10.- Estar junto a tí.

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¿Esto era una pesadilla? Eso es lo que parecía.

George y Paul se miraron entre sí, preocupados sin saber qué demonios hacer.

— Debo decir que este cuerpo me queda bastante pequeño. — Dijo éste dándose vueltas con la mirada en si mismo para echarse un vistazo mientras se aproximaba ante los dos ex-beatles.

— Esto no es gracioso...— George atrevió a levantar su voz. — Paul... —

Lo interrumpió. — Paul, él debería ser el más feliz de todo esto ¿es que acaso no me querías de vuelta, no me necesitabas a tu lado? — el mencionado aterrado se había tragado sus propias palabras, sentía como toda la habitación daba vueltas y tenía la repugnante necesidad de botar sus intestinos.

¿Cómo podía tener las jergas que el mismo John?

— Ringo, no te pases... Es doloroso, detente. — George se levantó de la mesa, ya estaba harto, no era sólo doloroso sino que estaba lastimando los sentimientos de Paul... cómo se le ocurría hacer semejante estupidez.

— ¿Sigues creyendo que soy el narizón? ...bueno, técnicamente estoy en su ---

Harrison empujó a Ringo, iba a detener este show de una vez por todas.
— No, ahora es cuando te callas — colocó su mano encima de su boca. — Richard, ¿es que acaso se te cayó el cerebro mientras estabas en el baño? No ves que todo éste viaje era para evitar que Paul se sintiera peor por lo que pasó con John, no juegues con mis nervios.

Ringo sólo rió y se encogió de hombros, qué demonios le pasaba.

— ¿John, amor? — La débil voz de McCartney se hizo presente, necesitaba un pellizco porque seguía pensando que era sólo una pesadilla.

El aparente Ringo-John apuntó al bajista indicándole dar en el clavo.
— ¡Exacto... — De pronto la feliz cara del posesionado comenzó a decaer hasta perder la consciencia.

— Por Krishna... — Vio a Ringo caer al suelo ante sus ojos, qué estaba pasando.

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— Krishna, Paul... perdonalo, no tengo ni la más remota idea de lo que le pasó. —
El servicial beatle callado había llevado a Ringo a su habitación quien ahora parecía una fiebre espantosa, éste acarició su frente esperando a que se despertara.

McCartney no dijo ni media palabra, había estado callado desde ese exacto incidente, las palabras de Yoko le habían acechado, ella le advirtió.  O es que acaso todo era un horrible plan entre ellos para causar una controversia... no, estaba dejando que su imaginación volara demasiado.

Él está contigo.

No quería aceptarlo, no quería creer que él había vuelto, que estaba a su lado... aunque no de forma corpórea, por que sí lo hacía tendría que asimilar su muerte otra vez.

Asimilar que jamás podría tenerlo en sus brazos, tocar su rostro, tomar su mano, sentirlo.

Y eso le dolía más que una estaca en su corazón.

— ¿Cómo te encuentras Paulie? — George había vuelto para acompañarlo y había traído un poco de té para calmar las aguas.

Éste pestañeo confundido antes de salir de su trance, se pasó sus manos por los ojos que estaban ansiosos por soltar unas cuantas lágrimas pero no lo iba a dejar, no se dejaría ver así de vulnerable.
— Eh, bien creo...

George sabía que eso era mentira, pero resignado sonrió y le ofreció la bebida, Paul la recibió.
— Me parece gracioso, siento como si fuera su mamá gallina en este momento, cuidándolos a ustedes dos tontos...  — El guitarrista acarició la espalda de McCartney, si algo le servía ese consuelo.

— Mmm... eres el más pequeñito aquí... — Sopló el vapor que emanaba de la taza. — Sólo me estoy tomando un descanso.

— ¿te acabas de proclamar nuestra mamá gallina? — George se rio incrédulo.
— Siempre con ese ego tuyo. — lo golpeó levemente con su codo.

Entonces, el silencio reinó y Paul volvió a temer de que la voz de Lennon se apareciera nuevamente.

— ¿crees... crees que fue John, no es así?

— Tengo miedo George. Quiero pensar que todo fue la cruel idea de Ringo para refugiarme de que él ha estado conmigo todo este tiempo.

— Creía que lo extrañabas, ¿no sería mejor que él estuviera aquí por lo menos en alma...?

— Claro que tú no entiendes... me iré a dormir. — Necesitaba huir de esa conversación, hablar sobre sus propios sentimientos siempre había sido un gran error, tenía una maestría para cagarla. Y tampoco era muy bueno para lidiarlos, si supiera, ni siquiera estaría en ese lugar.

— Intenta relajarte Paul, tal vez un mantra te haría bien.

— Buenas noches Geo.

Siguió la típica estructura antes de irse a la cama, y cuando ya estuvo dentro de ella sólo rezó para que nada se interponga en sus sueños.

Tenía el presentimiento de que iba resultar ser todo lo contrario.

Se vio en ese tranquilo orfanato de su infancia en donde pasó gran parte de su adolescencia junto a John, con dos armonías juntas.

La melodía de la armónica llegaba a su oído y lo deleitaba, era una canción de Buddy Holly.
— Oh, johnny boy... — Su voz complementaba la preciosa melódica que éste estaba haciendo.

— Se siente tan bien volver estar contigo, sabes. — John se volteó al joven McCartney que lo esperaba con una amplía sonrisa.

— Lo sé Johnny. — Sus miradas lo decían todo, era puro y un lindo sentimiento se anidaba dentro su corazón, John completaba una parte de él que jamás creyó que existía y lo alentaba a ser honesto con sus emociones.

Paul se encontraba en la cumbre para decir algo, pero fue interrumpido por John quién tomó su mano fuertemente, esto hizo que el joven de pestañas largas se sonrojara.

— Por favor Paul, yo sí te necesito... Usa mi brazalete, lentes lo que sea sólo no quiero seguir siendo invisible, siento que puedo enloquecer en cualquier momento. — Paul ya no sabía que estaba pasando, pero en ese mismo momento besó su mejilla.

Y despertó.

👀👌 qué está pasando aquí. 

(La canción del multimedia era la que estaba haciendo John)

Still With You. [ McLennon ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora