⁠*⁠.⁠✧ Capítulo 15。⁠*゚⁠+

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Las gotas de lluvia golpean con fuerza los ventanales en la casa de Orm, afuera una gran tormenta parece estar formándose pero a Ranlada parece no importarle.

Camina a paso apresurado hasta el sofá, subiéndose con cuidado. A su lado, el móvil de su madre se encuentra y con su pequeña mano sujeta el teléfono de casa.

Orm se encontraba en su habitación durmiendo la siesta, y Ranlada se había quedado en la sala viendo Tiana y el sapo.

Entonces, una vez sentada moviendo las piernas con algo de nerviosismo, Ranlada comienza a teclear el número que se encontraba en la pantalla del móvil de su madre.

-¿Si? -La voz de Lingling suena rápidamente en la otra línea, haciendo sonreír a la pequeña.

-Hola, entrenadora LIng.

- Ranlada, hola - La pelinegra suena un tanto desconcertada - ¿Cómo tienes mi número?

-Lo he mirado del móvil de mamá sin que se diera cuenta.

Lingling frunce el ceño al escucharla, un tanto confusa.

-¿Está todo bien?

Ranlada suspira y niega, a pesar de que la pelinegra no puede verla.

-Creo que no.

-¿Qué ocurre? - Lingling pregunta preocupada.

-Mamá está muy triste.

Aquellas palabras son como un balde de agua fría sobre Lingling, quien suspira al escuchar a la pequeña.

-Ranlada...

-Tía Ying me ha dicho que los adultos también se asustan, y a veces mi mamá tiene miedo. Como cuando yo tenía pesadillas y mamá me construyó un fuerte contra los malos sueños.

Lingling aprieta los labios, sintiendo una presión en su pecho.

-Y sé que si mi mamá se entera de que te he llamado se va a enfadar conmigo, pero no me gusta que esté triste. Y bueno, tú también parecías triste ayer antes de irte y siempre parecen felices cuando estan juntas, así que he pensado que si tal vez vienes a verla, las dos se pongan contentas ¿Sabes? Pero no tienes por qué hacerlo, tan solo...

Ranlada realmente suena preocupada, triste. Y Lingling piensa que ninguna niña de siete años debería estar triste por su culpa, mucho menos ella.

-Amor, estaré allí en quince minutos -Es todo lo que dice con cariño, levantándose de su sofá.

-¡Gracias Ling!

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-Son las mejores ¿Se los había dicho ya? - Orm dice con una sonrisa en el asiento del copiloto del coche de Ying.

Ranlada, quien se encuentra en la parte trasera del coche sonríe antes de darle un sorbo a su chocolate caliente, para seguidamente asentir.

-Unas siete veces desde que hemos salido de casa Orm, pero nos encanta escucharlo - Ying dice felizmente, concentrada en la carretera frente a ella.

Ranlada y Ying la habían despertado esa misma noche de su pequeña siesta, diciéndole que irían a su cafetería favorita a por algo de chocolate caliente. Aquello ciertamente había animado a la castaña, quien definitivamente necesitaba distraerse con algo más que la alejara de sus horribles pensamientos.

-¿Estás más contenta, mami? - Ranlada pregunta, haciendo que Orm se gire en el asiento para mirarla.

La forma en la que Ranlada solo quería que ella estuviera bien, hace que Orm se sienta la persona más afortunada del mundo.

¡𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎𝚗𝚊𝚍𝚘𝚛𝚊 𝙻𝚒𝚗𝚐! ⊰⁠⊹ฺ ෆ [LingOrm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora