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Mi corazón ya no confía en nadie

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Mi corazón ya no confía en nadie

Y te culpa por no haber llegado.

Susana Cala –Don Quijote


Tengo la creencia de que las cosas pasan por algo. Tal vez, algunas de ellas ni siquiera tienen un propósito. Y yo, aquí dándole demasiadas vueltas a lo que acaba de suceder.

Patético.

Eso es quizás lo que ella ha pensado al verle correr en dirección opuesta.

Miro mi borroso reflejo por el espejo y termino confirmando solo una cosa. Soy realmente patético. De ser otra persona hubiera reaccionado de la misma forma y tratar de defenderme de aquellos perdedores.

Tomo de mi mochila una pequeña toalla con la que trato de detener el sangrado de mi nariz, el cual es producto de lo que paso minutos atrás. Sin embargo, puede que no me arrepienta de ser un soplón, pues lo tomare como mi pequeña venganza por todas las veces que me ha tratado mal, sin razón alguna.

Lo cual también me resulta absurdo ya que no suelo hacer esto, porque sinceramente no vale la pena. Perder el tiempo con estos insignificantes juegos y venganzas.

Si es que se puede llamar de esa forma porque ha resultado mal, no es lo mío.

Lo que sí vale la pena, es la recomendación que obtendré para ingresar a una buena universidad, eso es todo lo que me interesa.

Solo un año más. Repito, para salir en dirección al salón.

Lo que me sorprende es la chica de cabello azabache afuera de los sanitarios para varones. Está recostada en la pared, no se percata de mi presencia y decido seguir mi camino.

Nunca me ha interesado juntarme con personas como ella, a decir verdad. Al verla, he sentido una corriente de advertencia en todo el cuerpo, si ella está aquí. Sebastián también, lo cual me puede ocasionar otro problema.

Sin embargo, mis pies fallan y termino tropezando con el pequeño escalón.

Mierda—susurro.

Lamentablemente llamando la atención de Eloise.

La chica me observa, creo que va a decirme algo. Pero, me concentro en el sonido del parlante, en donde comunican que la oficina para ayudante de clases  ya está atendiendo a los estudiantes.

No puedo observar muy bien, pero, creo que una de sus manos sostiene delicadamente mis anteojos o al menos lo que queda de ellos. Me temo que los he vuelto a tirar al salir corriendo.

—Hola —dice en tono apenas audible.

Lo cual me resulta extraño, ella siempre se muestra segura.

—Hola —menciono, enfocando mi vista sobre Eloise.

—Tiraste tus lentes —inquiere, extendiendo su mano.

Hago lo mismo, obteniendo lo que me pertenece. Tendré que comprar unos nuevos, estos definitivamente ya no sirven.

—Gracias —digo con la intención de marcharme y dejarla atrás.

Por primera vez, y al iniciar el día algo me sale bien, pues ella no me sigue. No obstante, a medida que avanzo siento su mirada sobre mí, como esas veces donde trato de que mi presencia no sea notable para los demás. Pero, la presión de ser observado, es una sensación que me resulta familiar, aquella que siempre termina incomodándome. 







***

Como dato extra: Los fragmentos que aparecen al inicio de los capítulos son canciones que me inspiran a continuar la historia, por lo que es probable que también ubique algunas líneas en futuros capítulos. 

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