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Under the Silk Moon
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Me desperté temprano esa mañana, sin ningún plan en particular. Sabía que él estaría en el estudio la mayor parte del día, trabajando en sus proyectos, componiendo canciones, haciendo lo suyo. Siempre tan enfocado en su música, lo que me encantaba, pero a veces sentía que entre su mundo y el mío, había una distancia que no quería que existiera.
El día pasó lento, como esos días en los que todo parece pausado, en los que el tiempo se estira y no tienes nada que hacer más que observar cómo se van sucediendo las horas. Me puse a leer un rato, luego a revisar mi teléfono, pero nada me entretenía lo suficiente. Estaba inquieta, buscando algo que me sacara de ese letargo.
Cerca del atardecer, me levanté del sofá y me miré en el espejo. El reflejo me devolvió una imagen que me hizo sonreír. Me veía bien, más que bien. Tenía el cabello suelto y mi piel brillaba bajo la luz que se colaba por las ventanas. Me acerqué al armario, buscando algo que me ayudara a cambiar el ritmo de la tarde.
En el fondo del cajón, encontré la pijama de seda blanca que me había comprado hace unas semanas. Era preciosa, suave al tacto, con encaje delicado en los bordes. Nunca la había usado, quizá porque estaba esperando el momento adecuado, pero de repente, sentí que este era el día. Sonreí para mí misma mientras me la ponía lentamente, sintiendo cómo la seda acariciaba mi piel, y cuando me vi de nuevo en el espejo, supe que había tomado la decisión correcta.
