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Nota: este capitulo puede contener escenas +18, violencia, tortura, humillación, violencia de tipo sexual (no trato de romantizar este trato) si no te gusta este tipo de contenido te pido que te retires <3

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También quería explicar el significado de la tipografía ☝🏼🤓, por si todavía es difícil (me costaba hacer un fanfic con una TN que hablé)

Ejemplo-Dialogo
Ejemplo-Pensamiento
Ejemplo-Cuando la rayis escribe
Ejemplo-Cuando la rayis habla en señas
(Aunque igual lo específico siempre)

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Aclaraciónes:

Aquí Alejandro y Soap son Sargentos.

La personalidad de los personajes está basada en mi representación, obviamente canonicamente nos rajan la madre pero esto es un fanfic. Así que solo diré "son caricaturas mijo, no esté chingando" 🫶🏼

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Pov ______:
Día 168:

Eran las 5 de la tarde. Helen se había ido, supuestamente al entrenamiento, pero sabía que había ido a buscarlo. Solté un suspiro y decidí quedarme para terminar unos informes.

Me senté en mi escritorio y comencé a trabajar en los informes, tratando de distraerme de los pensamientos y emociones que me inundaban. La habitación estaba en silencio, sólo escuchándose el ruido de mi bolígrafo y el leve zumbido del ventilador del techo.

La tarea de llenar los informes era aburrida, pero me ayudaba a mantener mi mente ocupada y concentrada en algo. Revisé varias hojas y datos, asegurándome de que estuvieran correctos y completos. Pasaron un par de horas y finalmente terminé la última hoja. Me recosté en mi asiento y cerré los ojos por un momento, dejando escapar otro suspiro. La paz del momento se veia interrumpida por la ansiedad y las emociones en mi mente.

Miré el reloj, eran las 8 de la noche. Me sorprendí de que el tiempo hubiera pasado tan deprisa. Solté un suspiro y me recosté en la silla, sin ganas de regresar a mi habitación. Sentía la necesidad de moverme y hacer algo, pero también estaba cansada y abrumada. Me levanté y salí al pasillo acercándome a la ventana, observando el patio oscuro y vacío. La noche cubría todo, excepto por las débiles luces de las farolas que iluminaban los senderos.

Tras entrar nuevamente, me senté en una camilla cercana y me di cuenta de que estaba sola en el consultorio. A través de la ventana en la pared miré hacia el otro consultorio, que también estaba vacío. Todos mis compañeros ya se habían ido, dejándome sola. Me recosté en la camilla y observé el techo, tratando de relajarme. La habitación estaba en silencio, se podía oír levemente el ruido del aire acondicionado y el sonido de mis propias respiraciones.

Silence [König]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora