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Game night
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Siempre he sido una amante de los videojuegos. Desde pequeña, mi mundo ha girado alrededor de controles, consolas, y mundos virtuales. Sin embargo, nunca imaginé que un día convencería a Natanael de jugar conmigo. Nat, mi novio, no es exactamente el tipo de persona que se pasa horas frente a una pantalla... a menos que esté componiendo alguna canción. Pero después de mucha insistencia, accedió a probar Roblox conmigo. Eso sí, la condición era que el juego fuera divertido y competitivo.
Ahí es donde entra Dress to Impress.
La idea es sencilla: creas un atuendo espectacular, lo muestras al público virtual, y esperas ser votado para quedar entre los mejores. Es como un desfile de moda, pero mucho más caótico. Lo sugerí porque me pareció perfecto. Nat es conocido por su estilo único, así que pensé que se divertiría armando looks y compitiendo. Lo que no preví era lo competitivo que se iba a poner.
— ¿Qué dijiste que es este juego? — preguntó mientras se sentaba frente a la pantalla con una expresión de desconfianza.
— Dress to Impress, amor — le respondí emocionada. — Vas armando outfits y la gente vota por el mejor. Es como una pasarela virtual.
Lo miré de reojo mientras la música de fondo del juego sonaba en los altavoces. Tenía una ceja levantada, y su expresión claramente decía "¿Qué hago aquí?". Pero yo ya estaba decidida. Lo arrastré a este mundo y no había vuelta atrás.
