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Pov Narrador

Ese día había sido hermoso para ambas chicas, aprovecharon para conocerse más, saber los gustos de cada una, sus hobbies, las cosas que les disgustaban y hablar un poco de su destino, todo fue maravilloso. Apple amó ver el brillo de Darling al hablar de que la habían aceptado en la clase de caballería y a Darling le encantaba ver lo entusiasmada que Apple estaba al hablar de sus hobbies y como era muy buena en la pintura, es más, le mostró un par de cuadros a los cuales le había sacado foto y Darling quedó fascinada, parecían fotografias de grandes paisajes, a duras penas distintas que era pintura.

Los momentos que pasaban solas eran los mejores para ambas, la compañía de la otra era tan acogedora que no importaba que estuvieran en medio de una fría montaña o en un seco desierto.

Al momento de despedirse, ambas tenían una sonrisa que ni un tornado podría quitarles, ese sin duda había sido un día espectacular para ambas.

La noche pasó muy rápido y en cuestión de hora ya era la mañana del día siguiente, Darling detestaba ir a clases, si fuera por ella se escaparía siempre al bosque encantado o a una pequeña excursión por todo el reino. Pero ahora aunque no lo quisiera admitir tenía una sola razón para ir a clases, ver a la hija de Blancanieves, y más ahora que tenían dos clases compartidas. Darling no lo quería admitir pero lentamente iba cayendo ante los encantos de la White, no podía negar que esa rubia la volvía loca.

Pero tampoco quería dejarle el camino fácil, la Charming no era una niña sin afecto que al mínimo roce de amor caería a los brazos de esa persona, tenía Claro que no amaba a apple pero sí que ya estaba teniendo cierta atracción, y lo aceptaba, aunque fuera incómodo.

Darling sabía que una vez que se enamorara de Apple no había vuelta atrás, ambas cumplirían su destino, tendrían su final feliz y colorín colorado el cuento se a acabado.

O bueno así era como se lo habían dicho. Darling sabía que algo podía llegar a estar mal, bueno todo se fue de cabeza cuando ella fue el príncipe de Apple y no su hermano. Lo tenía claro, ellas no eran el cuento tradicional de Blancanieves. Pero qué mas da, como si eso fuera perjudicial.

La joven caballero estaba lista para ir a sus clases con una sonrisa muy palpable en sus labios, cosa que su compañera de cuarto notó inmediatamente.

-Asi que... ¿Me dirás porque ayer llegaste después del toque de queda y con Apple acompañándote? Yo sé que algo paso, no es normal que estés tan risueña a la mañana, menos porque hoy es día de matemágicas.- Darling un solo rodó los ojos y le dedico una sonrisa no tenía ganas de hablar de eso pero sabía que su compañera se iba a dar cuenta en algún momento, por lo que no era necesario una explicación.

-Nada interesante Rosabella, nada interesante. Vamos apúrate, debemos ir a clases, ya nos perdimos el desayuno por levantarnos tarde.- Darling estiro del brazo a su compañera tomando su bolso y el de ella, cosa que desconcertó bastante a la hija de La bella y la bestia pero también le alegró, le encantaba ver a su compañera tan pendiente de las clases.

Apenas llegando al salón, Rosabella pudo ver cómo Darling buscaba a alguien con la mirada, alguien que seguramente sería Apple, se rio ante esto, ahora era su turno de tomarla y jalarla hasta los asientos. Poppy quien se sentaba atrás de ellas las saludo, recibiendo un saludo de parte de Rosabella, pero Darling no la escucho, pareció como si la ignorara

-Vaya, Darling está en otro mundo, ¿Paso algo?.- le pregunto a Rosabella, quien solo se alzó de hombros

-no lo se realmente, no me quiere decir, pero supongo que la persona que la tiene en las nubes es cierta palomita de piel tan blanca como la nieve, labios tan rojos como la sangre y cabello dorado como el oro. Si me doy a entender.- Poppy solo rio, claro que entendía a quien se refería

FILOFOBIA | 𝔇𝔞𝔯𝔭𝔭𝔩𝔢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora