⁠*⁠.⁠✧ Capítulo 14。⁠*゚⁠+

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—¿Entonces tu plan está funcionando? - Piyawat pregunta con una sonrisa, a lo que Ranlada asiente. 

—Estoy segura de que sí, ya han tenido dos citas. -Responde con la mayor sonrisa en su rostro.

—Tienes suerte de que la entrenadora Ling vaya a ser la novia de tu mamá, ella es bastante genial -Los ojos miel de la pequeña brillan mientras una sonrisa grande se asomaba.

—Lo sé. -Responde orgullosa.

—¿Podré ir a la boda entonces? - Piyawat pregunta emocionado, a lo que Ranlada vuelve a asentir.

—¡Claro! No puedes faltar.

Lingling se acerca a los dos pequeños, de brazos cruzados y con una sonrisa.

—Menos hablar y más calentar -Les dice, a lo que Piwawat asiente.

—Pues a ti no te invitamos -La castaña dice sonriente mientras Lingling frunce el ceño.

—¿Invitarme? ¿A qué?

La pequeña se encoge de hombros.
—Es una sorpresa.

—Pero Ranlada, ella tiene que estar invitada -El rubio dice en un susurro, a pesar de que Lingling puede escucharlo.

—Shhh eso ella no lo sabe.

Lingling los mira confundida antes de limitarse a negar.

—No quiero saber de qué hablan, me dan miedo.

—Somos inofensivos - Ranlada sonríe antes de comenzar a calentar junto a su mejor amigo.

Lingling mira a los niños con una sonrisa, y antes de empezar el entrenamiento se permite pensar en Orm y en las ganas que tenía de volverla a ver. Sonriendo al recordar cómo se había sentido dormir junto a ella en la misma cama, viéndola despertar y preparar el desayuno entre risas, besos y caricias inocentes.

Orm se despierta por el sonido de voces que vienen desde la cocina. Con el ceño fruncido y arrastrando sus pies con pereza, entra en la cocina encontrando allí a Ying y a su hermana.

—Mira quien ha despertado al fin -La castaña dice con una sonrisa.

—¡Love! - Orm exclama con la mayor sonrisa en su rostro, acercándose a su hermana para abrazarla con fuerza- ¿Qué haces aquí?

—He venido a verte, ya los echabamós de menos.

Es entonces que Orm abre los ojos, acordándose de que Ranlada todavía estaba en sus clases de fútbol.

—Mierda, Ranlada. -Murmura- Ying te había pedido que me despertaras para ir a por ella.

—Iba a hacerlo pero tú madre ha insistido en que quería ir ella. - La chica dice con una sonrisa inocente, encogiéndose de hombros.

Las palabras golpean a Orm como si de un balde de agua fría se tratase. Su corazón retumba en sus oídos y de golpe se siente un poco mareado.

—¿Qué? -Pregunta un tanto confundida.

—Tranquila, le he dado la dirección del club y todo está bajo control. - Ying responde con una sonrisa tranquila.

Orm quiere decirle que no, que nada podía estar bajo control. El simple pensamiento de su madre conociendo a Lingling la pone nerviosa, le invade el pánico y solo quiere sentarse en una esquina y gritar. Sin embargo respira profundamente y se dice a sí misma que está bien, que realmente no importaba. Su madre saludaría a Lingling, tomaría las cosas de Ranlada y volvería. No tenía que preocuparse por nada.

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—¿En serio puedo? -La niña pregunta con una sonrisa, mirando los tatuajes en los brazos de su entrenadora.

¡𝙴𝚗𝚝𝚛𝚎𝚗𝚊𝚍𝚘𝚛𝚊 𝙻𝚒𝚗𝚐! ⊰⁠⊹ฺ ෆ [LingOrm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora