Amor en el Ocaso

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Aziraphael:Padre
Crowley:Vaquero

Espero Y les guste

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Era un día caluroso en el pequeño pueblo de Valverde, donde el polvo cubría las calles y el sol brillaba intensamente. Aziraphale, un sacerdote amable y compasivo, había dedicado su vida a cuidar de su parroquia, ofreciendo consuelo y esperanza a los habitantes del lugar. Su iglesia, con sus altos arcos y vitrales coloridos, era un refugio para todos.

A medida que pasaban los años, Aziraphale se acostumbró a la rutina de su vida. Sin embargo, todo cambió cuando un nuevo vaquero llegó al pueblo. Crowley, con su cabello oscuro y su mirada desafiante, era conocido por ser un espíritu libre. Tenía un aire de misterio que atraía a todos, pero también una actitud rebelde que lo mantenía alejado de la gente del pueblo.

La primera vez que Aziraphale vio a Crowley fue durante una misa dominical. El vaquero se encontraba en la última fila, con su sombrero de ala ancha cubriendo su rostro. A pesar de su apariencia ruda, el sacerdote sintió una conexión instantánea. Después de la misa, decidió acercarse.

—Hola, soy el padre Aziraphale —dijo con una sonrisa cálida—. ¿Te gustaría acompañarnos para una taza de té?

Crowley levantó la mirada, sorprendido por la amabilidad del sacerdote. Aunque dudó por un momento, la curiosidad lo llevó a aceptar la invitación.

Con el tiempo, sus encuentros se hicieron más frecuentes. Aziraphale se sentía atraído por la personalidad audaz de Crowley; él le enseñaba sobre libertad y aventura, mientras que Aziraphale le ofrecía consuelo y amor incondicional.

Sin embargo, ambos sabían que sus mundos eran diferentes. Aziraphale estaba atado a su responsabilidad como padre de la iglesia, mientras que Crowley disfrutaba de la vida sin ataduras ni compromisos.

Una tarde, mientras paseaban por los campos dorados al atardecer, Crowley finalmente se detuvo y miró a Aziraphale con seriedad.

—¿Alguna vez has pensado en qué pasaría si cruzáramos esa línea entre nosotros? —preguntó con voz grave.

Aziraphale sintió cómo su corazón latía con fuerza. Sabía que había algo más entre ellos; una chispa que no se podía ignorar.

—Lo he pensado —respondió suavemente—. Pero tengo miedo... No quiero perder lo que tenemos.

Crowley dio un paso más cerca y tomó la mano de Aziraphale entre las suyas.

—A veces hay que arriesgarse para encontrar lo que realmente importa —dijo—. ¿No crees?

En ese instante, bajo el cielo pintado de naranjas y rosas del atardecer, ambos supieron que estaban listos para dar ese salto al vacío juntos. Se acercaron lentamente hasta que sus labios se encontraron en un beso suave pero lleno de promesas.

Desde ese día en adelante, Aziraphale y Crowley aprendieron a navegar sus diferencias mientras construían una relación basada en el amor y el respeto mutuo. La iglesia se convirtió en un lugar donde ambos podían ser ellos mismos sin miedo al juicio; juntos demostraron que el amor puede florecer en los lugares más inesperados.

Y así, bajo el vasto cielo estrellado del oeste americano, dos almas encontradas comenzaron una nueva aventura juntos: una vida llena de amor y libertad.

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One-Shots (Aziracrow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora