Tus pasos retumban contra las baldosas sucias mientras corres casi a ciegas por el pasillo oscuro. Gritar no te servirá de nada, así que, en lugar de eso, jadeas en voz alta para conseguir el aire que te piden tus pulmones ardientes. Solo tienes que crear suficiente distancia entre lo que te persigue para poder recargar y apuntar.
Tropiezas y dejas caer la linterna en medio de la caída. Caes al suelo y oyes un crujido cuando tu linterna también lo hace. Rápidamente te das vuelta y te sientas, y ves el parpadeo de tu linterna que se está apagando.
—¡Mierda, mierda! —Intentas alcanzar la luz, pero te detienes al oír que algo se tambalea hacia ti desde la oscuridad; unos graznidos de dolor y unos aullidos confusos resuenan en los pasillos del hospital. No sabes cómo ha conseguido acortar la distancia, pero rápidamente despertaste de tu reacción de huida cuando te das cuenta de que esa cosa estará sobre ti antes de que te des cuenta.
Encuentras tu revólver todavía sujeto a tu cadera y rápidamente metes la mano en el bolsillo de tu pantalón para sacar las pocas balas que has conseguido. El inestable pisotón del monstruo resuena por el decrépito pasillo, apenas audible por encima del latido de tu corazón en tus oídos. Abres la recámara del revólver y, en la oscuridad y en tu terror, luchas por cargar las balas.
"Vamos, vamos, vamos", murmuras para ti mismo mientras logras cargar una, dos balas, pero fallas y dejas caer la tercera. Te agachas y tratas de encontrarla apresuradamente. En tu prisa, terminas golpeando la bala. Esta rueda hacia la luz parpadeante de tu linterna, y luego una bota ensangrentada y rota cae pisando fuerte en la luz.
Gritas, cierras rápidamente la recámara y levantas el arma en el aire. Aprietas el gatillo y ves un destello del hombre contorsionado tambaleándose mientras la sangre brota de su hombro; el disparo ensordecedor resuena en tus oídos. Aprietas el gatillo otra vez y en el destello ves que la sangre brota de la cabeza deforme, y es entonces cuando se lanza hacia adelante y te inmoviliza.
Gritas y te agitas, apretando el gatillo una y otra vez, pero no sientes el retroceso del arma al dispararse. Empujas el pesado cuerpo y sigues disparando. Sigues apretando el gatillo hasta que recuperas la audición y te das cuenta de que los únicos sonidos que puedes oír son tu respiración agitada y el chasquido de un arma vacía. No oyes al monstruo gorgotear o intentar moverse.
Te pones de pie y te tambaleas hacia tu linterna. La recoges y suspiras aliviado cuando ves que solo se rompió la lente. La bombilla está bien. Con tu linterna, encuentras la bala que dejaste caer en tu pánico. La recoges y metes la mano en el bolsillo y te das cuenta con horror de que está vacía. Esta es tu última bala. Tienes que hacer que dure y que cuente.
Apuntas la luz hacia el cuerpo que está en el suelo y te encoges de asco al verlo. El uniforme del médico está manchado de rojo, marrón y negro, y no sabes cuánta sangre hay en él, o si saberlo te resultaría un verdadero consuelo. La cara es la peor parte, si es que se le puede llamar así. Está deforme, hinchada y llena de burbujas como una ampolla o un quiste a punto de estallar. Tiene vendajes sucios alrededor de la cabeza, pero parece que la piel casi gorda se ha mezclado con los vendajes o incluso ha crecido sobre ellos en algunos lugares. De la parte superior de la cabeza le brotan rizos enmarañados de color verde azulado. En una de sus manos enguantadas hay un gran cuchillo, cubierto de todo tipo de suciedad.
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𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓 ᶜᵃᵖᶤᵗᵃᶰᵒ ˣ ʳᵉᵃᵈᵉʳ
Fanfiction୧ ‧₊˚ 🍮 ⋅ ☆ ▶︎ •၊၊||၊|။||||။၊|• 0:10 ʳᵘˡᵉʳ ᵒᶠ ᵐʸ ʰᵉᵃʳᵗ ᵃˡᶤᵉᶰ ˢᵗᵃᵍᵉ 𝐧𝐢𝐧𝐠𝐮𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐦𝐢𝐨𝐬, 𝐬𝐨𝐧 𝐭𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚 𝐭𝐮𝐦𝐛𝐥𝐫, 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫𝐞...