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ᴬˡᵉˣᵃ ʳᵉᵖʳᵒᵈᵘᶜᵉ ᵀʰᵃⁿᵏ ʸᵒᵘ, ᴺᵉˣᵗ  ᵈᵉ ᴬʳⁱᵃⁿᵃ ᴳʳᵃⁿᵈᵉ

Cuando el mundo se cae uno tiende a refugiarse en su hogar.

¿Pero donde se supone que vas cuando tu hogar se derrumba desde dentro?

Yoko no fue a ninguna parte, solo se quedó allí, observando cada parte caer, esperando la última pieza.

Una vez el derrumbe cesa debes reconstruir o esperar a morir.

Yoko debía reconstruir, juntando cada pieza aún útil para unirla a las demás, desechado aquellas parte que antes fueron casa, pues ya no eran funcionales.

Había personas que guardaban estas partes, partes que simplemente ya no encajan, la dejaban haciendo ruido en alguna esquina, por si algún día servían.

Pero ella sabía que eso no era correcto, que esos escombros sin fin en algún momento vuelven a romper tu hogar.

Y sería tu culpa.

Porque eres quien les dio lugar en el mismo.

Había pasado exactamente un mes desde la destrucción, un mes en que había comenzado a darle forma a su nuevo hogar, aún había paredes sin terminar, pero también había nuevos lugares de comodidad.

Aun sentía dolor, pero ya no la consumía.

La nostalgia seguía presente, pero ella siempre había estado, así que solo la dejaba ser, de vez en vez, le servía un café en su balcón y se permitía sumergirse en sus palabras, pero en el momento en que debía hacerlo, regresaba a su vida.

Cuidaba de su gato, y él le enseñaba a vivir el duelo.

De a poco era una persona otra vez, y no aquel saco de tristezas repugnante que se arrinconaba en su cuarto en las noches.

Algo que aún guardaba de Keigo era el valorar su propio esfuerzo y notar sus mejoras.

Y eso mismo estaba haciendo,  sentada en la cocina con un animal en su regazo y un tazón de café en la mano, mirando a un punto fijo, analizando todo lo anterior.

Su teléfono comenzó a sonar, su trance terminó, y al mirar, su corazón se altero.

Los primeros días había pensado en esa situación, la añoraba, pero ahora, ahora le aterraba.

La estaba llamando.

Luego de semanas de mínima interacción, de prácticamente contacto cero, la llamaba, solo así.

Pensó en que podría ser de emergencia, así que contestó con cautela.

—¿Si?— Su voz salió en un tono bajo, sin saber como reaccionar.

—Yoko, soy yo ¿Aún guardas mi número?—Sus palabras sonaban despreocupadas, aunque él también estaba inquieto.

—Oh, si ¿Qué necesitas?

𝑪𝑨𝑵𝑫𝒀 𝑪𝑰𝑮𝑨𝑹𝑬𝑻𝑻𝑬𝑺 ᵇᵃᵏᵘᵍᵒ ᵏᵃᵗˢᵘᵏⁱ × ᵒᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora