IVEra casi medianoche, mi batería social se había terminado, Noah había ganado el premio por el que estaba nominado y mi tarea en aquel lugar se había terminado, por lo que había decidido regresar a la casa de Noah. Nos habían dado una especie de boleto para salir en las camionetas por lo que al final solo le dije a Noah que me iba, me despedí de algunas personas y salí rumbo a la camioneta. El viento soplaba suavemente pero el cielo estaba despejado, una marea de estrellas se mostraban en lo alto y no parecía que nada pasaría, pero ahí descubrí que tendría para siempre un sexto sentido. Me estremecí justo cuando lo escuché llegar.—¿Tan rápido te vas? —preguntó llegando a mi lado, no pude evitar sonreír al verlo.—Estoy cansada y Noah no parece querer irse —respondí divertida.—Al salir lo vi bailando en la barra —no pude evitar soltar una risa que oculte con mi mano.—Suena a algo que Noah haría.—Tu lo conoces más que yo, por algo eres su novia —lo miré con los ojos muy abiertos y él se quedó confuso.—Noah y yo no somos novios —dije riendo aún más.—Pero los medios lo han confirmado más de una vez.—Los medios han dicho que estaba embarazada por una foto que Noah subió a instagram —conté divertida, él igual rio y justo en ese momento apareció mi camioneta.—¿Tienes hambre? —preguntó de la nada, lo miré extrañada mientras uno de los trabajadores del evento abrían la puerta de la camioneta, él siguió —. Conozco un restaurante donde tienen comida rica, si quieres podemos ir y después te dejo en casa de Noah, prometido —levantó su mano en forma de juramento. Mire la camioneta y luego a él, algo me decía que me subiera y fuera a casa de Noah; pero era Jason Lawrence, perfectamente podía presumir que había cenado con él, parecía un sueño, debería avisarle a Noah pero Jason me llevaría a su casa y listo, como si hubiera seguido el primer plan, lo volví a ver y asentí con la cabeza.—Sí, vamos a cenar —contesté sonriendo, él igual sonrió. Deje ir a la camioneta para darle paso a su coche, un bonito BMW plateado que se veía nuevo, vaya sorpresa; me abrió la puerta del copiloto y entré, él caminó a la puerta del conductor, tomó las llaves de las manos de uno de los empleados y subió al carro. Por un rato ninguno dijo nada, pasamos por una carretera con vegetación y la radio estaba prendida en una estación con música pop, tarareaba la canción y veía todo el bosque. Trataba de ignorar las voces de mi cabeza recordando la cantidad de asesinos seriales encontrados en California, no mentiré diciendo que me relaje un momento cuando vi un establecimiento, era una cafetería de carretera; honestamente pensé que sería un restaurante cinco estrellas. De todas maneras mis nervios volvieron cuando lo vi estacionarse y el establecimiento estaba vació, ambos bajamos del automóvil.—¿Por qué creo que no traes a chicas por acá? —pregunte tratando de sonar tranquila.—Mi abuela me traía cuando era niño, no voy a traer a cualquiera —dijo abriendo la puerta del restaurante —. Venden los mejores waffles de la tierra.—Bueno, me convenciste —dije entrando. Lo seguí hasta una mesa que estaba pegada a las ventanas, una mesera se acercó y dejó que Jason pidiera por mi, dos órdenes de waffles y malteadas, chocolate para él y vainilla para mi.—Siento que estoy a desnivel contigo, tu me conoces, pero yo solo sé que no eres novia de Noah —dijo jugando con el expendedor de servilletas.—En realidad no hay mucho para conocer —dije aún nerviosa, pongamoslo así, puede estar mintiendo y mañana estarán buscando mi cuerpo.—¿Puedo preguntarte por qué Noah y tú son amigos?—Digamos que nuestras madres son mejores amigas —dije divertida. —Nuestros padres se conocieron cuando eran jóvenes, aquí en California, nuestras madres se embarazaron casi al mismo tiempo y desde que Noah nació dormimos en la misma cuna, luego la misma cama, compartimos muchos momentos juntos, nos criaron como hermanos, aunque cada uno en diferente país.—¿Y nunca se llegaron a gustar o algo?—Alguna vez tratamos pero no funcionaron las cosas —dije riendo, él siguió la risa y comenzaba a sentirme relajada. Era bastante extraño e irreal la situación en la que me encontraba, yo, sentada frente a Jason Lawrence, en un restaurante común comiendo waffles. Hablamos un poco de todo, me contó cosas de su infancia, así como yo le conté las veces que me saltaba las clases para acompañar a Noah. Estuvimos en aquel lugar por un par de horas y luego salimos rumbo a la casa de Noah; estaba viviendo una extraña especie de Mi novio es una super estrella de rock, el problema es que Jason era actor y no quería pensar demasiado en las similitudes por miedo a manifestar que esta noche acabará como en la película...—¿Alguna vez viste la ciudad de noche? — preguntó mientras giraba en una calle para entrar a la avenida principal de Los Ángeles, espero que nada pasé porque no tengo idea de lo que sucede.—En realidad nunca he conocido la ciudad de ninguna manera —me mira de una manera tan ofendida que me adelanto a decir: —Es que cuando veníamos no la pasamos en campamentos y parques, o en la casa de Noah, realmente no vemos la ciudad como tal, eso lo hacen mis papás.—¿Así que nunca has visto la ciudad?—No, nunca, alguna vez nos dejaron en la calle principal pero no vimos más allá.—Bueno, estamos cerca del letrero de Hollywood, tal vez no podemos subir hasta la cima pero desde la plaza principal se ve bastante bien —dijo dando vuelta en la siguiente calle, la cual era una de las avenidas principales, ya saben la clásica donde hay palmeras y dónde la protagonista marca la película, pero esto no era una película por lo que no se veía tan hermoso como imaginé.—Se parece a Reforma de noche en realidad —conteste sin mucha emoción —¿Puedo poner la radio? Así finjo que estoy en una película de los noventa.—Creí que habría emoción de tu parte para serte honesto, pero adelante —hizo un movimiento con la mano para indicar que pusiera lo que quisiera, procedí a prender la radio y buscar alguna estación de música —¿Por qué mejor no pones directamente Spotify con alguna canción que te gusta?—Porque entonces estaría fabricando la noche perfecta —pare en una estación donde sonaba una canción que conocía, All too well de Taylor Swift. Creo que el destino trataba de decirme algo pero lo ignoré completamente, la canción iba empezando y subí el volumen,—Eres bastante peculiar, aunque predecible si te gusta Taylor Swift —lo miré, trataba de encontrar algún indicio de que significaba eso, pero él tenía la mirada al frente. Taylor llenó el silencio y me encargue de ver la calle por la ventana del coche, era diferente de noche, más silenciosa, menos concurrida, tenía un extraño encanto.La ciudad de Los Ángeles me recordaba demasiado a la ciudad de México, la primera vez era majestuosa, la segunda tenía detalles, en la tercera encontrabas encantos, pero la cuarta vez te habías cansado de ella. Aún así sentía el momento más íntimo, me sentía dentro de una película y cuando despertará nada de esto habría pasado, iría con Noah y se reiria de mi tonto sueño, me diría que Jason jamás fue a la fiesta que mi subconsciente ya estaba demasiado obsesionado con el actor.Pero no quería despertar, era un lindo sueño.Paró el auto a un lado de la plaza principal y bajamos, casi no había gente y la que había no nos prestaba atención. Y entonces lo vi, el letrero iluminado con luces blancas, volví por mi teléfono que había dejado en el tablero del coche desde el inicio de la noche y comencé a tomarle fotos, no me gustaba tanto sacarlas desde el celular pero no llevaba a todas partes la cámara.También le tomé unas a Jason y luego él me tomó unas, para después tomar fotos juntos, caminamos por la plaza, hacía algo de frío pero era controlable. Volvimos al auto y miré la hora en el celular, cuatro de la mañana, Noah ya debería ir de regreso a la casa, o al menos esperaba que no.—Hora de irnos —dijo encendiendo el auto y empezando a conducir, de la radio sonaba No control de One direction y sin querer la empecé a tararear.—Taylor Swift y One direction, ¿de casualidad no te gustará Ariana Grande? —Sí, pero no la escucho tanto —respondí divertida —. Además, no me gusta One direction, solo conozco sus canciones.—¿Cómo no te va a gustar One direction? —preguntó más ofendido de lo que esperaría.—Nop, nunca los escuché por mi cuenta, quienes los escuchaban eran las compañeras de Noah en los sets de grabación, de ahí me quedé con alguna y fui a uno que otro concierto por invitaciones, pero hasta ahí —aún recuerdo los ruegos que me hacía para acompañarlo, solo porque otra de las chicas le gustaba y no se quería quedar a solas con ella por miedo a arruinarlo.