Capítulo 1

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Dax

El motor del coche vibraba suavemente bajo mis manos mientras avanzaba por la carretera. Aún faltaban varios kilómetros para llegar, pero ya sentía el peso en mi pecho. No era solo el viaje que me resultaba interminable, sino la certeza de que cada kilómetro me acercaba más a un lugar lleno de recuerdos, muchos de los cuales no estaba preparado para enfrentar.

El aire se colaba por las ventanillas entreabiertas, fresco y familiar, pero no lograba relajarme. Hace años que no sentía ese aire en la piel, ni escuchaba el sonido lejano de los campos que bordeaban la carretera. Pero aquí estaba, regresando. Regresando al pueblo que dejé atrás, a una vida que enterré sin mirar atrás... y a Win.

Pensar en él era como invocar una herida que nunca cicatrizó por completo. Durante los primeros años, aprendí a no hacerlo. Cada vez que me sorprendía recordándolo, apartaba la mente, como quien aparta la mano de una llama. Y, sin embargo, al final, siempre volvía. Siempre regresaba a esos recuerdos, como un imbécil.

Sacudí la cabeza, intentando centrarme en lo práctico. Mi madre. Mi padre. El accidente. Los funerales. Era eso lo que debía ocupar mi mente. Era lo que me traía de vuelta al pueblo. El eco de sus voces todavía resonaba en mi mente, pero se iba apagando cada vez más rápido. Demasiado rápido. Demasiado real.

"Lo siento por tu pérdida", me habían dicho una y otra vez. Y yo solo asentía. No había muchas palabras que pudieran acompañar la muerte de ambos. Lo más que había podido hacer era poner un rostro serio como si realmente estuviera asimilando lo que significaba perderlos. Pero la verdad era que, en ese momento, no podía procesarlo del todo. No aún.

Apreté el volante. Era la primera vez en mucho tiempo que pensaba realmente en mis padres. Durante años había sido más fácil no hacerlo. No porque no los quisiera, sino porque ese mismo cariño era lo que me alejaba de ellos. Y de lo que significaba volver.

Bajé la velocidad al llegar a un desvío, el letrero oxidado que señalaba la entrada del pueblo apenas visible entre la maleza. La nostalgia me golpeó en el pecho, pero no de la forma cálida que uno espera. No era el tipo de nostalgia que te llena de buenos recuerdos. Esta se sentía como un nudo en el estómago, una mezcla de lo que fue y lo que nunca pudo ser.

Un suspiro se me escapó mientras disminuía la marcha al entrar al centro del pueblo. Las calles, los edificios, todo parecía congelado en el tiempo. La misma cafetería en la esquina, el mismo supermercado de siempre. Incluso el mismo par de ancianos sentados en los bancos de la plaza, conversando como si el mundo fuera eterno. A simple vista, todo era igual.

Pero yo no. Yo había cambiado. Y, desde luego, Win también.

Recordar a Win era peligroso.

Sacudí la cabeza otra vez, tratando de no caer en la trampa de mis propios pensamientos. Win y yo... Ese capítulo estaba cerrado. Lo había decidido hace años. Pero había algo inquietante en regresar al lugar donde todo comenzó. Un lugar que, durante tanto tiempo, había evitado con todas mis fuerzas.

El viento que nos separó (BL) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora