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LA LUZ DEL FUEGO EN LA ANTORCHA se hizo presente en la oscuridad del túnel en donde se encontraban los terrestres y los skaikru. Los trikru estaban mucho más alerta que los otros tres, pues ellos sabían que estar en el lugar no era demasiado seguro, pero por ahora era su única opción.
—Tenían razón. No nos siguieron. —aviso Collins, después de haber revisado que no hubiera nadie más que ellos en el túnel
Lincoln asintió.
—Los segadores usan estos túneles. Tristan no se arriesgaría a cruzarse con ellos. —mencionó el terrestre, confundiendo un poco a los skaikru
—¿Qué diablos son los segadores? —Giulia se atrevió a preguntar en dirección a Maya, ella solo sacudió un poco la cabeza
—Rezen por no saberlo nunca. —Sawyer hablo de pronto, después de eso nadie pregunta más sobre el tema
El moreno elevo su antorcha iluminando mucho mejor el camino, justo cuando se puso de pie se tambaleó un poco, pero eso a él no le importo.
—Tenemos que seguir.
—Lincoln estas herido. —advirtió Finn, mirando como se recargaba en la pared
El terrestre tenía una flecha en su espalda y sumado de eso las heridas que Becker le había hecho al encontrarlo, por eso mismo, su paso era mucho más débil y tembloroso.
—Deja que te ayudemos. —pidió la castaña algo apenada, caminando hasta él
Griffin llegó por la espalda para revisar la herida de la flecha.
El terrestre se digno a ceder después de una mala mirada de su mejor amigo Sawyer, que le indicaba dejarse ayudar por la rubia.
—Luché en batallas con peores heridas que estas.
—No estamos en batalla ahora. —refutó Clarke, revisando el torso del mayor
—Sí lo estamos.
Una duda apareció abruptamente en Giulia. No sabía porque él y sus otros dos amigos trikru estaban ayudándolos. Si bien, pensaba que por parte de Lincoln era por Octavia, pero estaba dudando un poco.
—¿Por qué están ayudándonos? —indagó con interes, mirando a los hermanos y a Lincoln
Ninguno dijo nada.
—No puede ser solo por Octavia. Y tampoco puede ser solo por Giulia... —hizo referencia Finn, entrecerrando los ojos con la misma duda que su amiga
De nuevo ninguno se digno a responder. Tanto Sawyer como Lincoln eran de buen corazón, y justamente por eso estaban ahí, de ser otra situación no los ayudarían.
—Bien. No digan nada —se desespero Griffin, soltando un bufido—. Dame tu cuchillo —Lincoln obedeció—. Calienta la hoja.
Finn hizo lo indicado por Clarke, sembrando algo de duda en los amigos del moreno.
