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El pelinegro observó a ambos, sintiéndose rápidamente incómodo por encontrar a dos de sus clientes juntos. 

—Hyunjin ¿qué haces aquí? —Los ojos de Felix brillaron al verlo. Había pasado días pensando en él y creyendo que no lo volvería a ver. 

Para alguien tan soñador como lo era él. Creyó que era el destino, pensó que lo había estado pensando tan fuerte, que la vida lo trajo nuevamente ante él.

—Iba caminando por la calle y me encontré con tu padre. Me pidió ayuda con esto. 

La chica en silencio observaba la interacción entre ambos, preguntando: ¿Cómo era el que se conocían? 

—Déjame, te ayudo —El rubio se ofreció de inmediato. 

Pero el pelinegro negó su ayuda —Descuida, estoy bien. Puedo solo. —Hyunjin sentía la mirada de Soo y lo que menos quería es que ella sospechara que el rubio lo conocía del mismo lugar.

La chica, al sentirse ignorada e invisible, decidió toser para llamar su atención. —Oh, Hyunjin,ella es Cheong Soo.

La chica regaló una sonrisa traviesa mientras Hyunjin pretendió no conocerla. —Un gusto, señorita Cheong. —Hizo una pequeña reverencia —. Con su permiso voy a dejar esto.

Felix observaba cómo se alejaba, sintiéndose ansioso. Aún quería hablar con él. —Discúlpame, voy a ver que no se pierda —Una excusa sin gracia y poco creíble, pero eso le importó poco. Simplemente, se fue a buscarlo.

—¡Hyunjin! —Cuando lo vio, él ya estaba subiendo al elevador. Felix corrió hacia este, poniendo el pie antes de que las puertas cerraran y entrar.

—¿Pasa algo? —El pelinegro lo vio agitado.

—No, solo quería acompañarte. —Su voz salió agitada mientras trataba de recuperar el aliento.

—No te preocupes, puedo ir solo. —Su vista fue por encima de su hombro, asegurándose que ella no los estuviera viendo, preocupándole el bienestar de aquel chico. 

—Insisto. Es de mala educación, no acompañarte —Felix seguía sacando excusas solo para hablar un poco más con él.

—Bueno, si insistes —El pelinegro trató de no tomarle importancia una vez que se cercioró que no estaba cerca.

En el elevador, Felix pensaba en qué preguntarle o cómo iniciar una conversación, pero sus nervios por estar cerca de él, lo traicionaron dejándolo en blanco.

Pronto la puerta del ascensor se abrió y, tan pronto, bajaron de este, se encontraron con el señor Lee.

—¿Hijo, qué haces aquí abajo? 

—Acompañaba a Hwang Hyunjin, en lo que llegabas —dijo con una sonrisa inocente.

Su padre dirigió su vista al pelinegro y sacó su billetera —Gracias por ayudarme. 

—Siempre es un gusto ayudarlo, señor Lee —hizo una reverencia y tomó el dinero. —Gracias por acompañarme, joven Lee.

—Vamos, Felix, volvamos a la fiesta. 

Los ojos de Felix viajaron al pelinegro. 
Que se había dado la vuelta y se alejaba lentamente hacia la puerta.
Los latidos de su corazón aumentaban y sus manos sudaban frías.

Él quería ir tras él y tener una conversación. No sabía si lo volvería a ver después de esto, pero quería mantener contacto con él. 

—Señor Lee, siga hablándome de su victoria contra la empresa Ao —Su amigo había notado que Felix deseaba ir con aquel chico, así que no dudó en distraer a su padre llevándoselo y haciéndole una señal de que se fuera.

Enamorado de un prostituto (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora