— ¿Y a mi qué chingados me importa? —No es que no me importe, pero me emperra mucho ese cabrón. Siempre anda viendo a mi solecito.
Aparte de que últimamente mi Jaeyunie la pasaba mucho con él..
— Es que... —De repente al pendejo de Beomgyu le comió la lengua el gato. Ya me estaba empezando a preocupar.
— ¿Qué, pendejo? ¿QUÉ? —Estaba a punto de soltarle un madrazo a Choi porque no hablaba el hijo de la chingada, pero me detuvo Taehyun y él siguió hablando.
— Carnal, cuando estábamos brincando la pared del Eunwoo pa aventarle cuetes, Denki vió que según él y el Jaeyun andaban muy juntitos. Al chile, no me consta, yo no alcancé a ver porque después de eso, el Ojos de regalo fue de argüendero con la policía y nos llevaron en la troca al bote.
. . .
| JAKE |
Llegué al apartamento y estaba todo oscuro, que raro, normalmente Evan estaba aquí a estas horas, ya era muy noche.
Abrí la puerta y lo primero que captaron mis sentidos fue el olor de cerveza. Me metí, cerré la puerta y prendí la luz. Vi a Evan sentado en el suelo.
— Hasta que al fin llegas, ¿el tráfico estaba muy culero o qué? —Él arrastraba las palabras, seguro estaba borracho, pero, ¿Porqué, si él tiene buen aguante al alcohol?
— Tambien me alegro de verte... No, de hecho no había mucho tráfico, me detuve un rato con Dongmin porque me pidió algunas observaciones sobre su salud.
— ¿Te tardaste cuatro horas allá sólo para recetarle paracetamol? Dime la verdad, ¿qué estabas haciendo?
— ¿Cómo que qué estaba haciendo? ¿Qué estás insinuando? Me tardé porque pasé por la cena.
— ¡No te hagas pendejo! Bien que sabes ¿Acaso no te das cuenta de cómo te mira? Cómo no vas a saber, seguramente hasta te gusta que lo haga.
— Cállate...
— ¡JA! CON QUE ERA VERDAD, POR ESO NO LO NIEGAS, QUIÉN LO DIRÍA, QUE ME HICIERAS ESTO...
No lo soporté más y le di una cachetada.
— ¡INCLUSO ME PEGAS! Jaeyun ¿Por qué me haces esto? —Traté de calmarme, seguramente era un malentendido. Evan nunca se comportaba así ni aún estando borracho. Él ya estaba comenzando a llorar.
— Evan, hablemos bien. No sé de lo qué estás hablando, ¿qué se supone que te hice?
— No te hagas wey, ya acéptalo, me engañaste. Y no te atrevas a negarlo porque tengo evidencia. —Heeseung me aventó su teléfono.
Lo tomé y al prenderlo lo primero que ví fue una foto notoriamente photoshopeada de mi besando a otro hombre que al parecer era ¿Dongmin? No lo sé, la edición era tan mala que ni se logra distinguir. En cualquier otra ocasión esto me hubiera causado mucha risa, pero no ahora. Me estaba doliendo bastante todo lo que Evan me dijo, sobre todo el hecho de que no confíe en mí, me calo demasiado. Despues mis emociones se transformaron en ira y traté de manterme sereno, quería llorar a mares, pero primero tengo que hacer otra cosa.
— Vete.
— ¿Porqué me corres? Seguro después de que me vayas vas a invitar a aquel fanático de la limpieza, Pero sabes qué, ¡me vale verga!
— YA VETE. —No podía contenerme ms, en cualquier momento me soltaría a llorar.
— ¡ME VOY! Me voy, para que así tú y tu noviesito puedan estara solas. —Y después de esto, Evan salió dando un portazo.
Me recargué contra la pared y me sumí en un mar de llanto hasta que me quedé dormido, ahí, en el piso, en el mismo lugar en donde había estado sentado Evan.
| EL NACO Y ESTÚPIDO DE HEESEUNG |
Me desperté con un dolor de cabeza bien culero y unas pinches ganas de vomitar más grandes que mi riata.
Después de güacariar todas las cervezas que me chingué ayer, recordé las pendejadas que hice y dije anoche. Ay no, ahora sí ya valí verga, ya me cargó el payaso, ya colgué los tenis, ya pelé gallo. Ahora ni mi virgencita de Guadalupe me podrá ayudar.
Agarré mi celular y para colmo lo primero que ví al prenderlo fue la pinche foto notoriamente editada en la que caí ayer y por la que hice todo mi desmadre ¿Cómo pude creer en esas chingaderas? Ni él pendejo de Beomgyu se lo creería, y eso ya es decir mucho. Ay, no. Tengo que arreglar todo mi cagadero.
. . .
— Culeros, tienen que ayudarme, ahora sí la cagué bien gacho.
— Nos encantaría, bro, pero al chile nos da miedo meternos entre tú y Jaeyun... La última vez que lo hicimos enojar, Beomgyu tuvo pesadillas durante dos semanas.
— Acuerdense que me deben mil varos, aparte, es por su culpa que nos hayamos peleado, pinches morros puñetas, no sean culos y hagan paro. Mañana nos vamos a la boda del primo ranchero y quiero que ya estemos bien...
— Cómo resistirse a esa cara de perro regañado, jalo, pues. Ándale Taehyunie, hay que ayudarlo-
— Ta bien, pero con una condición. No podremos lograr que al Jaeyunie se le.baje lo enchilado en un día, así que nos vas a tener que llevar a la peda.
— Les doy la mano y me jalan la pata. Pinches aprovechados, pero ya ni modo. Haré lo necesario por recuperar a mi flor de garambullo.
Entonces escuché el sonido característico de las notificaciones de los mensajes de mi limoncito. Me puse bien feliz esperando que sea algo bueno, ¡tal vez se quiere reconciliar! Pero mi felicidad fue a la verga en cuanto leí de qué se trataba.
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