—Me sigo sintiendo ofendido —responde divertido —. ¿Ibas a los conciertos, tenías a fans alrededor y me dices que no te gustan?—¿Por qué suenas tan ofendido? —pregunte divertida.—Porque Louis es de mis amigos más cercanos y me dices que no te gusta One direction.—¿Fuiste a la fiesta de sus hijos?—¿Qué?—Nada, referencia mexicana, pero bueno, en realidad los fans no me agradan —termine de decir cuando vi pequeñas gotas cayendo en el parabrisas, cosa rara porque no parecía que Tlaloc se fuera a aparecer por estos lugares.—¿O sea que no te agrado?—No, o sea, no de que no me agradas —empecé a balbucear —. Más bien de que me agradas, eres lindo, quiero decir, eres amable y eso te hace una linda persona.Dios, nunca había dicho tanta tontería junta en cuestión de segundos, él comenzó a reírse y regresó la vista a la carretera, la lluvia comenzaba a caer y las canciones pasaban una tras otra; había sido una velada maravillosa, no podía quejarme de nada. Cerré los ojos un momento recargandome en la ventana, cuando sonó la canción End up Here de 5 seconds of summer, era perfecta, perfecta para esto, para estar aquí en un carro con él. Pero no me puedo quitar la sensación de que algo falta y lo comprendí cuando pasó un coche rebasandonos.—Para el auto —le digo mientras me quitó las correas de los tacones dejando mis pies desnudos.—¿Qué? —me pregunta cómo si no me hubiera escuchado.—Para el auto —vuelvo a decir y él orilla el auto sin saber que quiero hacer. Pero en cuanto detiene el vehículo, subo al cien el audio de la radio y salgo de este.La lluvia me empapa cuando comienzo a girar y cantar, siento el asfalto de la carretera frío contra mis pies, el aire sopla lentamente y me envuelve cómo una manta. Es ahí cuando le hago señas para que salga del auto también, al principio no quiere hacerme caso pero termina cediendo; sale del auto y trata de cubrirse de la lluvia pero no lo dejo, lo jalo hasta el frente de este donde los faros iluminaban la carretera. La canción estaba a nada de finalizar pero bailabamos como si la noche durará mil vidas.Y entonces se terminó, respiraba por la boca y lo miraba, hacía frío y estaba empapada por la lluvia pero solo era consciente de la mano de Jason tocando mi mejilla. Comenzaba a sonar Perfect de One direction, no sé quién se acercó primero, ni mucho menos como mis brazos terminaron alrededor de su cuello. Pero de repente era consciente de sus manos en mi cintura, el vestido convertido en una segunda piel, mi rostro mojado y el agua que escurría de mi cabello haciendo un recorrido hasta mi pecho.Lo miraba a los ojos y solo me podía ver a mi misma, pero de repente no veía nada sintiendo sus labios sobre los míos; sabían a chocolate, estaban fríos pero se sentían tan bien. Con la voz de Harry de fondo, nos separamos, me faltaba el aire pero no reaccionamos hasta que un trueno iluminó el lugar y tras un grito corrimos de regreso al auto.Prendió la calefacción y traté de entrar en calor, incluso me dio su saco. Puso el auto en marcha, la radio aún tenía mucho que decir, lo que fue un alivio porque nosotros nos habíamos quedado sin palabras. Jason había tomado mi mano y sin soltarla seguía conduciendo. Me había hecho un ovillo en el asiento y aún sentía como caía agua de mi cabello. —¿Alguna vez has estado en la playa de Malibú? —preguntó de repente.—No.—¿Quieres ir? —esta vez me miraba sonriendo y no me puede negar.—Claro.La playa era linda por la mañana, el único sonido era el golpe de las olas con la arena. El agua estaba fría pero después de la mojada bajo la lluvia no la sentía tanto. Aún tenía el saco cubriendo mis hombros y había tomado muchas fotos con mi celular, Noah ya había mandado mensajes preguntando mi paradero, postergue contestar porque todo parecía hermoso, un bello final para una noche espléndida.—Gracias por esta noche —dije luego de un rato en silencio.—Yo debo agradecer, aceptaste venir conmigo — nos habíamos detenido y me coloco frente a él. —Ha sido la mejor noche de mi vida.—La mia igual —es lo único que pude contestar antes de que me besara, aunque antes de poder entrar al hechizo completo se separó de golpe y trató de ocultarse. Un par de surfistas habían pasado cerca conversando entre ellos.—Perdona, es que si alguien me reconoce y me ve besando una niña sería el fin de mi carrera —dijo sonriendo, pero debió de ver en mi rostro que mencionó algo con lo que no estaba de acuerdo —. ¿Qué ocurre?—¿Qué ocurre? Dímelo tú —contesté con voz cortante y dando media vuelta.—Oye, ¿a dónde vas?—A casa de Noah, es muy tarde y me esta buscando, sin contar que no pueden verte con una niña porque eso arruinaría toda tu vida —nunca había estado tan dolida en mi vida y eso que una vez un exnovio me había engañado con una de las mini promesas de nickelodeon.No me dejó irme muy lejos ya que me tomó del brazo para detenerme.—No quería que sonara así —su voz decía estar arrepentido, pero no iba a permitir eso.—Pues sonó y me siento tan usada que en estos momentos me doy asco, pero tu, a ti no te quiero ver en mi vida de nuevo —me solté de su agarre y seguí caminando.—¡SAM! —grito y me detuve —. Las fotos que tomaste, necesito que las borres.—¿Qué? —pregunte sin girarme.—Las fotos en Hollywood, en mi auto y aquí, necesito que las borres, nadie debe saber que esto pasó, no pueden existir evidencias —mis fotos, quería que borrara mis fotos, no quería pelear, ya no, deje caer caer mi teléfono en la arena y segui caminando. Pero había un problema, Miami Beach estaba a más de una hora de la casa de Noah y sin teléfono, ni dinero, estaba atrapada en el lugar. Tire mi orgullo junto a mi celular y regrese a donde él se había quedado. Me miraba perplejo.—Necesito dinero —dije extendiendo la mano, él sacó su cartera, tomó varios billetes de cien dólares, aun quedaban algunos en la cartera y me los tendió —. Voy a casa de Noah, no a la Ciudad de México.—Necesitarás otro teléfono —dijo en voz baja, tome lo que me ofrecía y también lo que quedaba en la cartera, no parecía sorprendido pero tampoco dijo nada. Retome mi camino hasta las afueras de la playa, las piedras de la calle me lastimaban, había dejado los tacones en su auto pero no regresaría por ellos. En las afueras había una base de taxis, pregunté si alguno conocía donde estaba la villa de las estrellas, una mujer me vio y dijo que me llevaría. Ya no veía por la ventana, solo a mis manos y al dinero que me había dado; podía comprar un nuevo teléfono pero eso no compensaba el cómo me sentía. Una hora después estaba bajando del auto y un asustado Noah me recibió en la puerta, tratando de saber dónde estaba pero solo supe llorar, me abrazó llevándome dentro. Me dejó bañarme y cambiarme de ropa, para después hacer todas las preguntas que pasaban por su mente, terminamos acordando que nunca más volveríamos a hablar de eso. Lo último que quedó de esa noche fue la voz de la roomie de Lucia "No uses tacones".
...
Ahora si se viene lo bueno, ya se conocieron, ya lo conocieron, pueden odiarlo para después amarlo, no sé.
En lo personal, Sam es de las protagonistas que más quiero y entiendo que en las primeras partes les vaya a caer muy mal pero es parte de su proceso. Como sea, volví después de mucho rato porque hay un suceso en esta historia que marca el porque la estan leyendo en presente y pasado, peroooooooooooooooooooooooooooo.
No sabía como plantearlo y me bloquee y la deje ahí en el baúl de las historias olvidadas, hasta que pude reconectar con Sam, aprendí de ella y dije "todo es parte de la vida por más horrible que sea" y pasaron cosas en agosto que hicieron que hace unos días escribiera como 4 capítulos de golpe y ya me diera luz verde para el proyecto.
Así que, apartir de esto, todo va a ir de suceso en suceso, buenos y malos hasta ese momento torre de la protagonista; incluso el regreso de Hana para está historia. Hana es muy chismosa anda en todo, que si leyendo el tarot, que si saliendo con una chica, que si juntando a sus amigos que se gustan.
En fin, espero les vaya gustando y nada, los veo la proxima semana con la siguiente actualización, aún no sé si seguire el concepto de dos capitulos por semana o solo uno; pero mientras, no olviden tomar agua, llevar chamarra y paraguas si salen de casa.
adiosito <3
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Los caballos de mar
Ficção AdolescenteCuando te conocí yo tenía dieciocho y tú tenías veinticinco. Yo era la amiga de alguien y tú el futuro de Hollywood. Tu eras uno de mis más grandes ídolos y yo solo una fan más tuya. Cuando te conocí, estaba perdida en medio de la oscuridad y tú me...