Es viernes por la tarde cuando Orm llega a recoger a Ranlada de su entrenamiento de fútbol.
Aquel día, sorprendentemente estaba tranquilo y la castaña estaba emocionada por llegar a casa y escuchar las cosas que su hija había aprendido el día de hoy. Se había vuelto rutina, escucharla hablar sobre los entrenamientos mientras ella hacía la cena, o escuchar algo relacionado con la entrenadora.
Lo cual Orm no iba a engañarse a si misma (porque ya es una adulta y puede reconocer lo que es tan claro como el agua) que la entrenadora de Ranlada era bastante atractiva y amable, y era casi imposible no quedarse mirando cuando interactuaba con su hija.
Por lo poco que podía ver, claro.
Aquel viernes llega temprano y se encuentra con Ranlada riendo por algo que Lingling había dicho junto a otro niño, que asume, es el amigo del que Ranlada ha empezado a hablar. Sonríe mientras se acerca y hay una sensación extraña que se le forma en su pecho cuando las ve reír por algo que Lingling estaba contando.
- ¡Mami! - Ranlada grita alegre al verla y corre hasta ella para abrazarla.
- Hola bebe, te extrañe mucho - Dice tomándola en brazos mientras sonríe.
- ¡Y yo, y yo!
- ¿Que tal ha ido? ¿Te has divertido?
- ¡Si! - Asiente eufóricamente - ¡He parado un gol!
Orm si rie aún más ante la emoción de su hija, que parece ser la niña más feliz del mundo.
- ¿Si? Eres toda una portera bebé.
Deja a Ranlada de vuelta en el suelo y su mirada cae en Lingling quien las mira con una pequeña sonrisa.
- ¿Tienes todas tus cosas? - Orm le pregunta mirando de nuevo a su hija, sintiéndose un tanto nerviosa por la mirada de la pelinegra.
No sabía por qué, Pero aquella mujer tenía el poder de ponerla nerviosa con tan solo dedicarle una mirada. Quizás es el recuerdo de sus mejillas encendidas por sus propias palabras la última vez que vieron que la hacen sentir de aquella manera, sea cuál sea el motivo, Orm todavía no esta muy segura si le gusta o no.
Ranlada asiente y toma del sueño su mochila amarilla, se la coloca en los hombros con rapidez y se dirige hasta donde la rubia se encuentra.
- Entrenadora Ling, ya me voy.- Lingling le dedica una sonrisa antes de asentir.
- Nos veremos el lunes pequeña portera, será divertido.
- ¡No puedo esperar! - Exclama con la maxima emoción en su pequeño cuerpo, dando saltitos de un lado a otro mientras toma la mano de su madre.
- Adiós - Orm se despide en un susurro, está vez mirando fijamente a los ojos cafés de la pelinegra.
Lingling sonríe causando que pequeñas arrugas se formen alrededor de los ojos. Y la castaña no debería encontrar aquello extremadamente entrañable, pero lo hace.
- Adiós, Orm.
Cuando se va dando la vuelta y camina hasta el coche de la mano de su hija, no se da cuenta de la sonrisa que ha quedado dibujada en su rostro tras las palabras de la entrenadora de su hija. Y cuando se da cuenta de aquello, se muerde el labio con fuerza intentando detenerlo. Apenas la conocía y ya estaba sonriendo tontamente.
- Bien, está noche tenemos nuggets de dinosaurios para cenar.- Orm dice con cierto entusiasmo, sabiendo que a Ranlada le encantaban.
- ¿Que celebramos? - Pregunta la pequeña mientras su madre le aga el cinturón de seguridad.
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¡𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎𝚗𝚊𝚍𝚘𝚛𝚊 𝙻𝚒𝚗𝚐! ⊰⊹ฺ ෆ [LingOrm]
Romance➜ Ranlada Kornnaphat es la única niña en el equipo de fútbol, del cuál, Lingling es la entrenadora. Orm es una joven madre torpe y tímida, Lingling es divertida y todo lo que Orm no sabía que necesitaba. ゚:。"¡Entrenadora Ling, creo que mi mami s...