La Sombra Del Rey Demonio

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El sol había comenzado a descender sobre Tempest, proyectando sombras largas a través del denso bosque que rodeaba el reino. Rimuru, ahora reconocida oficialmente como Reina Demonio, había estado ocupada con los asuntos del gobierno y la reconstrucción del reino tras las recientes batallas. A su lado, siempre estaban sus más leales compañeros: Veldora, el Dragón Tormenta, y Diablo, su fiel sirviente. Ambos habían jurado protegerla con sus vidas, aunque Rimuru prefería no depender demasiado de ellos.

Sin embargo, esa tarde se sintió una extraña energía en el aire, un oscuro y poderoso aura que parecía desestabilizar el equilibrio de la naturaleza en el bosque. Rimuru, quien había estado en el salón del trono, notó el cambio de inmediato.

Rimuru: (alerta) ¿Qué es este poder…? Esto no es algo común.

Justo cuando estaba a punto de investigar, Veldora entró en la sala, con una expresión seria y más solemne de lo habitual.

Veldora: (con gravedad) Rimuru, algo no está bien. Un enorme poder demoníaco ha aparecido en los límites del bosque. Es demasiado fuerte para ser un enemigo común. Alguien está intentando invadir Tempest.

Rimuru: (frunciendo el ceño) No puede ser… ¿Un Rey Demonio?

Diablo: (apareciendo junto a Rimuru) Mi reina, deberíamos estar preparados. Si un Rey Demonio ha decidido atacarnos, no será una simple pelea. Debo insistir en que considere retirarse al menos hasta que podamos evaluar la situación.

Rimuru: (decidida) No, Diablo. No voy a huir mientras mi gente está en peligro. Este reino es mi responsabilidad. Si se trata de una batalla contra otro Rey Demonio, entonces lo enfrentaré.

Veldora asintió, impresionado por la valentía de Rimuru, aunque sabía que la situación era más peligrosa de lo que ella admitía. Sin embargo, justo cuando todos se preparaban para el inevitable enfrentamiento, otro estallido de energía se sintió cerca, como si dos colosales presencias estuvieran a punto de colisionar.

Veldora: (con los ojos muy abiertos) ¡Rimuru! Hay otra amenaza. Debo ocuparme de esto, pero no podré estar a tu lado.

Diablo: (haciendo una reverencia) Yo también debo asistir a otro conflicto, mi reina. Aunque me duele dejarla, confío en que pueda protegerse.

Rimuru asintió, sabiendo que no tenía otra opción. Veldora y Diablo salieron rápidamente, dejando a Rimuru sola, pero con su espíritu inquebrantable.

En los límites del bosque, las sombras comenzaron a alargarse cuando una figura oscura emergió entre los árboles. Era un ser alto, con una capa negra que parecía consumir la luz a su alrededor. Sus ojos brillaban con una malicia inhumana, y su aura demoníaca impregnaba el aire como una neblina de pesadilla. Su nombre resonaba en las leyendas: Zardius, uno de los más antiguos y poderosos Reyes Demonio, conocido por su crueldad y sed de poder.

Zardius: (con voz profunda y burlona) Así que este es el reino de la famosa Rimuru Tempest… la Reina Demonio que desafía el equilibrio. He venido a corregir ese error.

Rimuru llegó al campo de batalla, enfrentándose a Zardius sin titubear. Sabía que estaba en desventaja. Este Rey Demonio no era un enemigo común, pero no podía mostrar debilidad. Su gente dependía de ella.

Rimuru: (con firmeza) Si has venido a destruir Tempest, tendrás que pasar por encima de mí primero. No permitiré que pongas un pie en mi reino sin pagar el precio.

Zardius: (riendo) ¡Perfecto! Una Reina Demonio que pretende ser fuerte. Esto será más fácil de lo que pensaba.

Zardius no esperó. Su mano se alzó y una enorme ráfaga de energía negra se disparó hacia Rimuru. Ella se preparó, invocando su propia barrera mágica, pero la fuerza del ataque fue abrumadora. La explosión sacudió el campo, y Rimuru fue lanzada hacia atrás, impactando contra un árbol con violencia.

Zardius: (avanzando lentamente) ¿Es todo lo que tienes? Patético. No mereces el título de Reina Demonio.

Rimuru se levantó, sacudiéndose el polvo, su mirada llena de determinación. Sabía que la fuerza de Zardius era inmensa, pero no podía rendirse.

Rimuru: (pensando) No puedo perder aquí. No frente a alguien como él.

Concentrando su energía, Rimuru desató su forma de Reina Demonio completa, su cuerpo brillando con un aura azul brillante que iluminó el área oscura. Se lanzó hacia Zardius, atacando con su espada mágica y utilizando su vasto arsenal de habilidades. Sin embargo, Zardius parecía prever cada uno de sus movimientos, bloqueando y esquivando con facilidad.

La batalla se tornó feroz, pero el poder de Zardius comenzó a aplastar lentamente a Rimuru. Cada golpe que recibía la debilitaba más, y sus ataques parecían inútiles contra la defensa impenetrable de Zardius.

A lo lejos, Veldora y Diablo observaban la escena mientras estaban inmersos en sus propios combates. Sabían que Rimuru estaba en peligro, pero no podían abandonar sus batallas. Ambos se enfrentaban a enemigos enviados por Zardius para mantenerlos ocupados.

Veldora: (furioso) ¡Rimuru! No puedo ir a ayudarte… ¡malditos sean estos lacayos!

Diablo: (con el rostro lleno de preocupación) Mi reina… por favor, resista…

Rimuru jadeaba, cada movimiento la dejaba más agotada. Zardius no parecía ni siquiera estar sudando.

Zardius: (sonriendo con maldad) Esto termina ahora, Rimuru Tempest. El título de Reina Demonio será mío.

Zardius concentró su energía en un ataque final. Una enorme esfera de energía oscura comenzó a formarse sobre su cabeza, crepitando con una energía destructiva. Rimuru sabía que no podría sobrevivir si ese ataque la golpeaba.

Rimuru: (pensando) ¿Es este… el fin?

Justo cuando parecía que todo estaba perdido, un destello de energía familiar cruzó el cielo. Goku apareció en medio del campo de batalla, su cabello resplandeciendo con la luz roja de su forma Super Saiyan God. Sin decir una palabra, se posicionó entre Rimuru y Zardius.

Goku: (serio) No pienso dejar que toques a Rimuru.

Zardius lo miró con desprecio, pero no pudo ocultar la sorpresa al sentir el poder de Goku.

Zardius: (frunciendo el ceño) ¿Quién demonios eres tú? ¿Un simple mortal que se atreve a interponerse en mi camino?

Goku: (sonriendo) Yo soy Goku, y no me importa quién seas. Solo sé que no te dejaré lastimar a Rimuru.

Zardius lanzó su ataque con una furia desmedida, pero Goku lo interceptó con facilidad, lanzando un poderoso Kamehameha que desintegró la esfera oscura. El choque de energías sacudió el bosque, y Zardius retrocedió, sorprendido por la fuerza de Goku.

Goku: (mirando a Rimuru) No te preocupes, Rimuru. Yo me encargo de esto.

Rimuru, aún recuperándose, sintió una oleada de alivio al ver a Goku allí. Aunque estaba debilitada, sabía que con Goku a su lado, había esperanza.

Rimuru: (en voz baja) Gracias, Goku…

El combate entre Goku y Zardius apenas comenzaba, pero Rimuru sabía que, con Goku luchando por ella, había una oportunidad de salvar Tempest una vez más.

Goku En Otro MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora