La decisión Final

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El sol comenzaba a ocultarse en Tempest, y aunque el ambiente generalmente era pacífico, una sensación de inquietud flotaba en el aire. Rimuru y Goku, quienes habían estado disfrutando de un día relativamente tranquilo después de los recientes eventos, se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Una energía oscura y desconocida se acercaba a la ciudad.

Rimuru: (con preocupación) Algo no está bien. Puedo sentirlo... Esta energía no es de Tempest.

Goku: (serio) Tienes razón, Rimuru. Esta fuerza es... muy peligrosa.

De repente, una figura extraña apareció en el cielo sobre Tempest, proyectando una sombra que se extendía por todo el reino. Era un ser oscuro y siniestro, envuelto en llamas negras que parecían devorar la luz a su alrededor. El ser levantó la mano, y con un simple movimiento, una explosión de energía golpeó las afueras del reino, destruyendo parte de las defensas de Tempest.

Rimuru: (decidida) ¡No podemos quedarnos quietos! Debemos detenerlo antes de que haga más daño.

Goku asintió, preparándose para lanzarse a la acción. Justo cuando él y Rimuru se disponían a volar hacia el frente de batalla, una presencia familiar se materializó ante ellos.

Bills: (con voz firme) No es asunto tuyo, Goku.

El Dios de la Destrucción apareció de la nada, flotando con su característica indiferencia, seguido de Whis, quien estaba tranquilo como siempre.

Goku: (sorprendido) ¿Bills? ¿Whis? ¿Qué hacen aquí?

Bills: (serio) Este problema no te concierne, Goku. No es tu mundo ni tu deber lidiar con esta amenaza.

Rimuru: (confundida) ¿Quiénes son ellos?

Antes de que Goku pudiera responder, Gohan, Piccolo y Vegeta aparecieron junto a él. Todos ellos habían sentido la misma energía maligna y sabían que el peligro era inminente.

Vegeta: (con desprecio) ¡Kakarotto! No tenemos tiempo para estas discusiones. Si alguien está atacando, lo detenemos, sin importar de dónde venga.

Gohan: (determinante) Padre, no podemos ignorar esto. ¡Debemos ayudar a Tempest!

Goku observó la determinación de su equipo, luego miró a Rimuru, quien también estaba lista para luchar por su reino. Finalmente, tomó una decisión.

Goku: (resoluto) No me quedaré sin hacer nada. Vamos, Rimuru. Ayudaremos a detener a estos tipos.

Bills: (gruñendo) Goku...

Antes de que Bills pudiera seguir, Goku ya había despegado junto con Vegeta, Gohan, Piccolo y Rimuru, dirigiéndose hacia el lugar donde la misteriosa figura estaba causando estragos.

El Enfrentamiento

Al llegar al campo de batalla, vieron a la oscura figura, un poderoso rey demonio, rodeado de criaturas infernales que destrozaban todo a su paso. Sin dudarlo, Goku y los demás entraron en acción.

Goku: (gritando) ¡Super Saiyan Blue!

El aura azul de Goku brillaba intensamente mientras se lanzaba hacia el rey demonio, intercambiando golpes con la criatura. Vegeta y Gohan también se transformaron, atacando desde diferentes ángulos, mientras Piccolo lanzaba poderosas ondas de energía para contener a las criaturas menores.

Rimuru, usando su magia y habilidades, luchaba al lado de ellos, defendiendo su reino con todo su poder. El combate era feroz, pero poco a poco, los guerreros lograban contener la amenaza.

Rimuru: (respirando con dificultad) ¡No podemos permitir que este ser siga destruyendo Tempest!

Justo cuando parecía que el rey demonio iba a contraatacar con una fuerza aún mayor, una presencia imponente cayó sobre el campo de batalla. Era Bills, quien había decidido intervenir.

Bills: (con voz autoritaria) Ya basta de juegos.

El Dios de la Destrucción caminó hacia el rey demonio, quien, al verlo, intentó atacarlo con un golpe lleno de energía oscura. Sin embargo, antes de que el ataque llegara, Bills extendió una mano y murmuró una sola palabra.

Bills: (serio) Hakai.

En un instante, el rey demonio fue envuelto por una luz púrpura que lo desintegró completamente, eliminándolo no solo del campo de batalla, sino de la existencia misma. Rimuru quedó atónita al presenciar el poder absoluto de Bills.

Rimuru: (impactada) ¿Qué... qué fue eso?

Goku: (acercándose) Eso fue el "Hakai". Bills es el Dios de la Destrucción. Puede borrar cualquier cosa de la existencia si lo desea.

Rimuru apenas podía comprender lo que acababa de suceder. Había visto destrucción antes, pero nunca algo tan definitivo como lo que Bills acababa de hacer. No quedó ni un rastro del rey demonio. Todo había desaparecido.

La Despedida

Después de que todo quedó en calma y los daños en Tempest comenzaron a repararse, Whis apareció frente a Goku y Rimuru. Con un simple movimiento de su báculo, restauró gran parte del reino, mostrando una vez más la increíble habilidad de los seres celestiales.

Whis: (sonriendo) Bueno, parece que todo ha vuelto a la normalidad. Creo que es hora de que regresemos, ¿no es así, Lord Bills?

Bills: (bostezando) Sí, este lugar ya me aburrió. Vamos a casa, Whis.

Rimuru, aún recuperándose de los eventos recientes, miró a Goku, sabiendo que quizás este era el momento en que él también regresaría a su mundo. Pero antes de que pudiera decir algo, Goku la tomó de la mano.

Goku: (mirando a Rimuru) No me voy a ir. He tomado una decisión. Estoy casado contigo ahora, Rimuru, y quiero quedarme aquí, contigo, en Tempest.

Rimuru lo miró sorprendida, sin saber qué decir al principio. Pero antes de que pudiera responder, Whis intervino.

Whis: (sonriendo) Parece que Goku ha hecho su elección, pero no te preocupes, Rimuru. Goku podrá visitar su mundo cuando lo desee.

Rimuru: (confundida) ¿Cómo...?

Whis, con una sonrisa tranquila, miró a Goku y luego habló con el Gran Sacerdote, Daishinkan, a través de su báculo. En un instante, Daishinkan le otorgó a Goku una nueva habilidad.

Whis: (explicando) Goku, ahora tienes la capacidad de teletransportarte no solo entre planetas, sino también entre universos, dimensiones, realidades o multiversos. Podrás ir a donde desees, cuando lo necesites.

Goku: (emocionado) ¡Wow, eso es increíble! Gracias, Whis, Daishinkan.

Bills: (molesto) Bueno, ahora que eso está resuelto, vámonos. Ya he tenido suficiente de este lugar.

Whis, Bills, Vegeta, Gohan y Piccolo se despidieron de Goku y Rimuru. Mientras atravesaban el portal para regresar a su universo, Goku permaneció en Tempest, junto a Rimuru, con una sonrisa en el rostro.

Goku: (mirando a Rimuru) No importa cuántos universos o mundos existan, este es mi hogar ahora... contigo.

Rimuru sonrió, feliz de saber que Goku estaba dispuesto a quedarse con ella, pero también comprendiendo que su poder y habilidades lo llevarían de vez en cuando a otros lugares. Sin embargo, sabía que siempre regresaría a Tempest.

Y así, con todo en calma y un nuevo futuro por delante, Goku y Rimuru se prepararon para enfrentar cualquier cosa que el destino les deparara juntos.

PD:No se si va a terminar acá o seguirla, díganme ustedes eso, gracias

Son tremendos ustedes los que leen, porque se atreven a leer cosas como estás jajajajaja

Goku En Otro MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora