Chispas Y Frío 𖹭[todobaku]𖹭

08

Al fin viernes, el último día de clases de la semana.

Ese día de entregaría el trabajo a Present Mic. Y como era de esperarse, obtuvieron de las mejores calificaciones, a pesar de que el trabajo no era tan difícil, algunos se equivocaban a la hora de usar los pronombres personales.

La campana sonó, indicando la hora del almuerzo.

- Bakugo, ¿Almorzamos juntos?- Dijo poniéndose a un lado del más bajo.

- Si, si, vamos, camina.- Katsuki empezó a caminar afuera del salón seguido del bicolor, ambos bajo la mirada emocionada de Uraraka.

- Hay que seguirlos.- Al momento de dar un paso adelante, Tenya la tomo por la muñeca, deteniendola.

- Espera un poco, Uraraka.- Internamente le agradecía a esos chicos por qué gracias a eso, el podía acercarse más a la castaña.- Si los seguimos ahorita, se darán cuenta.

- Oh, tienes razón.- Empezó a dar pequeños pasos hacia la puerta para vigilar que ya estuvieran un poco lejos, cuando lo comprobó, tomo la mano de Iida para comenzar a caminar. Sin embargo se detuvo para mirar hacia atrás, viendo a su amigo peliverde.- Deku, ¿No vienes?

Este la volteo a ver.

- Ahm. No, lo siento pero Kirishima me invitó a almorzar con el.- Dijo mientras llevaba su mano hacia su cuello, seguido de una sonrisa tímida.

- Uhh. Es una cita.- Le dió una mirada pícara.

- ¡No-no es un c-cita!- Sus mejillas pecosas se pintaron de un rosado suave.

- Lo que tú digas.- Más tarde le haría un interrogatorio.

- Suerte, Midoriya.- Y con eso siguieron con su misión de vigilar a su amigo bicolor.

Shoto y Katsuki ya habían llegado al gran comedor, dónde varios estudiantes comían.

Estos dos pidieron su almuerzo mientras se dirigían hacia una mesa, recibiendo miradas de algunos alumnos, estos se sorprendía al ver a dos chicos atractivos juntos.

Últimamente ellos pasaban más tiempo juntos, a veces hablaban en la sala común de los dormitorios, comían juntos, pasaban en compañía del otro en los recesos. Básicamente se habían hecho cómplices, dónde ambos compartían uno del otro. Es increíble que en poco tiempo estos dos se hicieran amigos y tuvieran esa confianza. A decir verdad, a Bakugo no le molestaba la compañía del heterocromo, era divertido reírse de las estupideces que salían de su boca, compartir anécdotas y sabiendo más de cada uno. Además que el era de los pocos que le había dado su confianza.

- Bakumo ¿Emtenaremus mañama verdaf?- Tenía sus cachetes llenos de Udon

- No hables con la boca llena, idiota.- Regaño al bicolor quien solo soltó un "lo siento" aún con la boca llena a lo que el menor solo soltó un suspiro.- Y si, si entrenaremos mañana. Pero tendrá que ser temprano, tengo que visitar a mis viejos.