Capítulo 4: Ladrona.

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Amethyst miro con lastima como su cena se había convertido en su desayuno y estaba a postas de convertirse en su almuerzo. Llevaba al menos cinco minutos completos frente a su plato ahora frio, se había refugiado en el comedor apenas abrió los ojos en esa incómoda posición.

En la mañana la entrada estaba totalmente cubierta y a los alrededores tirados unos sobre otros los enanos dormían a pierna suelta. Entrecerró los ojos al escucharlos roncar uno tras otro como si se hubieran puesto de acuerdo para que no quedaran espacios en silencio, debió estar muy cansada para no escucharlos en la noche.

Estiro el cuello al levantarse sujetando la manta que se deslizo a sus piernas, al sentir la tela descubrió que no era una manta sino una capa. Una sonrisa se extendió en su rostro por ese gesto tierno y desinteresado, desapareciendo el sentimiento de soledad que la agobio la noche anterior. Miro a su alrededor notando que frente a sus pies sobre sus costados dormían Fili y Kili, soltó una risita al verlos en esa pose tan protectora.

Su posición le recordó a una de las expediciones que había hecho con su padre en los alrededores de Mythary, habían encontrado a unos pequeños lobeznos de apenas unos meses durmiendo fuera de una cueva, seguramente la madre salió a cazar y ellos estaban solos. Con su ímpetu de niña ella había querido acercarse pero su padre la detuvo, no lo suficientemente rápido para evitar que ellos los notaran. Casi de inmediato dos de los cachorros se levantaron poniéndose en posición de ataque frente a uno de los lobos. Ese comportamiento fue tan extraño para ella que termino cuestionándoselo cuando regresaban para almorzar, él le dijo que los animales adoptaban esa formación para proteger al que consideraban más débil, o el más pequeño y que no era un comportamiento exclusivo de los lobos.

Ella le encontró sentido a sus palabras años después al recordar como él y su madre se había posicionado frente a ella cuando los atacaron los orcos. Lo mismo sintió en ese momento al despertar y ver a ambos hermanos ubicados frente a ella. Se levanto con cuidado de no pisarlos, cuando los pasos acercándose la alertaron a levantar la vista, frente a ella el rey la miro con la seriedad de siempre.

-Cuida no despertarlos, se han dormido apenas hace una hora.

Mordió su labio pensando en que decir, él nunca se había dirigido a ella particularmente, ni para bien ni para mal, así que solo asintió apretando los manos contra la capa que sostenía a la altura de su pecho. Él se acercó y aunque estuvo tentada a retroceder no estaba segura de no tropezar y despertar a la compañía por completo, bajo el rostro con sumisión preguntándose qué había hecho para que él se le acercara tanto, entonces de un tirón la capa que mantenía en sus manos le fue arrebatada. Iba a cuestionarle sus maneras tan bruscas cuando él le dio la espalda y se vistió con ella sin detenerse en su camino a uno de los salones. Se tardo al menos dos minutos en darse cuenta de que había pasado.

La capa era suya, la persona que la cubrió en medio de la noche era él. Su respiración se volvió irregular y sin ningún cuidado ahora paso entre los enanos para ir a las cocinas donde busco una y mil explicaciones de por qué el rey haría tal cosa.

Con media mañana encerrada ahí y sin ninguna explicación que la convenciera y librara su conciencia de tal situación, opto por la menos digna pero si la más realista, él le había tenido lastima. Era lo más razonable, la otra era reconocer que era un buen hombre, pero no se tentaba la suerte con tal explicación. Era más fácil que alguien tuviera compasión a que fuera bueno, Smaug era compasivo con ella. Había pensado en sus necesidades básicas al momento de encerrarla, poniéndola en una celda con una ventana suicida con vista a la nada, una cama chirriante y agua potable. Eso no lo convertía en un ser bueno, pero si compasivo. Tal vez no quería que muriera tan pronto, pero eso era lo de menos. A lo que iba es que no le daría más vueltas al asunto en cuestión, lo mejor era hacer como si nunca hubiera pasado.

Amethyst: The Hobbit.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora