⁠*⁠.⁠✧ Capítulo 6。⁠*゚⁠+

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- ¿Mamá? - Ranlada dice mientras Orm mueve sus manos mojadas y llenas de shampoo por la cabellera de la pequeña.

Se encuentran en el cuarto de baño de su acogedor hogar. Ranlada está dentro de la bañera, la cual está llena de agua caliente, espuma y un patito que flota de un lado a otro. El olor a jabón es todo lo que les rodea y después de todas las emociones que había sentido horas atrás por fin encuentra un momento de tranquilidad entre las paredes blancas de su cuarto de baño.

- Dime, cielo.- Dice en un tono relajado.

- ¿Por qué nos hemos ido tan rápido? No he podido decirle adiós a la entrenadora Ling.

La tranquilidad de Orm dura poco cuando aquel nombre aparece otra vez y Orm pone una cara de incomodidad, aunque su hija no pueda verla.

- Habia que irse.- Intenta decir de la manera más suave posible, como si en realidad no hubiera pasado nada.

- Pero tú dices que irse sin despedirte es de mala educación.- Y aunque la castaña no pueda verla porque está de espaldas a ellas sabe que su hija tiene el ceño fruncido.

- Lo es.- Suspira, porque ciertamente lo era.

- ¿Entonces? - La niña aprieta los labios - ¿Te has enfado con la entrenadora Ling?

Orm suspira de nuevo y aparta las manos del cabello de su hija.

- No, Ranlada.

La niña se gira en la bañera para poder quedar frente a su madre y verla con esa expresión que gritaba regaño.

- Tu siempre dices que hay que decir si algo nos molesta, porque la otra persona no puede leer la mente. Que es importante comunicar los sentimientos.

Rueda los ojos como un niña pequeña, maldiciendo el momento en el que dijo aquello.

- No tengo que comunicar mis sentimientos con tu entrenadora, ella es solo eso, tu entrenadora.- Ranlada niega, insatisfecha con aquella respuesta.

- Pero la entregandora Ling te hace sonreír, le gustan tus galletas estoy segura que quiere ver sus películas favoritas y llevarte a una cita.- Dice apoyando sus manos mojadas en el borde de la bañera mientras levanta las cejas de arriba abajo.

Orm entonces suelta una pequeña risa ante las palabras de su hija, de algún modo, le hace sentir un poco mejor que ella piense eso. Al menos una de las dos lo hacía.

- ¿Tu crees? - Le pregunta entonces.

- ¡Si! - Exclama con emoción.- Piyawat dice que los ojos de sus mamás brillan cuando se miran, y los de la entrenadora Ling brillan mucho cuando te esta mirando a ti.

Orm mira a su hija con adoración y se muerde el labio ante las palabras, pensarlo le da vértigo, ¿Pero y si su hija tenía razón? Ta vez, el universo estaría de su parte, por lo menos está vez.

- Eres demasiado observandora, ¿Lo sabes?

- Tia Ying dice que lo he heredado de ella.- Presume con orgullo.

Orm se ríe y niega con la cabeza levemente.

- Anda, terminemos de bañarte antes de que se enfríe la cena.

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- ¿Ya se ha dormido? - Pregunta desde el sofá al ver a su mejor amiga salir del cuarto de Ranlada.

- ¿Dudas de mi talento cuánta cuentos? - Con una sonrisa, Ying pregunta justo antes de desplomarse a su lado del sofá.

Orm sonríe y le da un sorbo a su taza de té rojo del cuál todavía salía humo. Aún tiene el corazón acelerado y jura que aún puede sentir el fantasma de los labios de Lingling sobre los suyos.

¡𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎𝚗𝚊𝚍𝚘𝚛𝚊 𝙻𝚒𝚗𝚐! ⊰⁠⊹ฺ ෆ [LingOrm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora