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LA GUERRA HABIA TOMADO INICIO para el campamento de los 100. Debían luchar. Sobrevivir. O en el mejor de los casos, tratar de no morir. Tampoco tenían demasiadas opciones, porque en números los terrestres les superaban, pero en armas ellos llevaban algo de ventaja. Claramente, tenían que saber aprovecharlas.
El pánico, miedo, terror, cualquier emoción negativa estaba inundando a los chicos una y otra vez. Por supuesto que no estaban confiados al mil por mil. Temían que al final de la noche todos murieran. Y es que quizás si, pero para eso ellos estarían luchando lo mejor que pudieran. Tratarían de sobrevivir la mayoría. Quizás habría pérdidas, pero si es que era así lo iba a haber de los dos lados. Tampoco era un consuelo, pero si una pizca de fe.
Las cosas desde que Jasper se había marchado se habían puesto mucho más que tensas. Esta vez si que los terrestres habían llegado, atacarian.
—¡Escuchen esto! —habló por lo alto Becker dirigiéndose a ahora su trinchera, pues ella quedaba al frente después de Jasper—. Como nos dijo Bellamy, atacaremos solo si ellos atacan. Ahora, ellos van a atacar. ¡Preparados!
Aquella indicación fue lo que derramó el vaso, pues segundos después una ola de terrestres se fue directo a atacarlos. Muchos más que furiosos.
De pronto los disparos comenzaron a escucharse por todo el bosque. Todos estaban atacando y contraatacando.
Cuando Giulia le dio en la pierna a uno de los terrícolas, éste se enfureció aún más. Primero se retorcio de dolor al sentir la bala impactar contra su piel, después tomó fuerzas y se lanzó sobre la trinchera con total fuerza que la derrumbó, entonces así muchos más de los terrestres entraron. Algunos skaikrus retrocedieron con algo de miedo, pero sin dejar de disparar. Otros simplemente huyeron.
Becker sentía como sus instintos le decían que debía retroceder, pero no lo hizo. Le planto cara al Terrestre elevando aún más el rifle y dándole a el mismo en el troso, de nuevo soltó un gemido de dolor pero no se detuvo por nada. De pronto ya estaba a escasos centímetros de Giulia, ella fue a darle un golpe con el mango del arma, pero no logro nada ya que el golpe ni lo inmutó, entonces el terrestre tomó impulso y se lanzó a ella tumbandola en el piso y mandando a volar el rifle.
El terrestre comenzó a darle puñetazos en la cara a la chica, una y otra y otra vez, causando que ésta comenzará a toser sangre, casi ahogándose con la misma. La castaña uso todas sus fuerzas para poder tomar con su mano derecha uno de los cuchillos que llevaba en su bota, cuando lo tuvo lo clavo en el cuello del terrícola, salpicandose de sangre el rostro. Fue ahí cuando tomó la decisión de pararse y retroceder para tomar el rifle de nuevo.
—¡Retirense! —escucho decir a alguien con mucho temor, ella frunció el ceño. No debían rendirse, no aún.
—No, manténgansefuertes. Si toman la puerta, todos morimos. —la voz del mayor de los Blake lleno sus oídos, y fue cuando tuvo una idea finalmente
