Come with me (Reverse Falls) Human Will {FordxWill} {WillFord)

Extra 5. Castle (Dipper Gleeful)

Otra tarde pasaba por la mansión Gleeful, cualquiera podría admitir sin temor a equivocarse que es una típica y aburrida tarde de verano en la que tenía que pasar en aquel maldito pueblucho con su tío, como cada año desde que tenía 12. O por lo menos eso cruzaba por la mente de Dipper.

Si bien al joven le gustaban las buenas lecturas era bastante distinto cuando se trataba de los libros asignados en el plan de estudios de su tío. Lo último que quería era seguir haciendo tareas en verano, sobre todo cuando en su escuela ya era reconocido como una mente brillante. No es que no le gustará estudiar pero a sus 15 años preferiría estar paseando con alguna tonta chica del pueblo y disfrutar un poco la fama que tenía para recibir uno que otro regalo de cortesía de los estúpidos vendedores o inclusive estar molestando a un bajito y regordete albino solo para reír un poco.

De cualquier modo prefería estar haciendo las tontas tareas que le dejaba su tío a estar con ese maldito show de "los gemelos místicos".

Ya distraído en sus propios pensamientos maldiciendo sus deberes en lugar de hacerlos prefirió levantar la mirada encontrándose con su tío Stanford trabajando como de costumbre en su sofá. Hacia apenas algunas semanas que sus padres lo habían mandado junto a su hermana a la propiedad de su tío abuelo. Eran pocas las veces que lo había visto con anterioridad pero no necesitaba verle para saber el caballero exitoso que era, aquel que había llevado el ya de por si prestigioso apellido Gleeful a otro nivel, o por lo menos eso decían los adultos a su al rededor.

Si bien en parte Dipper consideraba a su tío abuelo como un tirano lo cierto es que tenía sentimientos encontrados con el. En su interior el joven le tenía admiración y respeto, incluso aunque no lo admitiera en voz alta deseaba ser como el. Claro que hace apenas unos momentos estaba renegando de las tareas que le daba, pero también reconocía que era conocimiento importante si alguna vez quería llegar a ser como Stanford, o mejor aún, superarlo.

De hecho tenía una ambición secreta, a diferencia de Mabel el aprovecharía esa oportunidad. Curiosamente su tío no tenía ningún hijo por evidentes razones, y aunque pudo haber adoptado ahora ya era un señor bastante mayor que evidentemente nunca había mostrado interés de tener niños en su casa, hasta ahora claro. Y realmente ¿Quién mejor que el para ocupar su lugar?

Se podía imaginar en su lugar, sentado en aquel sofá, con aquella mansión que si bien estaba en un pueblucho sabía perfectamente que era por los misterios que envolvía al lugar, el se dedicaría a investigarlos, el obtendría el poder, y también tendría a...

El castaño pudo apreciar como cierto peliazul, sirviente de su tío (como le decían en público) estaba sentado justo a su lado como siempre, en aquella banca junto al sofá destinada únicamente a el. Dipper sabía perfectamente su naturaleza, que no era humano y mucho menos de ese mundo, que su tío en su juventud había logrado capturarlo y hacer su esclavo a un ente poderoso, claro que esté era uno de los secretos de la familia Gleeful.

Una de las pruebas de ello era ver como el tiempo no pasaba por William, pues en las fotos donde su tío abuelo aún se veía joven y se mostraba a su lado al peliazul este último no había cambiado para nada mientras que los años si que pasaron en Ford, siendo ahora incluso un señor mayor canoso.

Will le pasaba unas hojas a Stanford para que revisara mientras que esté con un fino movimiento acepto la hoja poniéndola frente suyo, Dipper por su parte tomo una de las hojas que tenía en su escritorio y repitió el gesto, buscando igualar la distinción de su tío abuelo. Volviendo a desviar la mirada hacia el frente observó las acciones del mayor, quién de una manera expresiva movía sus manos para explicarle a su asistente de cabello azulado algunas cosas que el más joven no alcanzaba a escuchar.

Y nuevamente Dipper imitó cada uno de sus movimientos, quería demostrar aquella elegancia que irradiaba con cada ademán que hacía Stanford. Pero está vez no paso desapercibido para el mayor.