1.- Con un poco de ayuda.

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Meses más tarde.

Estoy bien.

Bien...

Se decía McCartney, una y otra vez.

Pero por más que se lo repitiera, sabía que no lo estaba.

Linda, lo dejó.

Se llevó a sus hijos.

No podría soportar más, estaba al borde de un colapso, la prensa no lo dejaba tranquilo.

La gente se preguntaba porqué había sido tan insensible ante la muerte de John Lennon, qué puede saber un montón de gente que pretende conocerte mientras ésta solo sabe tu color favorito, él había sido su contertulio, su mejor amigo, media naranja, alma gemela y todos esos términos que de seguro todos conocen.

No podia asimilar la muerte de John.

Estaba soñando o eso es lo que el quería, quería despertar y recibir una llamada de John, invitándole a su hogar para hablar de tonterías usuales que los dos siempre decían, mientras la asiática no estaba en casa.

Paul no podía llorar, las lágrimas parecían haber desaparecido, como si hubiera sido estrujado hasta la última gota.

No podía liberarse y llorar, gemir, gritar por todo el dolor que sentía incrustado en él hasta quedar exhausto.

Paul abrió sus ojos, seguía en ese apartamento.

Miró hacia arriba, observando cada detalle como la humedad, y las gotas de agua que caían desde arriba y daban a su rostro, empapado por esas pequeñas gotas que habían estado cayendo hace un buen rato.

No quería salir, estaba en una ruina emocional.

Estaba lloviendo, y sentía las gotas de agua golpear el tejado una y otra vez.

Still With You. [ McLennon ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora