Capítulo 13

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Dos duros golpes en el estómago hicieron al pobre de Rocky escupir lo que acaba de almorzar. Los Savoy habían obligado a Mordecai a obtener más fotos pues Asa consideraba muy pobres esas sesiones; además que aún debía hacer pagar a Mitzi su persistencia y a Mordecai su pequeño intento de traición; ya había transcurrido algún tiempo desde que la mujer rompió trato con la funeraria y aun así no desistía de su bar.

-Ponte más creativo, cher. Solo lo has golpeado en su estómago y ya -alegó la mujer encendiendo su cigarrillo.

-Quizá no quieres torturarlo de esa manera -le susurró a Mordecai con voz sugerente-. Seguramente quiere -hizo un vulgar ademán-, darle duro contra el muro.

-¡Nico, deja de ser tan lépero! -interrumpio la mujer celosa y Nico se comenzó a reír fuertemente.

-Pues si no quieres hacerlo tú, cher, podría hacerlo por ti -se acercó a Rocky y le sujetó de su mechón de cabello-. Con ese vestido de flapper, tacones y maquillaje cualquiera olvidaría que es un chico.

-Parece que quieres probar nuevas experiencias, hermanito -sonrió Serafine-. Si Mordecai continúa haciéndose el sentimental entonces serás tú el protagonista y él el fotógrafo.

-¡De niguna manera les dejaré hacerle daño! -protestó el gato negro ajustando sus lentes-. Ustedes solo mirarán como han estado haciendo.

-Asa no quiere que andes de pervertido con el muchacho, dice que ni que fuéramos de ese mercado -Nico comentaba mirando las fotos tomadas-. Así que continúa golpeando o cortándolo. Lo que más te agrade pero date prisa que ya tengo hambre.

Rocky solo escuchaba lo que sus raptores comentaban y peleaban entre ellos, él tenía un desorden dentro de su cabeza que no le permitía darles mucha importancia; de hecho, no parecía importarle nada.
Mordecai se acercó muevamente a él y le dio un bofetada no tan ruda; Rocky volvió en sí y lo miró de manera extraña. Después le propinó otras bofetadas más intensas y el rehén solo gimoteó del ardor.

Los Savoy morían por ver algo más grotesco pero su compañero seguía mostrándose dósil. Aún así tomaron más fotos y las guardaron para Asa.

-¡Bien, es todo. Me largo a comer! -dejó la cámara sobre una mesa y se marchó del sótano-. ¿Vienes, hermanita?

-¡Claro que sí!

-¿Y tú, cher? Tal vez necesitas un poco de combustible para entrar en calor.

-Comeré luego.

-Pero no te comas al rehén -susurró por lo bajo el gato de pañuelo blanco, provocando la molestia de su hermana quien le dio un fuerte codazo en las costillas-. Era broma -dijo con dificultad mientras la mujer caminaba a paso rápido y encolerado.

El par de hermanos se retiró lentamente y Mordecai simplemente se quedó contemplando sus manos, sabía que Asa les exigiría más violencia en esas fotos y él no estaba preparado para eso. De todos modos debía hacerlo porque tampoco quería que los Savoy tocaran a Rocky.

-Estuvo más intensa la sesión de hoy, ¿no? -Rocky rompió el incómodo silencio que los estaba asfixiando.

-Sí.

-Golpeas fuerte para no tener un cuerpo como el de Nico.

Mordecai le dirigió una mirada seria y Rocky solo se rió por lo bajo; intentaba animar a su cuidador ya que sabía que él no estaba cómodo con ese trabajo que tenía. El mayor se acercó a él y lo desamarró de la silla como ya era de costumbre durante sus visitas. Rocky sobó sus muñecas y tobillos; se acercó e intentó abrazar a Modecai y este de inmediato lo rechazó.

-¿Qué haces? -frunció el ceño.

-¿Te intento abrazar?

-No lo hagas.

RehénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora