➜ Ranlada Kornnaphat es la única niña en el equipo de fútbol, del cuál, Lingling es la entrenadora. Orm es una joven madre torpe y tímida, Lingling es divertida y todo lo que Orm no sabía que necesitaba.
゚:。"¡Entrenadora Ling, creo que mi mami s...
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—¿Entonces tu plan está funcionando? - Piyawat pregunta con una sonrisa, a lo que Ranlada asiente.
—Estoy segura de que sí, ya han tenido dos citas. -Responde con la mayor sonrisa en su rostro.
—Tienes suerte de que la entrenadora Ling vaya a ser la novia de tu mamá, ella es bastante genial -Los ojos miel de la pequeña brillan mientras una sonrisa grande se asomaba.
—Lo sé. -Responde orgullosa.
—¿Podré ir a la boda entonces? - Piyawat pregunta emocionado, a lo que Ranlada vuelve a asentir.
—¡Claro! No puedes faltar.
Lingling se acerca a los dos pequeños, de brazos cruzados y con una sonrisa.
—Menos hablar y más calentar -Les dice, a lo que Piwawat asiente.
—Pues a ti no te invitamos -La castaña dice sonriente mientras Lingling frunce el ceño.
—¿Invitarme? ¿A qué?
La pequeña se encoge de hombros. —Es una sorpresa.
—Pero Ranlada, ella tiene que estar invitada -El rubio dice en un susurro, a pesar de que Lingling puede escucharlo.
—Shhh eso ella no lo sabe.
Lingling los mira confundida antes de limitarse a negar.
—No quiero saber de qué hablan, me dan miedo.
—Somos inofensivos - Ranlada sonríe antes de comenzar a calentar junto a su mejor amigo.
Lingling mira a los niños con una sonrisa, y antes de empezar el entrenamiento se permite pensar en Orm y en las ganas que tenía de volverla a ver. Sonriendo al recordar cómo se había sentido dormir junto a ella en la misma cama, viéndola despertar y preparar el desayuno entre risas, besos y caricias inocentes.
Orm se despierta por el sonido de voces que vienen desde la cocina. Con el ceño fruncido y arrastrando sus pies con pereza, entra en la cocina encontrando allí a Ying y a su hermana.
—Mira quien ha despertado al fin -La castaña dice con una sonrisa.
—¡Love! - Orm exclama con la mayor sonrisa en su rostro, acercándose a su hermana para abrazarla con fuerza- ¿Qué haces aquí?
—He venido a verte, ya los echabamós de menos.
Es entonces que Orm abre los ojos, acordándose de que Ranlada todavía estaba en sus clases de fútbol.
—Mierda, Ranlada. -Murmura- Ying te había pedido que me despertaras para ir a por ella.
—Iba a hacerlo pero tú madre ha insistido en que quería ir ella. - La chica dice con una sonrisa inocente, encogiéndose de hombros.
Las palabras golpean a Orm como si de un balde de agua fría se tratase. Su corazón retumba en sus oídos y de golpe se siente un poco mareado.