¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Resumen : su partida siempre te molesta, y sorpresa , eran solo tus pequeñas hormonas las que te estaban afectando .
3,4k
Advertencias : lectora femenina , no es buena idea porque decidimos ser dulces, embarazo, la lectora está embarazada , hay algunos comentarios sugerentes pero eso es todo. Final feliz porque las amo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El otoño se acercaba lentamente a Snezhnaya y ya te imaginabas que haría más frío que el otoño normal, por lo que, para tu mala suerte, no era un lugar adecuado para tus picnics.
Tu marido ha rechazado una y otra vez tus ideas de citas, pero tú ya lo esperabas, sabías que no podía. Tenía deberes que atender, responsabilidades con los Fatui, con la Zarina, con el mundo. No podía quedarse, por mucho que tú quisieras .
No es justo, piensas mientras haces pucheros mientras miras por la ventana con la barbilla apoyada en la palma de la mano, luciendo como una princesa que necesita ser rescatada de la torre. Tu pulgar juega con el anillo de diamantes que descansa alrededor de tu dedo anular.
—Uf, es injusto, cariño. —Te dejas caer de espaldas en la cama, mientras tu pequeño bebé peludo solo te responde con un maullido, el gato naranja salta a la cama para calentarse en tu regazo—. Si no me quiere, maúlla también.
Te encuentras con el silencio, solo ronroneos felices llegan a tus oídos y sonríes, "obviamente me ama, está obsesionado incluso". Tu mano se extiende para acariciar lentamente al gatito.
"Lo extraño". Suspiras soñadoramente y decides ponerte de pie mientras llevas al gatito contigo para que no se sienta excluido. Te diriges al escritorio en la esquina, tirando del asiento para ocupar tu lugar antes de empujarte más cerca del escritorio.
Vuelves a colocar al gatito en tu regazo, quien se adapta rápidamente como si nada hubiera pasado y luce tan somnoliento como siempre.
Abres los cajones y sacas un sobre, un poco de cera, un sello, un papel y una pluma.
Sí, le vas a escribir una carta, dijo que no le importaba recibir incluso cientos de cartas tuyas.
