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La velada de una gran fiesta iniciaba. El joven Felix terminaba de acomodar su elegante traje. 

Una vez terminó, se miró en el espejo, asegurándose que estuviera impecable. 

—listó. 

Salió de su habitación y caminó hasta llegar al gran salón de su mansión donde la fiesta se efectuaba. 

Los mayordomos abrieron las puertas y el ruido no se hizo esperar. El rubio, con solo dar un simple vistazo, se sintió abrumado al ver tanta gente. En total, 450 invitados. 

—¡Felix! —Un viejo amigo le saludó animadamente desde que lo vio entrar.

—¡Oh! Hola, Hyun —Busco sentirse seguro al ponerse a su lado.

—No esperaba ver tanta gente.

—Ni yo, solo es la fiesta de 30 años de matrimonio de mis padres, no tiene nada especial. —Tomó una copa de champán de una de las charolas que llevaba el mesero. 

—Cualquier pretexto es bueno para dar una lujosa fiesta. 

—No me gusta este tipo de fiestas, solo son un pretexto para presumir poder. —Solo llevaba un par de minutos ahí y ya quería irse. 

—No son tan malas, mira el lado bueno, puedes conocer chicas hermosas —. El rubio volteó a ver el grupo de chicas que lo veían desde que entró al salón.

—Creo que te están coqueteando, Felix —Su amigo le dio una sutil palmada en su hombro.

—A lo que le coquetean es, a mi fortuna, interesadas y falsas, es lo que son, solo buscando un hombre rico. —El más joven odiaba ser el centro de atención y que lo miraran tanto, lo ponía ansioso.

—¿Y qué si son interesadas? Acuéstate con ellas y después las dejas, es lo que hago. 

—No me interesa ser ese tipo de persona.

—No te amargues, Felix.

El rubio volvió a dar un vistazo al salón, notando como la mayoría de jóvenes volteaban a verlo.

—Seguro ya se enteraron de que este año mi familia hizo una buena inversión y nuestra fortuna se cuadruplicó. 

—¡Felix! Mira a la chica de verde, qué grandes pechos tiene. 

El rubio dirigió su vista a la joven que su amigo le señaló, notando sus grandes pechos que parecían querer salir de aquel ajustado vestido que llevaba la chica.

—¡oh! Viene para acá. —Su amigo emocionado de ver que la chica haría el trabajo de acercarse a ellos.

—Lee Felix, es un honor conocerlo. Mi nombre es Kim Yon. ¿Le gustaría bailar conmigo? —Felix empezó a buscar una excusa en su cabeza para rechazar la invitación, pero su amigo fue más rápido.

—¡Si quiere! —respondió el castaño por él.

—¡Oye!… —Su amigo solo lo empujo, y no tuvo más opción que bailar con la pelinegra que le esperaba con la mano extendida. 

Mientras bailaban, Felix observó detenidamente a la bella joven. Rostro hermoso, rasgos finos y curvas envidiables, pero entre más la veía, más se daba cuenta de que ni sus jugosas curvas despertaban un interés en él, ni ella, ni ninguna otra mujer. 

“Definitivamente, las mujeres no me despiertan ningún sentimiento de atracción”. 

La velada siguió hasta altas horas de la madrugada. Felix agradeció que terminara, pues estaba cansado de bailar con aquella dama, que no lo soltó en toda la noche. 

Enamorado de un prostituto (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora