Capitulo 11

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.Sofia.

Me levanto rapido con el corazón palpitante y la sangre corriendo a toda velocidad por mis venas, mi respiración es pesada, me llevo la mano al pecho tratando de tranquilizarme.

Respiro profundo cuando los estragos de las pesadillas comienzan a nublarse y mi vista se aclara.

Veo a los lados, todo esta medio oscuro, estoy acostada en una enorme cama de sabanas negras, todo es desconocido pero el dolor de cabeza hace que me tumbe de nuevo, cierro los ojos y no se en que momento me vuelvo a dormir con el mismo video repitiéndose en mi mente, torturándome pero creo acostumbrarme...

Los pequeños rayos me hacen removerme, me acurruco tapando todo mi cuerpo, suelto un suspiro que es interrumpido cuando el sol me da directo a los ojos, suelto un gruñido y poco a poco mi vista se aclara hasta deslumbrar a una persona.

Achino los ojos, esta tarareando, la veo unos segundo cuando soy consiente que no la conozco.

Me recompongo, me siento en la cama con la sabana en la manos cubriéndome. Es una señora la cual se voltea y justo me ve, suelta una risilla y a de ser por la cara de asustada que cargo.

- Pero buenas - se acerca con un vaso de agua -  al fin despierta - forma una sonrisa amable, no digo nada solo la observo - Toma esto, te caerá bien - me extiende el vaso pero aun así no lo tomo - Veo que no ha despertado del todo 

Me relamo las labios que siento secos e hinchados - ¿Buenos días? - digo con voz grumosa

- Tardes, dirás - ríe - Ya es medio dia querida - vuelve a extenderme el vaso y lo tomo con manos temblorosas 

Confió en que el agua no tenga nada, aparte de que la garganta me duele y aclamo un poco de frescura, tomo un trago, suelto un suspiro hasta acabarme toda, le devuelvo el vaso.

Me froto los ojos hasta eliminar la pereza y me acomodo el pelo, me aclaro la garganta antes de hablar.

- ¿Donde estoy? - pregunto al darme cuenta que la señora me trata con normalidad y qué de seguro esto a de ser un hotel con servicio al cliente exclusivo - ¿Quien es usted? 

- Oh valla, si que no recuerdas nada - se alisa el vestido color crema que porta y toma asiento en la esquina de la cama - Me llamo Magda, para servirle a usted y a mi señor 

Me quedo viéndola incrédula, ¿mi señor? a de hablar ¿de Dios? ¿y a mi? esto a de ser un hotel cinco estrellas.

- Mhmm, okey, me voy - me paro de la cama pero rapido regreso a ella y a cubrirme con las sabanas - ¿mi ropa? ¿donde esta? ¿quien me la quito? - digo paranoica - ¿De quien es esta camisa? 

Estiro la gran camisa negra que cubre casi todo mi cuerpo pero aun así  parte de mis piernas están desnudas. Magda me ve un momento y al segundo empieza a reírse.

- Señorita Casler, ¿no sabe donde esta, enserio? - veo a todos lados y niego despacio con la cabeza - Bueno... ayer usted encontró muy rapido la habitación del señor, pense que ya conocía la casa.

Mis cejas se juntan de más al escucharla y el saber que me conoce.

- ¿Como sabe mi apellido? ¿y de quien es la casa? - me llevo las manos a la cabeza - Me estoy volviendo loca.

- La casa de su prometido señorita - dice ella tambien muy extrañada 

- ¿Mi que? - abro los ojos como platos - Mierda ¿cuanto tome? - susurro 

- Bien será mejor que la deje sola un momento, baje a la cocina cuando este lista, no se valla a perder - sonríe levantándose - Tómese su tiempo, tendré comida preparada.

Caos VerdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora