cálculos mentales: -Ammm... una semana -Mordecai lo escrutó enojado-. ¡Nah, apenas llegó anoche!
Entonces tenía razón, esos dos hicieron este trabajo a sus espaldas y con obvias intenciones, Nico lo llevó ahí.
-Les dije que esperaríamos a un nuevo plan -su voz era grave.
-Sí, pero ya sabes cómo es mi hermana -se encogió de hombros-. No pude negarme.
Mordecai cerró los ojos conteniendo su evidente cólera por la falta de obediencia de esos dos. Se inclinó un poco para ver mejor a Rocky; este al sentir su suave tacto, se despertó en alerta evadiéndolo. El pecho le apretaba ante tal reacción por parte del joven, y descubrió que fue violentado por ellos explicando lo huraño que estaba.
-¿Ha comido?
-No. Desde anoche.
-Tráe algo para él. ¡De prisa! -ordenó sin mirarlo.
ESTÁS LEYENDO
Rehén
RandomLuego de que Lackadaisy haya logrado recuperar un antiguo proveedor, la "cacería de brujas" va a ser mucho más intensa para Marigold; especialmente para Mordecai Heller, pues tendrá que enfrentar sus fastasmas del pasado para cumplir con su compromi...