6. Sombra misteriosa

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El edificio, con su aire antiguo y deteriorado, se alzaba frente a Alcide Kincaid. La nieve crujía bajo sus pies mientras se acercaba a la entrada. Sabía que no debía estar allí, pero la curiosidad y la necesidad de descubrir la verdad sobre el agujero lo impulsaban. Había hecho algunas investigaciones previas y tenía la certeza de que había algo más en esa estructura de lo que los demás pensaban.

Con un vistazo furtivo a su alrededor, Alcide empujó la puerta. El chirrido del metal resonó en el silencio, y se adentró en la oscuridad. Las luces parpadeaban de manera intermitente, creando un ambiente casi surrealista. Se armó de valor y sacó su linterna, iluminando las paredes cubiertas de polvo.

Mientras tanto, en la casa de Derek, el aroma de la cena aún persistía en el aire. La mesa estaba repleta de platos vacíos y risas resonaban entre los adultos mientras los niños jugaban en la sala. Derek miraba a su familia y amigos, sintiéndose agradecido por esos momentos de normalidad.

— Fue una buena cena. — Comentó Verity, sonriendo mientras recogía los platos.

— Sí, deberíamos hacer esto más seguido. — Añadió Isaac, observando cómo los niños intentaban competir entre ellos en la consola.

Una vez que terminaron de cenar, se despidieron con abrazos y promesas de verse pronto. Cada uno tomó su camino, y Derek se quedó un momento más, sintiendo la calidez del hogar a su alrededor.

— ¿Te ayudo con algo? — Preguntó Derek a Ellie, que organizaba los juguetes esparcidos por el suelo.

— No, solo estoy llevándolos a dormir. — Respondió ella con una sonrisa cansada. — Ve, tú también debes descansar.

Derek asintió y salió al frío exterior. Mientras caminaba hacia su coche, sus pensamientos volvieron al agujero misterioso. La intriga lo consumía; había algo en ese lugar que lo llamaba, una sensación de urgencia que no podía ignorar.

Alcide, por su parte, se movía sigilosamente por el edificio. Con cada paso que daba, sentía que el ambiente se volvía más denso, como si los muros tuvieran secretos que gritar. Se acercó al lugar del agujero, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

La pared estaba cubierta de escombros, y el agujero en sí parecía pulsar con una energía extraña. Alcide se agachó para examinarlo más de cerca, iluminando con su linterna la superficie rugosa. Había símbolos extraños grabados alrededor del perímetro, algo que no reconocía.

Mientras tanto, Derek regresaba a casa, sintiéndose inquieto. Las palabras de Corbyn resonaban en su mente, y sabía que tenía que reunir a su familia de nuevo para hablar sobre lo que había descubierto.

Al entrar, vio a Ellie terminando de acomodar las cosas y escuchando música suave. Los niños ya estaban dormidos, lo que le dio un respiro momentáneo.

— ¿Todo bien? — Preguntó Ellie, levantando la vista.

— Creo que sí, pero hay algo sobre el agujero que no puedo quitarme de la cabeza. — Admitió Derek, sintiendo la presión de la responsabilidad sobre sus hombros.

— Tal vez deberías dormir y verlo con una mente fresca mañana. — Sugerió Ellie, acariciando su brazo.

Derek asintió, pero la preocupación no lo dejaba en paz. La combinación de la cena y los momentos con la familia no podía borrar la inquietud que sentía. Sabía que, al día siguiente, tendría que reunir a todos nuevamente y desentrañar el misterio que los rodeaba.

En el edificio, Alcide continuaba investigando, sintiendo que estaba al borde de descubrir algo grande. Sabía que su búsqueda lo había llevado a un lugar peligroso, pero la necesidad de encontrar respuestas era más fuerte que su temor.

The Hale's - Dark Awakening Donde viven las historias. Descúbrelo ahora