CAPÍTULO SEIS:deal
14 de Septiembre 2024
Bakú, AzerbaiyánLa mañana del sábado amaneció fresca en Bakú. El cielo era un lienzo despejado, y el aire vibraba, como si la ciudad misma anticipara lo que estaba por venir. El rugido inconfundible de los motores resonaba en el circuito urbano, una melodía de velocidad que despertaba el día mientras los equipos se preparaban para la tercera práctica libre. Camila llegó al paddock acompañada de Martina y Gastón, luciendo un vestido negro y unos anteojos de sol que la hacían sentir cómoda en medio de la tensión que se respiraba.
Franco había tenido un sólido desempeño en las sesiones del día anterior, y aunque era solo su segunda carrera en la Fórmula 1, parecía moverse con la soltura de un veterano. Su nombre comenzaba a sonar no solo entre los fanáticos argentinos, sino también a nivel internacional. Cada giro que daba en la pista lo acercaba más al estrellato.
El pitlane era un hervidero de actividad cuando comenzó la FP3. En la zona del hospitality de Williams, Camila, Martina y Gastón se acomodaron, acompañados por Bizarrap, quien, fiel a su estilo relajado, parecía estar en su propio mundo. Aunque esa mañana había algo distinto en su actitud: una energía más vibrante, un brillo especial en su mirada. Compartían un mate, pero la tensión de la jornada flotaba entre ellos, como una nube que nadie podía ignorar.
—Este pibe no para de romperla —comentó Gastón, con los ojos fijos en la pantalla, donde Franco aparecía preparándose para salir a pista.
—La verdad es que si —respondió Martina, dándole un codazo a Camila con una sonrisa cómplice.
Camila sonrió, aunque en su interior sentía cómo los nervios le enredaban el estómago. Cada vez que Franco pisaba el acelerador, algo en ella se tensaba, como si su cuerpo respondiera al peligro que él enfrentaba. No era solo la velocidad. Era él, Franco, y esa calma peligrosa con la que se movía en un ambiente de tanto riesgo. Esa seguridad que a veces la desarmaba.
Franco mantuvo un ritmo constante durante la práctica, y tras unas vueltas rápidas, se ubicó noveno y a solo cien milésimas de su compañero de equipo, Alex Albon. El nombre de Franco brillaba en la pantalla, y Gastón, quien parecía estar viviendo cada segundo de la sesión, no podía quedarse quieto.
—Impresionante —murmuró Bizarrap mientras aceptaba el mate que Martina le alcanzaba—. Parece que va directo a tener una muy buena clasificación.
—Si sigue así, no lo dudo —respondió Camila, sus ojos aún fijos en la pantalla. Ahí estaba Franco, con su casco azul portador de la bandera celeste y blanca, destellando bajo el sol. Esa imagen en parte le traia una felicidad enorme, ver a Franco representar con tanto orgullo Argentina era lindo.
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acelerando el destino ─ franco colapinto
RomanceACELERANDO EL DESTINO | Camila Clement, la próxima gran promesa de la música argentina, decide aceptar la invitación de Bizarrap para colaborar en una nueva canción. Lo que no espera es que esta decisión la llevará a conocer a Franco Colapinto, el a...