XXXV

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ADVERTENCIA‼️⚠️
El siguiente fragmento contiene contenido explícito y sexual (de carácter +18). Se recomienda discreción a los menores de edad y aquellos que puedan sentirse incómodos con tal contenido. Se recuerda que se trata de relatos completamente ficticios y desligados a la persona real de la que se trata el fanfic.

Quienes prefieran evitar este estilo de narración, siéntanse libres este ignorar este cap, ya que no generará grandes cambios a la historia.


Ava Rodríguez
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Esa misma noche, nos quedamos a dormir en la cabaña, solo los dos. Como ya me lo había imaginado, Richard se encargó de comprar pijamas para dormir esta noche. Después de lavarme el cabello, me cambié y metí en la cama única. Richard siguió mis pasos.

Ahora ambos estábamos en la cama, descansando del largo pero gran día que habíamos pasado; su mano acomodándose en mi cintura.

—¿Qué tal tu primera cita..? —murmuró con una sonrisa tonta.

Yo reí y rodé los ojos.

—Debo admitir que pasó mis expectativas. —jugueteé con el cordón de su pantaloneta.

—¿Ah si..? —sus ojos se oscurecieron y una leve sonrisita de asomó, notando mi sutil acción bajo las sábanas.

Me acercó un poco a él y me besó, yo me incorporé sin reprochar, sus labios contra los míos eran la sensación más maravillosa que he podido experimentar en algún momento de mi vida.

Su mano en mi cadera apretó su agarre por un momento, para seguidamente bajar hasta mi trasero, causando que mis reflejos lleven mi pelvis hacia delante hasta rozar la suya, esto le sacó una sonrisa, mejorando su agarre y profundizando el beso.

En pocos minutos, las cosas se calentaron. Le di un suave jalón a su camisa y no dudó en deshacerse de ella, aprovechando el movimiento para quedar sobre mí, retomando el beso mientras me incitaba a, de igual manera, desvestirme.

Sus manos viajaron por debajo de mi camisa, acariciando y jugando con mi cuerpo, lo que me sacaba suspiros involuntarios.

Una de sus manos comenzó a vagar por mi pantalón sutilmente, hasta sobrepasar la barrera entre el algodón y la piel, entre suspiros musitó:

—¿Puedo..? —su voz en una tortuosa combinación adormecida y ronca.

Yo sonreí y asentí, no me importaba nada. Su calor era todo lo que necesitaba. Moría por volver a sentir la sensación que una vez tuve la dicha de disfrutar, pero esta vez con el reaseguro de no deber temer que fueran acciones vacías, sino llenas de calidez y amor genuino.

Su mano bajó hasta mi calor y el ya húmedo contacto provocó una sutil sonrisa en él.

—¿Tan rápido..?

—Cállate.. —me sonrojé ligeramente mientras él soltaba una suave risita.

Sus besos bajaron a mi cuello, mi cabeza calló hacia atrás y sus movimientos en mi pantalón ganaban intensidad, lo que generaba un inevitable movimiento en mis caderas y sutiles jadeos de vez en cuando.

Sus húmedos besos comenzaron a bajar, marcando un camino por todo mi tronco, lentamente; como divirtiéndose con mi impaciencia y necesidad.

—Richard... —supliqué en un suave jadeo.

Él sabía a la perfección que me estaba torturando con su innecesaria paciencia.

—Tranquila... apenas estamos empezando.

Cuando me di cuenta, su lengua estaba trazando verdadero arte en mi zona sensible, el repentino contacto húmedo y diverso me sacó un suspiro, me sentía en otro mundo.

Mi vista de su rostro adentrándose en mis piernas con tanto deseo remarcado en sus ojos era inmaculada. Mordí mi labio para evitar exagerar con los espontáneos gemidos que me generaba mi... novio. Dios... es mi novio.

Enredé sutilmente su cabello al rededor de mis dedos para sentirlo un poco más cerca, esto lo hizo liberar un gentil gemido.

Antes de llegar a mi clímax, mis caderas comenzaron a moverse sin control, sintiendo una turbulencia de sensaciones tensionando mi abdomen hasta que finalmente fueron liberadas con cierta sustancia transparentosa y la relajación total de mi cuerpo.

De donde pude, tomé fuerzas y me senté en la cama, besándolo directamente, jugando nuevamente con su pantalón y deshaciendo el nudo que lo mantenía firme.

—¿Y yo..? ¿También puedo..? —musité con una suave sonrisa.

—..En momentos como este, es todo tuyo. —sonrió, besándome con más intensidad.

Sonreí y bajé, dándole un suave empujón para que se dejara caer y quedara recostado en la cama, mientras yo dejaba a la vista a su amigo, quien se veía ansioso por ser ayudado. Bajo mi casi nula experiencia con sexualidades masculinas, me atrevo a decir que la suya es un poco más grande al promedio, perfectamente curvada; el pre-semen delatando su necesidad y sus ojos casi suplicando que empezara el contacto.

Comencé usando mis manos, al ver sus muecas complacidas no podía ocultar mi sonrisa. Verlo tan excitado por obra de mis propias manos... podría decir que yo sentía casi el mismo nivel de placer por solo verlo.

Después de unos minutos, su límite tampoco tardó en ser sobrepasado. Sustancias transparentes con un ligero tono blanco predominante dieron por confirmado su clímax. Yo sonreí al verlo destensionarse y escucharlo soltar un largo suspiro.

Parte de los fluidos cayeron en su abdomen, por lo que no pensé dos veces en pasar mi lengua, recogiéndola y con una sutil y complacida sonrisa saboreándola, para seguidamente besarlo, sus manos apretando mis muslos.

Richard me hizo ver las estrellas en una noche, y al parecer el sentimiento era mutuo. Su capacidad de hacerme sentir lo que nadie nunca ha hecho me vuelve más loca por él. Me encanta todo de él, su estúpido sentido del humor, su relación con su hermanita, su inexistente talento para dibujar, la graciosa forma en la que baila a veces, su sonrisa cuando se emociona, el sonido de su voz...

Pero esta noche, más que nunca, puedo reconocer que también me encanta cómo me toca, cómo me dice al oído cosas que no recuerdo después de diez segundos ya que su agarre en mi cabello me nubla los pensamientos, cómo se burla descaradamente de mi impaciencia en la cama, cómo usa su lengua, cómo explora mi boca como si fuera el mayor manjar que ha probado, siempre como si fuera la primera vez... me encanta él, me encanta Richard.

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⏰ Última actualización: Oct 05 ⏰

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Richard Ríos | enemies to lovers?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora